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'Te estoy amando locamente' o cómo nació el movimiento LGTBI en la España de los 70
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XI Edición de los Premios Platino

'Te estoy amando locamente' o cómo nació el movimiento LGTBI en la España de los 70

En la madrugada del sábado al domingo se celebran los Premios Platino del Cine Iberoamericano

Foto: Un fotograma de 'Te estoy amando locamente'.
Un fotograma de 'Te estoy amando locamente'.

Te estoy amando locamente podría haber sido una de las decenas de películas que pasan desapercibidas cada año. Un estreno discreto en el mes de julio -¿quién va al cine en verano?-, un director novel, Alejandro Marín Jiménez, y un reparto con alguna cara-conocida-pero-no-tanto. Sin embargo, el boca a oreja funcionó en las primeras semanas y la película mejoró -¡oh, milagro!- los datos de taquilla del estreno, una tendencia inhabitual que suele indicar que nos encontramos ante un éxito imprevisto, una anomalía estadística, la rebelión contra las previsiones y los estudios de mercado. Unos meses después la película consiguió cinco nominaciones a los Goya que, finalmente, se tradujeron en una estatuilla para la canción original que compuso Rigoberta Bandini.

La realidad es que Te estoy amando locamente tenía todos los mimbres para convertirse en una de las películas del año, un reparto coral, carismático y fresco, de esos cuya química trasciende a la pantalla y, de nuevo, a todos los estudios de mercado. Una cantante de reggaeton queer, una artista multidisciplinar, un actor joven en su primer gran papel protagonista. Todos ellos funcionan porque se sienten las ganas, la falta de premeditación y alevosía.

Te estoy amando locamente compite ahora por el Premio Platino del Cine Iberoamericano a Mejor comedia de ficción en una gala que se celebra en la noche del sábado al domingo en el Teatro Tlachco en XCaret, en el estado mexicano de Quintana Roo. Protagonizada por Ana Wagener y Omar Banana en el papel de madre e hijo, Te estoy amando locamente cuenta la historia -basada en retazos de muchas personas reales- de los primeros activistas LGTBI en los años 70, concretamente en la Sevilla de 1977, que se reunían en los espacios de las Juventudes Obreras Cristianas.

placeholder Otro momento de 'Te estoy amando locamente'. (Filmax)
Otro momento de 'Te estoy amando locamente'. (Filmax)

"En 2017, yo acababa de terminar la carrera en la Escuela de Cine de Barcelona (ESCAC), y me enteré de que se cumplían los cuarenta años de la primera manifestación LGTBI en Barcelona”, explica Marín. "Sabía que iba a ser un proceso muy largo de documentación, así que empecé a tirar del hilo hasta llegar a Mar Cambrollé, que fue la fundadora del movimiento en Sevilla, y ella nos contó la paradoja de que las primeras reuniones se hacían en las Juventudes Cristianas, que es a la vez una cosa muy atípica y una cosa que sólo puede pasar en Andalucía".

El director siempre tuvo claro que quería rodar una ficción. "Tuvimos la suerte de entender muy pronto que el foco de esta historia del colectivo debía estar en una relación tan universal como es la de la madre y el hijo", continúa. "Al principio estuvimos buscando mucho material de archivo, no sólo como documentación, sino por si en la película podía entrar algo más de documental. Pero no existía suficiente material".

En el proceso de búsqueda tuvieron claro que querían encontrar "la" historia. "Al final escuchamos tantos testimonios que hicimos una sumatoria de todos, sobre todo el de Mar, pero también el de Antoni Ruiz, que es el presidente de Presos Sociales, que tuvo que cumplir siete años de cárcel porque su madre habló con una monja y la monja lo denunció. Es que acabó en la cárcel ¡siendo menor de edad! También hablamos con algunos activistas de la Joven Guardia Roja. Tiramos de muchos hilos diferentes, incluso de nuestras propias familias, lo que fue muy bonito: mis padres estudiaron en Sevilla un poco después, lo que abrió conversaciones familiares que fueron muy interesantes".

