Apuñalar por la espalda: de Adolfo Suárez a Franco, crónica de los traidores de España

En el PSOE no le han perdonado aún a Julián Besteiro que apoyara la decisión del coronel Casado de negociar la rendición de Madrid con el general Franco, por muy inútil que resultara ya la resistencia. En el otro lado, casi nadie se acuerda para mal de la traición de Adolfo Suárez con el régimen franquista, al que desmontó con luz y taquígrafos habiendo sido nada menos que ministro del Movimiento nacional. La puñalada por detrás es la que más daño hace siempre. Lo de Suárez en su momento dolió en el alma a muchos españoles. Violentar un juramento, unos principios es independiente del fin que se busque. Aún así es injusto meter en el mismo saco a Besteiro que a al expresidente del gobierno Suárez.

Con la excepción quizás del nacionalismo vasco que ha hecho de la traición más rastrera una norma a lo largo de su historia, la idea siempre repele. Es inevitable no pensar en España en Fernando VII, el rey felón, pero hay muchos más. La cuestión para Jorge Vilches, que acaba de publicar Traidores de España (Almuzara), es más relativa, porque depende de la idea de España que se tuviera. Los falangistas se olvidaron bastante rápido de la traición monárquica de Suárez y en cambio nunca le perdonaron a Franco que según sus ideas pervirtiera el legado de José Antonio. Entre ellos mismo hay también disputas.

Un ejemplo reciente sería el del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, por resucitar desde el Gobierno la misma leyenda negra, al cuestionar el legado colonial del imperio español, pero se podría rebatir: "Está claro que desde el punto de vista histórico resucitar de alguna forma la leyenda negra como ha hecho ahora el ministro de Cultura es acientífico", explica Vilches a El Confidencial, "se sitúa en la línea de aquellos que traicionaron a España en el siglo XV y XVI, como Bartolomé de las Casas, que es de hecho el origen de esa idea negativa del imperio ampliada después, de aquellos que sostuvieron la traición a la España imperial". Jorge Vilches ha hecho una recopilación de traidores por épocas que incluyen, por ejemplo en la historia moderna al líder independentista filipino José Rizal que podría sorprender mucho. ¿Por qué? Porque a diferencia de lo que transmite Ernst Urtasun, Rizal como también José Martí en América eran españoles y traicionaron a su patria.

PREGUNTA. El traidor por excelencia de la historia de España siempre ha sido Fernando VII…

RESPUESTA. Bueno, el caso de Fernando VII traiciona a la España liberal y constitucional. ¿Por qué? Porque todos los liberales, desde 1808, piensan en un Fernando VII pegado a la Constitución y, por tanto, artífice de esa España liberal en el momento en el que desdice su palabra, miente y es perjuro a la Constitución. Es un traidor para todos, no es un traidor. Puede no serlo para aquellos españoles que piensan que España no tiene que tener un régimen constitucional, sino que tiene que ser un régimen absoluto, pero se comporta de forma traicionera. Lo puede identificar cualquiera, incluso con algún proyecto político actual, porque él sigue pensando, al igual que en el Estado absoluto, en el régimen absoluto, que España es él, y eso es muy identificable con otros políticos que consideran que los destinos del país están en sus manos. Fernando VII, Franco, algunos dicen que Pedro Sánchez.

P. Bueno, lo dices tú.

R: Sí, así es. Claro, Pero también es cierto que, igual que Fernando VII, para unos fue un traidor y para otros un héroe. Lo mismo con Franco y lo mismo con Pedro Sánchez. Hay mucha gente que piensa que es un traidor a la España democrática y hay otros que piensan que es un héroe ¿Por qué? Porque tienen ideas distintas de España.

"Igual que Fernando VII, para unos fue un traidor y para otros un héroe. Lo mismo con Franco y lo mismo con Pedro Sánchez"

P. En el libro de hecho abordas la traición no desde una idea concreta de España sino desde el engaño. Aún así para la izquierda rehuye el concepto de la patria…

R. Yo creo que la izquierda sí tiene una idea de España. Pero está muy vinculada a su partido y nada más. Por ejemplo, cuando el PSOE apoya la dictadura de Primo de Rivera en el 23 [lo hace Largo Caballero con la UGT], está pensando en su partido, cuando apoya la Segunda República, igual, es decir, tiene una idea siempre vinculada al PSOE. Pero aún así yo no creo que sean antipatriotas en ningún caso.

