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El 4 de julio iba a ser el 'Independence Day' del covid, pero no ha ido como EEUU esperaba
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Día de la Independencia

El 4 de julio iba a ser el 'Independence Day' del covid, pero no ha ido como EEUU esperaba

Estados Unidos se dispone a celebrar el que posiblemente sea el 4 de julio más eufórico en varias generaciones

Foto: Fuegos artificiales en el 4 de julio de 2019. (Reuters)
Fuegos artificiales en el 4 de julio de 2019. (Reuters)

Las banderas ondean limpias en las fachadas, las barbacoas están a punto, y hace semanas que los cohetes y petardazos estallan en la noche de Brooklyn. Con la pandemia de coronavirus reducida a una fracción de lo que era hace seis meses, Estados Unidos se dispone a celebrar el que posiblemente sea el 4 de julio más eufórico en varias generaciones. Está previsto que se batan todos los récords de desplazamientos por carretera, y no faltarán los desfiles atiborrados que, salvo en los conservadores estados sureños, el año pasado no pudieron celebrarse.

La coyuntura para festejar es favorable, y la Casa Blanca acogerá en sus jardines a unas 1.000 personas para solemnizar, según el título del evento, que "América vuelve a juntarse". Aun así, las circunstancias siempre podrían ser un poco mejores. La Administración Biden, que prometió vacunar total o parcialmente a un 70% de la población para este fin de semana, se ha quedado corta. La cifra alcanzada del 67% no está nada mal, sobre todo en comparación con la mayoría de países del mundo, pero ahí no está el desafío: el desafío está en inmunizar al 33% restante. Lo único que separa al país de la "inmunidad de grupo".

Foto: Un agente de la Policía Nacional recibe una dosis de la vacuna contra el covid-19 en el Hospital Son Espases, en Mallorca. (EFE)

Las autoridades llevan meses tratando de convencer a los reacios de que se pongan el pinchazo. Han ofrecido hamburguesas, cerveza con chupito, entradas para la ópera o el béisbol, donuts, cheques de 100 dólares y hasta porros de marihuana. Pero el tiempo pasa y se ha pasado de administrar 3,4 millones de vacunas diarias en abril, a cerca del millón diario en junio. Un 68% menos.

"Estos incentivos son una gran idea y son muy atractivos, pero no hay evidencia de que estén abordando los obstáculos", dijo a CNBC Iwan Barankay, profesor de la Universidad de Pensilvania especializado en estudiar los incentivos médicos. "Estamos encontrándonos con una población de gente que se opone vehementemente o tiene una situación vital demasiado complicada".

El 30% de los votantes republicanos no planea ponerse la dosis, frente al 5% de demócratas

La actitud frente a las vacunas varía claramente en función de la ideología. Una encuesta de YouGov y CBS News refleja que el 30% de los votantes republicanos no planea ponerse la dosis, frente al 5% de votantes demócratas. Una postura que concuerda aproximadamente con las cifras de los estados: cuanto más demócrata es un territorio, más alto el índice de vacunación. En cabeza está Vermont, con un 85% de los adultos total o parcialmente inmunizados. A la cola, Misisipi, con un 46%.

Mientras tanto, la contagiosa variante Delta está presente en lugares como Nueva York, donde ha sido detectada y parece ser la segunda cepa más prevalente. Varios expertos médicos, sin embargo, aseguran que las vacunas estadounidenses, siempre que se hayan suministrado las dosis completas, son efectivas contra Delta.

placeholder Un famoso concurso de comer perritos celebrado anualmente en EEUU. (EFE)
Un famoso concurso de comer perritos celebrado anualmente en EEUU. (EFE)

Ninguno de estos riesgos parece haber hecho mella en el entusiasmo norteamericano por celebrar su fiesta nacional. Los observadores del sector turístico están impresionados con la recuperación de los viajes. Según la American Automobile Association, 43 millones de estadounidenses tenían previsto viajar por carretera este fin de semana: un récord histórico. Y 3,5 millones cogerían un avión, lo cual pondrá bajo presión las infraestructuras de los aeropuertos. La pandemia ha hecho que redujeran personal y estas últimas semanas ha habido dudas de que pudieran gestionar eficientemente el tráfico de pasajeros.