placeholder  Alejandro Marín, posa en el photocall de 'Te estoy amando locamente' el pasado junio en Madrid. (EFE/Kiko Huesca)
Alejandro Marín, posa en el photocall de 'Te estoy amando locamente' el pasado junio en Madrid. (EFE/Kiko Huesca)

A día de hoy existen muchos estudios y muchos historiadores que están abarcando la historia extraoficial del LGTBI, pero en los setenta el LGTBI no existía. "La premisa inicial era no hacer una peli del colectivo sobre el colectivo y para el colectivo, sino intentar hacerla accesible para todo el mundo. Al final estamos hablando de Derechos Humanos y esto no va de que estés vinculado directamente con el activismo, sino que es algo que nos concierne a todas. Es bonito que en ese momento el movimiento estaba naciendo junto al movimiento feminista y junto a la lucha de clases. Para mí tener ese referente era importante, como que hoy parece que la lucha es sólo del colectivo y no, abarca muchas más cosas”.

Para el equipo era muy importante que la película trascendiese el estereotipo del drama político, que tuviese un acercamiento mucho más luminoso y lúdico. “Quería que se entendiese la política como algo que puede estar en la calle, que haya opiniones diferentes pero que aun así se aúnen. En Te estoy amando locamente tenemos la subtrama del personaje de Alba Flores con la abogada; ambas entienden la lucha LGTBI de manera diferente: una piensa que hay que hacerla desde dentro y la otra piensa que hay que romper el sistema, ya que estás fuera de él. Todo es política y la reivindicación puede llegar desde la decisión de acoger a una persona en tu casa, la idea de ayudarse las unas a las otras, la idea de la familia elegida, que está muy extendida en el colectivo. La idea de una política doméstica, porque si no nos quedamos cada una en nuestra parcelita y no en lo importante, que es ver dónde puedes aportar tu granito y arrimar el hombro”.

placeholder Otro momento de la película. (Filmax)
Otro momento de la película. (Filmax)

"Aquí ha venido gente de todas las edades y de todos los contextos, incluso gente que sufrió la represión", celebra. "Y muchos han tomado la película como bandera, sobre todo en el contexto de las elecciones, porque se han dado cuenta del peligro que hay de volver a esos tiempos y que nosotros estamos aquí gracias a ellos".

Además, el equipo ha estado formado mayoritariamente por personas LGTBI. "Para mí, para producción y para Carmen era un requisito absoluto que la representación estuviera delante y detrás de la pantalla, tanto en el equipo artístico como en el equipo técnico. La Dani decía que el rodaje fue como estar en un campamento LGTBI. Ya que estábamos hablando de unas activistas de antes era importante que estuviesen representadas por activistas de ahora. Yo creo en el cine como otra forma de activismo, y dentro de que tuvimos un reparto muy ecléctico como La Dani, que venía del mundo del reggaetón queer, como Alba Flores, que es muy conocida y muy comprometida, era muy importante que eso se trasladase a la película: estábamos todas tan conectadas y comprometidas con lo que estábamos contando que se creó una conjunción que no sé si volveremos a repetir. Ojalá".

Te estoy amando locamente podría haber sido una de las decenas de películas que pasan desapercibidas cada año. Un estreno discreto en el mes de julio -¿quién va al cine en verano?-, un director novel, Alejandro Marín Jiménez, y un reparto con alguna cara-conocida-pero-no-tanto. Sin embargo, el boca a oreja funcionó en las primeras semanas y la película mejoró -¡oh, milagro!- los datos de taquilla del estreno, una tendencia inhabitual que suele indicar que nos encontramos ante un éxito imprevisto, una anomalía estadística, la rebelión contra las previsiones y los estudios de mercado. Unos meses después la película consiguió cinco nominaciones a los Goya que, finalmente, se tradujeron en una estatuilla para la canción original que compuso Rigoberta Bandini.

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