P: Parece un poco injusta la inclusión de Besteiro, porque es cierto que desobedece al Gobierno pero no traiciona ningún ideal realmente…

R. Sí, claro, es una cuestión del Partido Comunista de España, porque lo que hace Besteiro, preparar y dar un golpe de Estado con Cipriano Mera, con el coronel Casado y con otras personas del PSOE y anarquistas y militares para pactar con Franco el final de la guerra, —al final no hubo realmente ninguna negociación sino una rendición incondicional—. Es cierto que la intención de Besteiro no es traicionar una idea, sino ser leal con el pueblo español, porque considera que aquella guerra está desangrando al país. Sin embargo, para el Partido Comunista es una traición al gobierno del pueblo. Pero esa, esa descalificación en el Partido Comunista, que también está el padre de Santiago Carrillo, Wenceslao, que apoya a Julián Besteiro, está en consonancia con su discurso político. Es un discurso en torno al golpe de Estado de Casado y Besteiro porque se considera que se podía intentar resistir hasta que estallara la Segunda Guerra Mundial. De ahí que el PSOE siempre mantenga alejado absolutamente a Besteiro. Sin embargo, reivindican en cambio a Largo Caballero —que pactó con el general Primo de Rivera— y a Indalecio Prieto que son unos claros traidores con la Segunda República por montar y apoyar la Revolución del 34.

P. En ese mismo periodo destacan especialmente los nacionalistas vascos del PNV. ¿En ese aspecto son el epítome de las traiciones en España?

R. Es verdad que protagonizan el mayor número de traiciones en el menor tiempo. Se explica en parte por las dos ramas: de Vizcaya, que era fuertemente nacionalista y voluble en el sentido de las alianzas, y luego la de Álava, que era más españolista y conservadora hasta el punto de pactar con el bando de Franco. Los que ejecutan una doble traición son los del PNV de Vizcaya, porque pactan en un primer momento con los golpistas en el bando franquista y en conjunción con los carlistas. Pero luego Indalecio Prieto compra su lealtad con el Estatuto vasco, así que traicionan a los franquistas en ese momento, pero a continuación hacen lo mismo con la República porque durante la Guerra Civil negocian con el Reino Unido y por otro lado, con Mussolini pactando la rendición en Santoña. En realidad son triplemente traidores.

P. El otro gran traidor sería Franco, según algunas versiones, por el golpe de Estado en el que participa y porque, tanto los monárquicos como un gran sector de los falangistas, consideran que les engaña…

R. Bueno durante décadas incluso planean un asesinato, un magnicidio de Franco. En los años 40, que al final no lo llevan adelante. Pero hay cinco falangistas que lo planean. Por otra parte está toda la conjura de los generales monárquicos que sí que le piden la restauración.

"Ahora el verdadero traidor es Sánchez más que los independentistas"

P. No había pactado ningún proyecto político en el golpe…

R. No, pero los nacional sindicalistas creen que traiciona los principios de José Antonio adueñándose de su imagen y del partido. Por otra parte, el gran traicionado en ese aspecto es don Juan de Borbón, no ya por Franco, sino por su hijo Juan Carlos. La realidad es que ambos, el dictador y el príncipe entonces no lo consideraban capaz para ser rey. Ellos estuvieron mucho tiempo sin hablarse.

P. ¿Son traidores los nacionalistas?

R. Bueno, no creo que se les pueda considerar así porque directamente no creen en España. No es el caso de Maciá, que había sido un militar de alta graduación del ejército español y había jurado en la bandera y se convierte después en independentista. Es la gran traición porque además promueve en los años a finales de la década de 1920, distintos alzamientos armados en España. Que fracasan. Por eso se le consideraba entonces un traidor, había jurado defender a España como militar y se alza en armas, incluso con extranjeros, invadiendo por los Pirineos. Ahora el verdadero traidor es Sánchez más que los independentistas.