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Tina Turner, la mujer que profetizó el poder femenino en la música
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OBITUARIO

Tina Turner, la mujer que profetizó el poder femenino en la música

Era explosiva y volcánica: más allá de la sexualidad que irradiaba, sus bailes y giros, agitando la cabeza y moviendo con gran rapidez sus delgadas piernas, no tenían ninguna competencia

Foto: Tina Turner durante una actuación en 1970. (Getty/David Redfern)
Tina Turner durante una actuación en 1970. (Getty/David Redfern)

Tina Turner se ha ido a los 83 años. Mito absoluto de una generación, cuando el baile y la música negra simbolizaban una modernidad a la que todo blanco quería aspirar. Un símbolo que lo mismo representaba sexualidad que liberación o placer. Y que quiso ir mucho más allá, apropiándose del sentimiento de ser mujer y negra. Algo que en la década de los setenta y ochenta todavía era conflictivo llevar con orgullo. Ella ha sido cantante, compositora, actriz de renombre y una de las productoras de teatro con más éxito de esta última década, donde ya había dejado de actuar a causa de las dolencias de un cáncer.

Sus comienzos están asociados a los del guitarrista y teclista Ike Turner. Ella nació como Anna Mae Bullock un 26 de noviembre de 1939, pero no será hasta 1960 cuando adquiera el nombre de Tina Turner junto a Ike, su pareja durante tres lustros, en los que grabará algunas de las gemas más fulgurantes del rythm and blues.

Foto: Fallece Tina Turner a los 83 años. (EFE/EPA/David Hecker)

El dúo fue uno de los combos más representativos del soul de los sesenta y setenta, donde grabaron auténticos llenapistas para sellos como Kent, Loma, Modern o Blue Thumb. Himnos como "A fool in love", "Poor fool", "Working together" o "Proud Mary" (versión de la Creedence). Sin embargo, no fue hasta 1966, con "River Deep-Mountain High", que cosecharon un éxito global gracias a Phil Spector, productor de una obra en la que también Tina Turner marcó las bases de un sonido incontestable dentro de la escena más canónica del soul.

Son años en los que telonean a los Stones y sus directos se vuelven lo más reverenciado del star system musical. Tina Turner era explosiva y volcánica, más allá de la sexualidad que irradiaba (explotada por multitud de escritores y críticos de la época), sus bailes y giros, agitando la cabeza y moviendo con gran rapidez sus delgadas piernas, no tenían ninguna competencia. Los Who van a ser capaces de inmortalizarla en Tommy, donde ella va a interpretar a la reina del ácido, Acid Queen. Tras su divorcio con Ike Turner vendría su biografía, I, Tina (convertida en película como What’s love got to with it?) y todo el calvario que sufrió junto a él. “Fue el 4 de julio de 1976, el día de mi libertad”, contaba. Peleas, palizas y un intento de suicidio que ella misma resumía de esta forma: “Así era toda su vida, te pegaba y se acostaba contigo, discutía y peleaba, y luego se iba a tocar. Y a mí ni siquiera me gustaba su asquerosa música”.

Es interesante verla trabajar en los noventa, porque vienen a la cabeza muchas de las artistas más jóvenes del presente

Aquellas memorias la van a hacer más fuerte, también sus intervenciones en películas como Mad Max: más allá de la cúpula del trueno o El último gran héroe, junto a Arnold Schwarzenegger. Y un disco, con la mano maestra de Mark Knopfler, que la vuelve a situar como la gran artista global que había sido: Private dancer. Convertida en una artista pop, jugando en la misma liga que David Bowie, James Brown o Mick Jagger, sus directos se harán cada vez más grandes. Un primerizo Santiago Alcanda recogía así su salida en la madrileña Sala Morasol, en las navidades de 1983, para El País: “Apareció cubierta de trapos selváticos similares a los de la Jane tarzaniana e inició un abierto y caluroso repertorio de temas de estrellas del rock”.

Foto: Tina Turner. (EFE EPA / Maciej Kosycarz)

Es interesante verla trabajar en los noventa porque vienen a la cabeza muchas de las artistas más jóvenes del presente. Tina Turner fue el vínculo entre el pasado menos glamuroso del rock y lo que vino en los noventa, con unas giras mastodónticas y la presentación de un recopilatorio, Simply The Best, que la pone en lo más alto de las listas y dándole todo el crédito de un pasado lleno de talento. Seguirá ya un trabajo más bien errático: la banda sonora de "Goldeneye", uno de los temas que mejor han envejecido de la factoría 007; duos con Antonio Banderas o Beyonce, entre otros, y un musical estrenado en el West End londinense que ha girado de Broadway a Madrid.

placeholder Tina Turner en 1985. (Getty/Daily Express/Hulton Archive/John Rogers)
Tina Turner en 1985. (Getty/Daily Express/Hulton Archive/John Rogers)

La última vez que supimos de ella fue en la Berlinale, con motivo de un delicado documental sobre su vida, Tina, firmado en la producción por su marido Erwin Bach. Entre las palabras que emanaban de aquella película, uno que resume lo que luego fue su vida: “Fui un pájaro fuera de la jaula, por fin conocía la libertad”.

Tina Turner se ha ido a los 83 años. Mito absoluto de una generación, cuando el baile y la música negra simbolizaban una modernidad a la que todo blanco quería aspirar. Un símbolo que lo mismo representaba sexualidad que liberación o placer. Y que quiso ir mucho más allá, apropiándose del sentimiento de ser mujer y negra. Algo que en la década de los setenta y ochenta todavía era conflictivo llevar con orgullo. Ella ha sido cantante, compositora, actriz de renombre y una de las productoras de teatro con más éxito de esta última década, donde ya había dejado de actuar a causa de las dolencias de un cáncer.

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