¿Casualidad histórica? La jornada en que dos presidentes estadounidenses encontraron el mismo destino

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En el 4 de julio de 1776, 56 personas, representando a las trece colonias británicas de América del Norte, firmaban la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. El documento, redactado en su mayoría por Thomas Jefferson, marcó un antes y un después en la historia de EEUU. Con esta declaración, el país se desvinculaba del dominio británico, y proclamaba su independencia.

Entre todas las firmas, se pueden vislumbrar las de personas ilustres como Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, John Hancock, John Adams o Samuel Adams, entre otros. Ahora, cada 4 de julio se celebra por todo lo alto el Día de la Independencia en EEUU, con fuegos artificiales y mucha diversión. Pero, como desvelan en History.com, hubo un 4 de julio, el de 1826, en el que ocurrió un hecho misterioso. Dos de los firmantes, John Adams y el propio redactor Thomas Jefferson, fallecían el mismo día, con horas de diferencia.

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Este es un misterio que lleva sin resolverse desde hace décadas. La lógica dicta que era algo esperable, ya que tanto Jefferson como Adams tenían una edad avanzada. Pero que ocurriese justo en el mismo día del 50 aniversario de la firma de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, es, cuanto menos, intrigante, y se aleja de una casualidad al uso. Estadísticamente, era improbable que sucediese.

¿Muerte natural o pactada?

Ambos fueron presidentes y ambos comparten fecha de fallecimiento. El primero en fallecer fue Thomas Jefferson, a los 83 años. Al pasar de las horas, le siguió John Adams, a los 90 años de edad. Los dos tenían achaques de salud y murieron por causas naturales, pero su fallecimiento casi simultáneo no dejó de ser una sorpresa, y el suceso estuvo en boca de todos semanas más tarde.

Puede que la voluntad de vivir de ambos expresidentes fuese férrea y determinante

Algunos hablaron de simple coincidencia. Otros, achacaron el misterio a una acción divina. Como bien escribió Margaret P. Battin en un informe del Bulletin of the Historic Society de 2005, “cuando las apelaciones a la coincidencia son insuficientes, debemos buscar explicaciones en circunstancias o causas comunes, o la causalidad de un caso a otro”.

Una explicación bien documentada es que ambos 'esperaron' a morir el día del 50 aniversario. Las ganas de vivir son muy poderosas, y no sería la primera vez que se sabe de una persona, en su lecho de muerte que, conocedora de su destino, hace acopio de todas sus fuerzas y espera la llegada de un ser querido para exhalar su último aliento, y dejarse marchar.

Esa 'voluntad de vivir' en Adams y Jefferson pudo haberlos mantenido con vida, luchando contra la edad, la enfermedad y el paso del tiempo, hasta una fecha tan importante como el 50 aniversario de la firma de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. A los humanos nos gustan los hitos. Los aniversarios nos indican que todo va bien, y en este caso, EEUU llevaba 50 años siendo independiente y libre.

Otros hechos corroboran esta teoría. Se sabe que Jefferson rechazó su láudano habitual, una potente bebida calmante, la noche antes de morir. Parecía estar preparado para morir, como explicó político Churchill C. Cambreleng en un panegírico a Jefferson: “El sol meridiano brilló en nuestro 50º aniversario; entonces, contento de morir, el ilustre Jefferson dio al mundo su última declaración”.

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Por otra parte, las teorías conspiranoicas nunca faltan, y siglos después de ambos decesos, se habló de una “conspiración silenciosa entre médicos, familiares y otros cuidadores para ayudar a su paciente a 'llegar' al día 4”, tal y como explica Margaret P. Battin. Los más desconfiados hablan de dos “eutanasias” programadas, de las que no hay pruebas firmes. Fuese cual fuese la explicación, solo los dos protagonistas de esta historia la conocen, y el suceso, simplemente, quedará marcado en la historia de los EEUU como otro misterio más de los Padres Fundadores.