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'La Casa de los Espíritus' y 'Un mundo feliz', retirados de los colegios en Florida
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Nuevos casos de censura en EEUU

'La Casa de los Espíritus' y 'Un mundo feliz', retirados de los colegios en Florida

Las autoridades escolares los han quitado, entre otros casi 700 títulos, porque temen que violen las nuevas leyes del estado que rige el ultraconservador Ron DeSantis y que prohíben los contenidos pornográficos en las aulas

Foto: 'La casa de los espíritus', uno de los libros retirados en EEUU
'La casa de los espíritus', uno de los libros retirados en EEUU

Ser un niño y tener acceso a los libros en EEUU es cada vez más difícil. A libros reconocidos, bestsellers, ampliamente divulgados y muy queridos por los lectores. Nada de rarezas. Estos días, el periódico Orlando Sentinel y la NPR, la radio pública estadounidense, informaban de que hasta 673 libros han sido retirados de las escuelas públicas de Florida porque piensan que pueden contener entre sus páginas pornografía. O material erótico, lascivo, malo.

Todo parte de dos leyes recientes aprobadas en un Estado que rige el ultraconservador Ron DeSantis y que exigen que maestros y demás autoridades escolares revisen los libros que se encuentran en las bibliotecas a las que tienen acceso los alumnos para excluir aquellos “que incluyan material sexualmente lascivo o pornografía”. En concreto, las leyes indican que todas las escuelas deben ser transparentes en la selección de materiales educativos. Y todos deben estar libres de pornografía, cuestiones de identidad de género o asuntos relacionados con la discriminación por motivos de raza, sexo u origen. Además, los padres deben saber en todo momento cuáles son estos materiales para poder plantear objeciones en caso de que lo deseen.

En principio, estos libros que se han retirado no se encuentran en el currículum escolar, es decir, las lecturas obligatorias, sino que son los que los alumnos podrían llevarse a su casa y leer en los ratos libres.

El asunto es que los libros retirados parecen muy poco adscritos a la etiqueta pornográfica o erótica. Aquí ya está entrando todo. Ahí están Paraíso perdido, de John Milton, La casa de los espíritus, de Isabel Allende, Un mundo feliz, de Aldous Huxley, Beloved, de Toni Morrison, El color púrpura, de Alice Walker, Catch-22, de Joseph Heller, En la carretera, de Jack Kerouac, The Firm, de John Grisham, El Dios de las pequeñas cosas, de Arundhati Roy o Juego de tronos, de George R.R Martin. Autores como Stephen King (tiene hasta seis libros prohibidos) o Haruki Murakami tampoco se libran de la quema.

"Se debate sobre poner armas en manos de los profesores, pero no tengo la confianza suficiente para poner un libro en manos de un niño"

Según declaraciones al Orlando Sentinel de Karen Castor Dentel, miembro de la Junta Escolar del Condado de Orange y ex maestra de escuela primaria, lo que se está creando en los colegios de Florida es un cierto clima de temor por parte del profesorado, ya que son los encargados de señalar qué libros no pasan el filtro de las nuevas leyes para pasárselos a especialistas ¿en pornografía y contenido erótico? y que estos finalmente los retiren. "Se está creando esta cultura de miedo entre nuestros especialistas e incluso entre los maestros que sólo quieren tener una biblioteca en sus aulas para que los niños tengan acceso a los libros", afirmó esta profesora. Ante el miedo, retirada masiva.

Otra maestra, Andrea Phillips, relataba hace unos meses en una columna en The Independent el impacto en su colegio de Florida de estas nuevas medidas:

"Trabajo en un barrio de nivel socioeconómico bajo y la mayoría de mis alumnos no tienen acceso a libros en casa. El año pasado, con la ayuda de mi familia, amigos y comunidad, pude comenzar a administrar una pequeña biblioteca gratuita. En su tiempo libre, los alumnos podían venir, elegir un libro, llevárselo a casa, traerlo de vuelta y cambiarlo. Les gustó mucho y se corrió la voz".

placeholder La escena del culo al aire en ¡No, David! (Scholastic)
La escena del culo al aire en ¡No, David! (Scholastic)

Una vez entrada en vigor la normativa, muchos de estos libros tuvieron que ser retirados por temor a las multas. La profesora sigue: "Los hombros se hundieron, los rostros parecían confusos y tristes, y uno de mis lectores más voraces, que normalmente saca de 3 a 4 libros por semana, comenzó a llorar" (...) Mi enseñanza se ve afectada. Los padres me confían la seguridad y el bienestar de su posesión más valiosa todos los días. No sólo su bienestar físico, sino también su bienestar mental. Me enfurece que se debata sobre poner armas en manos de los profesores, pero no tengo la confianza suficiente para poner un libro en manos de un niño. No sé qué significa esto para el futuro de las bibliotecas, los libros y la educación. Lo que sí sé es que aunque a nuestro Gobernador le encanta vender camisetas promocionando nuestro Estado como el “Estado más libre de Estados Unidos”, su versión de la libertad está destrozando las aulas y enviando a los maestros en busca de nuevas carreras donde no solo se reconozca su experiencia sino que sean tratados con el respeto y la dignidad que merecen”.

No obstante, lo que está ocurriendo en Florida es un ejemplo más de la censura que recorre EEUU. Para muestra, otro botón: el pequeño David corre por la calle con el culillo al aire porque no quiere bañarse. En una escena más del aclamado cuento del ilustrador Shannon David ¡No, David!, dirigido para niños de entre 3 y 5 años. Está entre los más vendidos, ha ganado diversos premios y en España se publicó originalmente en el año 2000 por la editorial Everest. Sin embargo, en las escuelas de Houston (Texas) tampoco lo podrán leer ya que las nalgas están consideradas como “material inapropiado” para los niños. Al cajón de los libros cancelados.

Ser un niño y tener acceso a los libros en EEUU es cada vez más difícil. A libros reconocidos, bestsellers, ampliamente divulgados y muy queridos por los lectores. Nada de rarezas. Estos días, el periódico Orlando Sentinel y la NPR, la radio pública estadounidense, informaban de que hasta 673 libros han sido retirados de las escuelas públicas de Florida porque piensan que pueden contener entre sus páginas pornografía. O material erótico, lascivo, malo.

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