¿Miedo a ser un 'cuadro quemado'? Por qué se ha cancelado la última subasta de Velázquez

El retrato de la reina Isabel de Borbón pintado por Diego de Velázquez lo tenía todo para ser una de las subastas más importantes de los últimos años. Un cuadro icónico, único y con un curioso y larguísimo periplo detrás salía a la venta en una de las casas de arte más poderosas del mundo, Sotheby's. Para completar la noticia histórica estaba el precio récord: 32 millones de euros. Pero de la noche a la mañana todo lo que prometía desapareció de un plumazo. La pintura se retiró del mercado y la casa de subastas no dio explicación alguna. La obra acaba de grabar una muesca más en su ya misteriosa historia.

Desde el momento de la retirada, el día de Nochebuena, los rumores sobre lo ocurrido no han parado de correr por el mundo del arte. Con Sotheby's cerrado y sin una explicación clara a lo ocurrido, todos los expertos se preguntan qué ha podido ocurrir: "Es rarísimo que una casa como Sotheby's retire una pieza así sin más". El cuadro estaba señalado como la gran pieza de la subasta que tendría lugar el próximo 1 de febrero con pinturas de los llamados Old Masters (maestros antiguos). Debía ser el cuadro que elevase las pujas de un sector de capa caída, pero de repente ya no está. ¿Qué puede llevar a una casa como esta a retirar uno de sus grandes trofeos de esta forma? Se ha hablado incluso de dudas con la autenticidad de la pieza, pero entre los que conocen este mundo hay razones menos retorcidas.

"La autoría de Velázquez es clara. La trazabilidad está bien documentada y es un cuadro muy estudiado y trabajado. Además, hasta llegar a una subasta así la tela pasa por muchas manos como para que nadie se haya dado cuenta antes", comenta Agustín Sabartés, perito de arte y director del despacho experto en tasación de obras de arte, Peritos de Arte S.L. Sabartés confirma que se trata de un caso muy raro, principalmente por la falta de explicaciones, pero cree que se debe a motivos más cercanos al mercado que a la ciencia. "Seguramente se haya dado una venta privada o se haya aplazado por motivos de dinero. Quizá querían evitar lo que más se teme en estos casos, que el cuadro no se venda y se convierta en un cuadro quemado", añade.

Su análisis deja algo de lado los misterios que hablan de dudas sobre si el cuadro es verdaderamente un Velázquez o si es de alguien de su taller, pero coincide con una lectura del sector. Tras años de crecimiento, como otros mercados dedicados al coleccionismo, el arte sufre como el resto la inflación, y desde este verano vive una corrección que algunos relacionan con la explosión de una burbuja. Según el último Art Market Report, del banco USB y la feria Art Basel, las ventas de arte contemporáneo y de posguerra, el periodo histórico más demandado, alcanzaron los 8.500 millones de dólares, 1.000 millones menos que en 2022. Y algunos expertos hablan de una bajada en el mercado de cerca del 45%.

El miedo a un 'cuadro quemado' es tan palpable que ya lo sufrió en 2022 una obra de Goya, que quedó desierta después de salir a subasta por dos millones de euros. "No es descartable que hayan encontrado un comprador anónimo que ofreciendo algo menos de lo pedido en la subasta se haya quedado con la obra. Hay que pensar que ya de por sí la subasta es una medida extrema en busca de un comprador, digamos público, cuando no se ha encontrado otro por otros cauces. Una forma de promocionar la obra sabiendo que va a aparecer por todas partes. Además, está todo el asunto de si España podría hacer algo para recuperar la obra, por todo ello es muy posible que hayan preferido cerrar todo sin tanto bombo", detalla el experto. Aunque nada de eso explica que no se haya dado más explicación por parte de la casa.

¿Una mala conservación?

Para otros expertos hay más detalles a tener en cuenta. "Cuando una obra se retira de subasta suele ser por dudas en la atribución o, generalmente, porque se recibe una oferta privada que el propietario decide aceptar, algún caso puntal conozco de que el propietario se arrepienta y retire la obra. Este Velázquez es una obra muy conocida y con una procedencia bien documentada, por lo que la autoría no debería ser mucho problema", comenta otro conocedor de las obras de este pintor que prefiere no dar su nombre, pero es conocido en redes sociales por su cuenta @MartedeVelazquez.

Aunque hay otros puntos que añadir. "Creo que en este caso es claro que es una obra en la que participó Velázquez con ayuda de su taller, cosa que en el mercado quizá reduzca su precio, pero que no por ello deja de ser un Velázquez, aunque no sea íntegramente del maestro. No lo he visto en directo, pero por las fotos que han salido en las últimas semanas parece que su estado de conservación deja mucho que desear: limpiezas excesivas, quizá problemas de soporte… y distorsiona cómo fue concebida la obra en origen", detalla.

Todo ello le lleva a una conclusión clara: "Creo que en este caso ha sido retirada por una oferta privada. Las dudas con la atribución son una cosa meramente científica; no cabe duda de que esa obra es de mucha calidad, tiene una procedencia muy ilustre y salió del taller de Velázquez con su más que probable intervención. Es algo que supongo, pero que creo que no está infundado".

¿Habrá sido entonces un tema de precio? "Personalmente no lo creo. Si la cuestión hubiera sido simplemente bajar el precio de salida, se podría haber hecho sin ningún ruido, pero, aun así, dudo que eso hubiera interesado a la casa de subastas ni a los propietarios. Mi percepción personal es que ha habido otra oferta o ha habido otra cuestión de peso por parte de los propietarios o de la casa de subastas que impidan o desaconsejen la venta, pero no motivos científicos", señala.

¿Evitar un conflicto con España?

Los dos expertos consultados coinciden bastante en el análisis, pero Sabartés va un paso más allá y menciona un posible conflicto. Estos días, desde que a principios de diciembre se anunciase la subasta, se ha debatido largo y tendido sobre el origen de la pieza y la posición de España en todo este asunto. Desde el Estado no se han llevado a cabo movimientos y siempre se ha alegado que las leyes de patrimonio son posteriores, por lo que no hay margen para la recuperación de la obra, pero por ello no se ha cerrado el debate. De ahí que el experto crea que este cierre inesperado también tenga que ver con la idea de evitar posibles conflictos. "Al final es una obra expuesta a una subasta y en la que todo esto influye", comenta.

El retrato formaba pareja con uno de Felipe IV que probablemente sea el que está en el Prado

"El retrato que se ve hoy se pintó hacia 1631 encima de un primer retrato realizado también por Velázquez hacia 1623 y formaba pareja con un retrato del rey Felipe IV que sufrió la misma suerte y que probablemente sea el que hay en el Museo del Prado. La pareja estuvo en el Palacio del Buen Retiro hasta la invasión francesa, después lo tiene Luis Felipe de Orleans en su Galería Española y con la venta de su colección pasa a colecciones inglesas y después suizas. Sus hasta ahora propietarios eran los Wildenstein (una familia francesa con una de las galerías de arte privado más importantes del mundo)", detalla el otro experto. Esta trazabilidad tan clara podría ayudar a entender que la obra es parte del expolio, como fueron tantas otras que se han ido recuperando con el tiempo y muchas que quedan desperdigadas por el mundo.

La calidad y la importancia de la obra podría llevar a una presión por parte del Estado que acabase por afectar a la subasta, pero los que conocen este mundo lo ven algo muy difícil. De momento, con la casa de subastas a medio gas tras las vacaciones de Navidad, el misterio continúa. Lo que es evidente es que a la truculenta historia de este retrato de Isabel le acaban de sumar un párrafo más.