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La Cruz, el rey del 'reggayton': "En Venezuela mi música es imposible"
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La Cruz, el rey del 'reggayton': "En Venezuela mi música es imposible"

Llegó a España en 2016 y fue el primer expulsado del OT de 2018, pero ahora es uno de los artistas de música urbana más importantes con más de dos millones de escuchas en Spotify

Foto: Videoclip 'Te conocí bailando' de La Cruz. (Cedida)
Videoclip 'Te conocí bailando' de La Cruz. (Cedida)

"Dijeron que no puedo dedicar un reggaetón a otro jevo…" con solo escuchar ese característico eslogan en un vídeo de TikTok ya sabes que se trata de La Cruz, un cantante de reggaetón que intenta redefinir la industria con una propuesta arriesgada, diferente y divertida. Música que suena en una discoteca y no puedes evitar mover el cuerpo al ritmo de Te conocí bailando, con más de dos millones de escuchas en Spotify, por encima del millón en YouTube y con innumerables reproducciones en noches de fiesta. Y eso que fue el primer expulsado de OT en la edición de 2018 (la que llegó justo después de la de Amaia, Aitana y compañía). La Cruz invierte el género y muestra en sus vídeos hombres sudados bailando de forma sugerente —como la industria ha mostrado durante décadas a la mujer— y, sin ningún discurso político ni social. Este cantante urbano solo busca que la gente se lo pase bien mientras él hace lo mismo desde el estudio. Ya tiene un disco en el mercado, Hawaira, de producción propia y distribuido por de forma independiente por Diskover Co.

Alfonso La Cruz (Caracas, 1995) es un venezolano que abandonó su casa hace ocho años para aterrizar en Madrid y convertirse en el representante del reggayton, el que le canta a los jevos [chicos] en TikTok. Se autodefine como un soñador, desde niño se ha sentido interesado en la música con gustos por los diversos géneros musicales. Disfrutaba del reggaetón y la música urbana con su hermano, quienes admiraban a Arcángel. "Es un artista supercompleto", destaca La Cruz. Y, aunque existe ese prejuicio que señala a los que disfrutan de la música urbana de no cultivarse en el resto del espectro, este artista expande sus gustos desde el reggaetón, pasando por el pop y llegando a géneros más "puretas" como el rock. No obstante, asegura, "me identifica más la música urbana porque es muy fresca y te lo pasas muy bien".

"En Venezuela hacía música para chicas, era lo que veía normal para mí en ese momento"

En una industria que él describe "rara", todo tiene su momento, pero el artista sentencia que tienes que saber mantenerte. "Lo que ha sido complicado en el camino he intentado ignorarlo y seguir adelante, no frenarme cuando me dicen que no", afirma. Relata que hace un tiempo se le presentó la oportunidad de trabajar con una representante importante de América Latina que le puso la condición de construir su música de forma neutral. Ni para ellos, ni para ellas. "No lo acepté porque no hago esto para entrar en la industria ni por vender, yo lo hago porque voy al estudio y me lo paso bien con quienes compongo", sostiene el cantante, quien prioriza su comodidad y autenticidad a las exigencias de la industria. "Cuento lo que me pasa, lo que vivo, un poco romantizado porque es como en las películas, pero la historia es mía".

Irónicamente, aunque gran parte de su fama se la deba a TikTok, asegura que no dedica mucho tiempo a este red social. "Yo no bailo, yo no hago los trends", sube un TikTok a la semana y reacciona a los fans, y eso, sumado a su carisma natural y su calor caribeño, le ha ayuda para hacerse con más de 230.000 seguidores. "No soy un creador de contenido constante, lo hago más por diversión". Esa etiqueta (la de dedicarle reggaetón a otro jevo) le ha servido como boom en redes, con una media de 200.000 visualizaciones por vídeo. A partir de ahí creó un grupo de fans interesados en su persona y su música. Cuenta que ese eslogan con el que se mantiene constantemente en el "para ti" de TikTok lo ideó en unas Navidades hace dos años para cantar las canciones de los artistas que admira como Young Miko o Karol G, con quien ha sostenido alguna conversación por Instagram y anhela ser su "colaboración ideal". De todas cosas hablamos con él en esta entrevista en El Confidencial a donde se acercó pese al calor extremo veraniego.

placeholder La Cruz posando.(Cedida)
La Cruz posando.(Cedida)

PREGUNTA. ¿Cómo es el recibimiento del público a la música con ese nuevo enfoque que haces?