El alojamiento también está difícil, y el alquiler de coches; quienes se han alquilado un coche este fin de semana han tenido que pagar un 75% más que en 2019. En parte por la demanda y en parte por el precio del galón de gasolina, que ha subido cerca de un 30%, hasta el mayor nivel en siete años. Estamos hablando, simplemente, de la inflación. La consecuencia natural de una economía recalentada que vuelve a gozar de una confianza del consumidor en buena forma, tan robusta como en 2019, y que ha creado tres millones de empleos desde enero.

Foto: Una huelga en McDonald's. (EFE)

Consciente quizás de que estos números pesan en la bolsa de la compra, la Casa Blanca ha querido quitar importancia a la inflación en un tuit donde aseguraba que cocinar los platos típicos del 4 de julio iba a ser, este año, 0,16 dólares más barato. La prueba, cómo no, de que "el plan económico de Biden está funcionando".

La esfera conservadora, teniendo en cuenta que el Índice de Precios del Consumo ha subido un 5% interanual hasta las cotas de 2008, se ha abalanzado sobre el tuit del Gobierno federal. "Esto me recuerda a un pasaje de [la novela de George Orwell] 1984 en el que celebran el aumento de la ración de chocolate cuando, en realidad, se ha reducido 10 gramos", tuiteó la burócrata republicana Liz Harrington.

placeholder Fuegos artificiales sobre Los Ángeles el año pasado. (EFE)
Fuegos artificiales sobre Los Ángeles el año pasado. (EFE)

Estados Unidos tampoco se ha olvidado de las profundas brechas políticas, ni del aumento generalizado de la delincuencia común en sus grandes ciudades. La vuelta masiva de los americanos a las calles, con sus congregaciones, su acceso a fuegos artificiales y el esperado consumo de alcohol hasta altas horas del domingo, tiene a las autoridades algo nerviosas ante posibles incidentes.

El Departamento de Seguridad Interior advierte de que "los extremistas violentos pueden intentar aprovechar la relajación de las restricciones del covid-19, el mayor acceso a las reuniones masivas, y posibles cambios en los niveles de violencia durante los meses de verano para conducir ataques contra un abanico de objetivos potenciales con poca o ninguna advertencia". Según el documento, obtenido por ABC News, el ministerio solo publica esta información cuando tiene pistas al respecto. Los eventos más vulnerables suelen ser desfiles y conciertos.

El Gobierno también prevé que pueda haber una manifestación de milicias en Washington DC, según un documento gubernamental del 1 de julio. Las heridas dejadas por la Administración Trump, que cerró sus cuatro años con una arenga a las masas y el posterior asalto al Capitolio de EEUU, parecen haberse traspapelado entre los rigores de la actualidad, pero, a todas luces, continúan abiertas.

Es poco probable que estos miedos afecten hoy los ánimos generales. En Nueva York se mantienen las terrazas que se abrieron el año pasado por estas fechas, los bares y restaurantes están a rebosar, y Central Park ha retomado su popular serie de conciertos veraniegos. Las energías acumuladas durante los periodos de confinamiento usarán la excusa del Día de la Independencia para canalizarse en las festividades, como si el covid casi fuera cosa del pasado. La realidad es que el goteo de tragedias continúa: van 605.000 fallecidos, y un paisaje que, si bien mucho más despejado que hace unos meses, todavía presenta algunos nubarrones.

Las banderas ondean limpias en las fachadas, las barbacoas están a punto, y hace semanas que los cohetes y petardazos estallan en la noche de Brooklyn. Con la pandemia de coronavirus reducida a una fracción de lo que era hace seis meses, Estados Unidos se dispone a celebrar el que posiblemente sea el 4 de julio más eufórico en varias generaciones. Está previsto que se batan todos los récords de desplazamientos por carretera, y no faltarán los desfiles atiborrados que, salvo en los conservadores estados sureños, el año pasado no pudieron celebrarse.