¿Adiós a las subastas millonarias? Las obras por menos de 5.000 € que están animando el mercado del arte

Después de dos años de crecimiento y un aumento histórico del volumen de ventas en subasta tras la pandemia, el mercado del arte ha sufrido una desaceleración en los segmentos de alta gama. El último informe anual sobre coleccionismo de Art Basel y UBS que analiza los hábitos de más de 2.800 particulares con grandes patrimonios de todo el mundo, advierte que en el primer semestre de 2023 solo el 9% de los encuestados se plantearon comprar obras por un precio superior a un millón de dólares, frente al 12% de 2021. Warhol, Picasso, Basquiat…, son muchos los grandes artistas que han visto cómo algunas de sus subastas se han quedado desiertas. Muestra de ello también lo fue la subasta nocturna más lujosa de este otoño en Nueva York, dedicada a la colección de Emily Fisher Landau. La previsión en Sotheby’s era que los 31 lotes se vendieran por un total de 430,1 millones de dólares; sin embargo, el cierre se quedó muy poco por encima de la estimación baja de 344,5 millones, en un total de 351,6 millones de dólares.

Meses antes, Christie's protagonizó una historia similar. La publicitada subasta de la colección del fallecido promotor inmobiliario Gerald Fineberg, compuesta por 65 lotes, se saldó en un total de 124,7 millones de dólares (153 millones de dólares con comisiones), aproximadamente un 25% por debajo de sus bajas expectativas de 163 millones de dólares.

Por suerte, las transacciones millonarias procedentes de los blue chips tan solo son un micromercado que, aunque tiene un grandísimo impacto en las cifras globales de facturación de las subastas, no representa a todo el ecosistema del arte. En 2023 de hecho, se ha batido un récord de volumen de transacciones contemporáneas con un total de 123.000 piezas. Y dentro de esas compraventas las protagonistas han sido, por increíble que parezca, las ofrecidas por menos de 5.000 dólares con casi 99.000 piezas intercambiadas.

Las obras de arte asequible

Es decir, más transacciones y a un menor coste debido a la aparición de un nuevo coleccionista más joven interesado en el arte asequible. Lo que ha provocado que galerías, instituciones y agentes se hayan propuesto revitalizar este nicho en alza. Un ejemplo lo tenemos en la creciente aparición de ofertas en las casas de subastas por debajo de los 500 dólares, el rango de precio que más ha crecido este año.

Avant Arte, con sede en Ámsterdam, lleva desde 2017 produciendo obras múltiples como grabados y esculturas a precios más accesibles. Lo que nació como un modesto blog en 2014, tiene hoy en día 2,6 millones de seguidores en Instagram y ha trabajado con 241 artistas hasta la fecha, incluidos nombres como Ai Weiwei, Elizabeth Peyton, Jenny Holzer o Tshabalala Self. Según el director ejecutivo, Mazdak Sanii, a día de hoy la empresa ha vendido nada más y nada menos que 22.000 obras. Esta plataforma realizó recientemente una encuesta entre lo que denomina su "nueva generación" de compradores y descubrió que el 90% de los encuestados -más de la mitad menores de 40 años-, no encontraban acogedor el tradicional mundo del arte. “Estos coleccionistas más jóvenes van a aportar al menos parte de la respuesta", añadieron, señalando que el precio medio de un grabado ronda los 2.000 euros.

Por su parte, Phillips New York rebautizó los grabados de artistas populares como Warhol, Hockney, Hirst o Banksy con el nombre de "ediciones". Resultado de ello es que entre 2008 y 2023 la facturación anual en sus subastas mundiales de Editions aumentó un 827%. Solo el año pasado, este departamento alcanzó unas ventas de 40 millones de dólares, casi un 30% más que en 2022.