RESPUESTA. La comunidad LGBT está ahora mismo a fuego con el proyecto porque se sienten identificados de cierta forma. También está siendo disfrutada y recibida por el público más general. Empatizan, yo creo que escuchan el tema en una discoteca o en algún festival o fiesta y se lo vacilan seas o no del colectivo. No me gusta definir esta música como "nueva" porque llevo mucho tiempo en el estudio, hay mucha gente que lo lleva haciendo hace tiempo, solo que ahorita está ganando reconocimiento.

P. ¿Era necesaria esta representación en la industria?

R. Es importante contar historias diferentes, creo que la industria es muy repetitiva, apuesta por lo fácil y quieren que el consumidor de música tenga algo fácil. Por eso considero que los artistas tenemos un trabajo gordo por hacer, poder aportar a la gente algo nuevo, algo diferente que la gente pueda decir "no me pasa, pero wow, le pasa a alguien". Yo tengo la libertad de hacer mi música y escribir mis cosas. Al final la gente percibe eso y tengo esa virtud, que tengo tan claro lo que quiero hacer y lo que quiero escribir.

P. ¿Qué opinas del término reggayton?

R. Es un término que ha creado alguien de la noche a la mañana y me parece superinteresante que puedan crear eso y que yo sea parte de él, porque no soy el único. Creo que es un movimiento, más que solo una palabra. Apoyo el término, pero lo que no me gustaría es que mi música solamente se encasille para el público o el colectivo LGBT. Creo que estamos en un buen punto de la industria donde cada quien hace lo que quiere, canta lo que quiere y la gente lo disfruta en todos los sentidos. No quiero relacionar mi proyecto solamente con un tema social o con una etiqueta que está dividida hacia otro lado. Yo creo que sirve para hacer presencia y dar visibilidad, pero al final la música va al mismo sitio, en Spotify estamos todos en las mismas listas, yo he estado en Fuego (una lista de reproducción de música urbana de Spotify), y es como "wow" que también tengan el término reggayton está bien, pero vamos todos al mismo sitio.

"La industria es muy repetitiva, apuesta por lo fácil y quieren que el consumidor de música tenga algo fácil"

P. ¿Podría haber sido posible esta música en Venezuela?

R. Hubiese sido imposible hacer este tipo de música en Venezuela. Yo allí hacía música para chicas, los dos temas que hice mientras estuve allí. Tenía 14 años cuando empecé a ir al estudio, el primer tema lo publiqué con 15 años y empecé a abrir conciertos. Cuando veía todo el equipo de baile, toda la producción llevándolo todo, yo estaba solo con mis cuatro bailarinas y mi mamá, más nada, sabía que era eso lo que quería conseguir. No cantaba a chicas porque me sintiese especialmente presionado, sino porque era lo que veía normal para mí en ese momento, el mercado estaba repleto de canciones hacia las chicas y yo iba a hacer canciones como las hacía mi productor y como las hacían mis colegas, para las chicas, sin cuestionar nada. Además, estaba en mi transición de contárselo a todo mi entorno, entonces allí empezó mi proceso.

P. ¿Cómo influyó en tu música mudarte de Venezuela?

R. Cuando llegué aquí lo vi más claro, por las oportunidades que tuve aquí. Me ayudó a ser bastante lógico con lo que canto a la hora de subirme a un escenario. Por ejemplo, Operación Triunfo me enseñó mucho eso, estar delante de tanta gente y cantar una canción que no es tuya se siente muy bien, pero una vez tienes la oportunidad de cantar algo propio, en este caso mi single con la gira, Nadie te va a querer, que era la mía, no tenía ningún tipo de comparación. Yo decía, "quiero hacer música que realmente sienta cuando las estoy cantando". España está en un punto bastante adelantado en comparación a otros países, por ejemplo yo viajo a Latinoamérica y en Venezuela seguimos flaqueando con los derechos del colectivo LGBT y es una cosa horrorosa lo que se vive allí.

