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Hemingway, Venecia y el último amor
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Hemingway, Venecia y el último amor

Ya ha llegado a las salas españolas la adaptación al cine a cargo de Paula Ortiz de 'Al otro lado del bosque y entre los árboles', de Ernest Hemingway

Foto: Matilda de Angelis y Liev Schreiber en 'Al otro lad del río y entre los árboles'. (Oliete Films)
Matilda de Angelis y Liev Schreiber en 'Al otro lad del río y entre los árboles'. (Oliete Films)

¿Puede una mujer dirigir a Hemingway? Paula Ortiz, que venía de actualizar un Lorca y acaba de profundizar en el mundo de (Santa) Teresa, ha tenido la osadía de poner su mirada sobre el macho literario por antonomasia. Cazador, corresponsal de guerra, amante de los toros, … ¿Quién le pone el lazo al superhombre?

No solo Pamplona cautivaba a Hemingway. Su refugio favorito en entreguerras era la romántica Venecia y especialmente su habitación de doble ventanal al Gran Canal en el Hotel del Palazzo Gritti. En un momento de tormento físico y melancolía vital, el todavía aspirante al Nobel escribió una novela por entregas que, como era su regla, se inspiraba en hechos reales. Tan reales como su propia vida, la de un soldado en retirada, cazador por consuelo, entregado a la ilusión de un amor de senectud con una joven aristócrata veneciana.

placeholder Otro momento de la película. (Oliete Films)
Otro momento de la película. (Oliete Films)

Venecia, imagen por antonomasia de la decadencia, aparece como el escenario ideal para situar una historia de adiós a la vida. Al igual que Thomas Mann, Hemingway utilizó la ciudad de los canales para escribir una historia de último aliento vital en la que parece retratarse a sí mismo. El poético título Al otro lado del río y entre los árboles se refiere realmente a un paraje bélico, la temática favorita de Hemingway. Pero esta es, sobre todo, una historia de amor, del último amor quizá, como el que vivió el escritor cuando buscó refugio en la ciudad de los canales ante un final que presentía cercano.

Paula Ortiz, directora aragonesa, es quien se ha atrevido a coger por los cuernos a ese Hemingway tachado de machista, belicista, pendenciero, sanferminero y tantos epítetos poco amables para el mundo feminista. Pero sin duda había otra cara del escritor, tan sensible como bien escondida. Gracias a esta historia de amor, que no fue muy exitosa en su publicación, podemos comprender mejor al autor que ya en sus inicios hizo gala de una sensibilidad a flor de piel pero que quedaría enmascarada con la crudeza de sus relatos bélicos.

placeholder Paula Ortiz dirige 'Al otro lado del río y entre los árboles'. (Oliete Films)
Paula Ortiz dirige 'Al otro lado del río y entre los árboles'. (Oliete Films)

La película- con la excepción de los breves pasajes de guerra -está rodada en un impecable blanco y negro, firmado por el operador vasco Javier Aguirresarobe. Se nos presenta la ciudad de los canales en sus claroscuros, tan romántica como sórdida en ocasiones, tan bella como distante, familiar y espectral a un mismo tiempo. Una Venecia años cuarenta tan vacía entonces como en el rodaje que tuvo lugar en tiempo de la pandemia del COVID que trastocó muchos de los planes de producción. Pero el halo mágico envuelve la película y el escenario en sí, elegante y soñador, que sirve de plataforma a esta historia de un desengaño vital que solo salva el amor pretendido.

Aparece, en el texto y en el guion, el Hemingway más crítico con la guerra y sobre todo con los señores de la guerra, aquellos que desde los despachos mandan a los jóvenes a ser carne de cañón para sus negocios. Reflexivo y crítico, este Hemingway resulta imprescindible para tener una imagen completa del autor. El guion es fiel a la trama contenida en la obra literaria, y la enriquece en algunos detalles, incluido el final más apropiado. Entre los varios intentos de llevarla al cine, hubo una versión previa de guion de John Huston que nunca se materializó, aunque en este sí tiene un papel su hijo Danny Huston. Dirige Paula Ortiz con buen pulso y delicadeza, y consigue que la pareja principal- Matilda de Angelis y Lev Schreiber -bailen en la Piazza San Marcos en un memorable momento de deseada eternidad. Desde ahora veremos al gran Ernst Hemingway con otra luz.

¿Puede una mujer dirigir a Hemingway? Paula Ortiz, que venía de actualizar un Lorca y acaba de profundizar en el mundo de (Santa) Teresa, ha tenido la osadía de poner su mirada sobre el macho literario por antonomasia. Cazador, corresponsal de guerra, amante de los toros, … ¿Quién le pone el lazo al superhombre?

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