Los nombres más importantes de la historia del arte, incluidos Monet, Picasso o Gauguin, también están disponibles en este rango de precios gracias a sus grabados. Es cierto que los precios están disparados en las copias más raras o ediciones antiguas, pero sigue quedando mucho margen de maniobra en el resto. Gauguin creó algunos de sus mejores grabados en madera, como Te Po (La Nuit), que se vendió por 2.300 dólares en una subasta de Mainichi (Tokio). Otro de sus más famosos grabados, Auti Te Pape(Femme à la rivière), se colocó por 5.000 dólares en Swann Galleries (Nueva York). Pequeñas fotografías de Hockney han estado disponibles en Millea Bros (Nueva Jersey), entre 2.000 y 5.000 dólares. Además, existen numerosas impresiones de Francis Bacon, Gerhard Richter, Lichtenstein o Giacometti que se venden por menos de 5.000 dólares. Obras numeradas y firmadas que a menudo son una inversión segura.

Tampoco faltan los clásicos “tapados”. En Francia, un dibujo de Louis Léopold Boilly escapó a la vigilancia de marchantes y museos vendiéndose tras una sola puja por poco más de 1.000 dólares en Azur Enchères (Cannes). Resultó ser un estudio de su posterior pintura L'Entrée du jardin turc. Y es que no siempre la demanda y la oferta coinciden en el espacio tiempo. Un hecho que permite a los coleccionistas más alertas realizar excelentes adquisiciones con un presupuesto muy pequeño. Esto ocurrió también con una naturaleza muerta de William Joseph McCloskey -Lady apples in overturned basket-, valorada entre 50.000 y 70.000 dólares en Sotheby's. Una estimación que, sin embargo, no llegó a hacerse realidad ya que un solitario y afortunado postor pagó solo 875 dólares por ella.

Entre los artistas más contemporáneos, la propia Cecily Brown, que este año tanto se ha revalorizado, ha contado con grabados muy interesantes que se han vendido por poco más de 1.000 dólares como Oh Marie!, The Battle Between Carnival and Lent (after Breughel) o All the Nightmares Came Today. Es el caso de Zao Wou-Ki y Pierre Soulages, de los que también destacan grabados e impresiones. En primer lugar, porque ambos utilizaron la imprenta no solo como un simple medio de difusión, sino como un auténtico medio de expresión. Y en segundo, porque Zao Wou-Ki cuenta con el ferviente apoyo del mercado chino y Pierre Soulages, del estadounidense. Su Grabado Nº. 9, fechado en 1957, se vendió por 8.000 dólares en Hindman, Chicago. Y su serigrafía en color, Sur le mur d’en face, por 4.470 dólares en Christie's Londres.

Hay más magníficos dibujos al pastel del pintor impresionista Armand Guillaumin y pequeños óleos de Albert Lebourg vendidos en subasta entre 2.000 y 8.000 dólares. Otros cubistas, de Louis Marcoussis y Albert Gleizes. También del academicista William-Adolphe Bouguereau, o del fauvista Maurice de Vlaminck, e incluso retratos en óleo sobre lienzo de Jean-Gabriel Domergue por menos de 5.000 dólares.

Sin olvidar las fotografías, que también se pueden adquirir a precios extremadamente modestos. Daguerrotipos históricos de Joseph Philibert Girault de Prangey, instantáneas de Robert Doisneau, Eugène Atget o Robert Mapplethorpe; los retratos de Rineke Dijkstra o Robert Capa; además de otros artistas contemporáneos como Thomas Struth, Andrés Serrano, Cindy Sherman o Nan Goldin que también se pueden encontrar por entre 1.000 y 5.000 dólares. Todos ellos, ejemplos que forman parte de una larga lista de obras económicas capaces de resistir el paso del tiempo, y que demuestra que el mercado del arte ha dejado de ser prohibitivamente caro, si es que algún día lo fue realmente.

Los años del vértigo en la alta gama, en definitiva, parecen contenerse, y se vislumbra un futuro del mercado protagonizado por un público más amplio y piezas más asequibles. Malas noticias para los amantes de la adrenalina.