"España está en un punto bastante adelantado en comparación a Venezuela, ahí seguimos flaqueando con los derechos LGBT"

P. ¿Qué hay después de OT?

R. Después de OT pasan muchas cosas. ¿Qué es lo que viví?, es lo primero que te preguntas. También está el factor que, al salir, llega la pandemia y el mundo se paraliza, entonces eres un artista que sale de un reality show, tienes que continuar con tu carrera y la pandemia fue un factor que no ayudó mucho. Te enfocas en tu trabajo, en aplicar las herramientas, en aprender a hacer cosas nuevas, por ejemplo el tema música. Yo hice un máster en music business y producción musical. Además, está la parte de los contratos, lo que empiezas a firmar, lo que te conviene y lo que no, de eso también se aprende muchísimo. Yo salí de OT cuando era mi momento de salir. Preferiblemente salir de primero que de segundo, tercero o cuarto. Porque el número uno tiene algo especial, mira a Lola Índigo. Cuando salí de la academia creo que era el momento de irme, si me hubiese quedado no lo habría pasado bien porque estaba muy agobiado con el nivel, sin el teléfono, con las cámaras, sin saber qué pasaba fuera. Es difícil de llevarlo.

P. ¿Antes de presentarte a OT sabías lo que significaba?

R. No tenía ni idea. Yo estaba en la cola como en la de Factor X o Got Talent o cualquier otro casting. De hecho, recuerdo que la planilla del casting, después de la primera pegatina, me la dio Ana Guerra y yo no sabía quién era. Claro, yo llevaba solo dos años viviendo en España y no veía tele, estaba siempre trabajando. Entonces, cuando Ana Guerra me dio la planilla yo le dije "gracias" y me di la vuelta, justo después vino otra persona casi llorando y le dijo "Ana, te amo", y yo pensando "bueno, ¿y esta quién es?" (risas). Cuando llegué a casa fue que descubrí quién era cada uno y me di cuenta de que estaban ahí Aitana, Ana Guerra, estaban todos y yo no los conocía a ninguno.

"Cuando llegué a casa descubrí quién era cada uno y me di cuenta de que estaban ahí Aitana, Ana Guerra, y yo no los conocía a ninguno"

P. ¿Cómo ha sido el proceso de hacer tu disco?

R. Los discos son complicados de trabajar, yo he hecho uno solo, claro yo hablo como si tuviera diez. Pero el que tengo me hizo pensar muchísimo porque no es solamente meter ocho temas en un disco, sino cómo quieres que sea el disco, cómo quieres que la gente lo viva, cómo lo llevas al escenario; darle sentido a los sonidos, los colores, las historias que cuentas, cómo empieza cada canción, cómo acaba cada canción… Al construir un álbum no sabes cómo se va a hacer, solo tienes que empezar a hacer la música y ya después le vas dando forma.

P. ¿Hawaira?

R. Hawaira. Es mi primer baby. No tienen ninguna colaboración, aunque yo las quería, pero no estaba en un momento ni en una posición en las que fuese factible tener contacto con gente de la industria, no me habían visto, no era conocido. El álbum salió completamente en solitario, ocho temas. Este álbum se fue creando sin saber que era un álbum, en realidad yo fui viviendo, yendo al estudio y viviendo y al final hice una recopilación junto a mi equipo y dije, "vamos a darle forma a esto, será que lo hacemos así y asao". Yo también tenía esa necesidad de "quiero ir al estudio y no escuchar las mismas canciones que ya tienen mucho tiempo grabadas". Esto lo viví, esto lo tengo aquí y necesito que salga. Lo que hicimos fue organizar las ideas de lo que queríamos hacer y si escuchas el álbum desde la primera hasta la última tiene una secuencia superinteresante a nivel de ritmos y a nivel de letras y todo.

placeholder La Cruz. (Cedida)
La Cruz. (Cedida)

P. ¿De qué viene el nombre del álbum?

R. El nombre no tenía ni puta idea qué ponerle (risas). Esa es la realidad. ¿Cómo defino esta parte de mi vida y le pongo nombre a esta temporada? Entonces me identifiqué más por los ritmos que por otra cosa y dije," mira yo soy de La Guaira, siempre la llamé Hawaira", cuando estaba con mis amigos en Caracas me decían "¿qué hacemos el fin de semana?", y yo les decía vamos a Hawaira.

P. ¿Cómo llevas el nuevo álbum?

R. Mi nuevo álbum va muy bien, solo llevo un 0,001% (risas), pero ya he pensado lo suficiente y he hablado con mi equipo. Queremos que sea un álbum diferente que cambie todas las cosas. Va a ser muy variado, como Hawaira, no me quedaré en un solo género, quiero que tenga la esencia de La Cruz y la esencia del género urbano, pero que tenga algo experimental también, que la gente lo sienta fresco.

"No tienen ninguna colaboración, aunque yo las quería, pero no estaba en un momento ni en una posición en las que fuese factible tener contacto"

P. ¿Cuál es la esencia de La Cruz?

R. No sé, por mis letras, cómo le meto yo, que sea identificable. Que me reconozcan por mi música.

P. ¿Cómo gestionas un bloqueo creativo?

R. Cuando tengo un bloqueo creativo, lo que hago es desconectarme de la música y de todo en general, sobre todo de lo que me ha bloqueado. En el mundo de la música siempre vas al estudio y compartes ideas porque todo es trabajo en equipo, pero al final nuestras cabezas son totalmente diferentes, entonces a lo mejor te encuentras con alguien que empieza a cuestionar tus pasos, lo que estás haciendo, y para poder hacer algo en la música tienes que pasar por muchos estudios, muchos productores, muchos compositores. Esa es la parte que más afecta, que luego estás en tu casa solo y dices: es que he pasado por 10.000 sitios diferentes y he tenido un bloqueo. Lo que hago es encerrarme una semana en mi casa y espero que se me pase, como un retiro espiritual, salgo con mis amigos, me despejo, voy a la playa y eso ayuda mucho.

P. ¿Tenías un plan B en el caso de que la música no hubiese funcionado?

R. Me hubiese dedicado al management o algo de esto, pero siempre habría estado relacionado con la industria. Detrás de un artista o una productora, pero a mí la industria musical me encanta, siempre habría formado parte de ella. Es un negocio creativo por todas partes, tenga o no que ver con el dinero. Yo de hecho ahora estoy de forma independiente, una productora familiar, y muchas multi se han interesado últimamente en el proyecto y estamos muy agradecidos, pero ahora mismo nosotros tenemos el poder de decidir qué pasa con el proyecto y de momento seremos el sello de La Cruz.

"Dijeron que no puedo dedicar un reggaetón a otro jevo…" con solo escuchar ese característico eslogan en un vídeo de TikTok ya sabes que se trata de La Cruz, un cantante de reggaetón que intenta redefinir la industria con una propuesta arriesgada, diferente y divertida. Música que suena en una discoteca y no puedes evitar mover el cuerpo al ritmo de Te conocí bailando, con más de dos millones de escuchas en Spotify, por encima del millón en YouTube y con innumerables reproducciones en noches de fiesta. Y eso que fue el primer expulsado de OT en la edición de 2018 (la que llegó justo después de la de Amaia, Aitana y compañía). La Cruz invierte el género y muestra en sus vídeos hombres sudados bailando de forma sugerente —como la industria ha mostrado durante décadas a la mujer— y, sin ningún discurso político ni social. Este cantante urbano solo busca que la gente se lo pase bien mientras él hace lo mismo desde el estudio. Ya tiene un disco en el mercado, Hawaira, de producción propia y distribuido por de forma independiente por Diskover Co.

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