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Muere Andy Rourke, el chico de barrio que devolvió la importancia del bajo al pop de masas con The Smiths
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FALLECE A SUS 59 AÑOS

Muere Andy Rourke, el chico de barrio que devolvió la importancia del bajo al pop de masas con The Smiths

El bajista de The Smiths no tuvo una vida fácil, marcada por su adicción a la heroína y los conflictos con sus compañeros. Ello no le impidió ser uno de los músicos más influyentes desde entonces hasta el presente

Foto: Andy Rourke, bajista de The Smiths, el primero a la izquierda.
Andy Rourke, bajista de The Smiths, el primero a la izquierda.

"Había un montón de críos en bici que nos tiraban piedras y gritaban que nos fuéramos a tomar por culo... En aquella época Salford era una zona bastante chunga". Así describe Andy Rourke, bajista de The Smiths tristemente fallecido hoy, uno de los momentos más paradigmáticos de la banda. Era una mañana fría de noviembre de 1985 en Manchester. Su agente les había enviado a hacer unas fotos con motivo del lanzamiento del que sería su nuevo disco, The Queen Is Dead, (Rough Trade, 1986), quizá el más famoso y emblemático del conjunto.

En dicha fotografía, podemos observar un letrero en el que se lee "Saldford Lads Club" bordeado por unas columnas victorianas de piedra. Este Club Juvenil para Chicos localizado en Saldford, un suburbio de Manchester, se convirtió años posteriores en un centro de peregrinación para todos los fans de la banda inglesa repartidos por el mundo, ya que de alguna forma representa a la perfección el 'espíritu Smiths': jóvenes angustiados, rebeldes, de ademanes afeminados, solitarios e incomprendidos bajo el telón de un Manchester caduco, que imaginamos en tonos sepia y gris, colores protagonistas de las portadas de sus álbumes. El semblante de Rourke, siendo el primero a la izquierda, muestra tranquilidad y aplomo, como si estuviera orgulloso.

placeholder Imagen promocional del álbum 'The Queen Is Dead' (1985, Rough Trade), realizada por Stephen Wright.
Imagen promocional del álbum 'The Queen Is Dead' (1985, Rough Trade), realizada por Stephen Wright.

Pero la intrahistoria de la fotografía es otra. Como recordaba el propio Morrissey, cuyo carisma superaba con creces al de Rourke, "nos jugamos la vida por esa foto". Llevó alrededor de quince minutos hacer la fotografía. "Mientras nos preparábamos, una pandilla de niñas de diez años vino a amenazarnos", relata el cantante, tal y como contó después en una de sus múltiples entrevistas; esta declaración, en concreto, ha sido recogida de un artículo del imprescindible The Smiths. Música, política y deseo (VV. AA., Errata Naturae). No estaban tan tranquilos. Las muecas de despreocupación no hacían justicia al momento, pero no todos los días te levantas y eres un músico de éxito al que todo el mundo quiere conocer. Sobre todo, las caras de Johnny Marr (guitarrista, localizado detrás de Morrissey) y de Mike Joyce (baterista, el último al fondo) denotan algo de ese nerviosismo que subyacía en la escena.

Se mantuvo en un segundo plano, ajeno al carisma musical y vital de sus otros dos compañeros, Morrissey y Marr

En cambio, Rourke se sentía como en casa. Salford le recordaba mucho al lugar donde creció, Ashton-on-Mersey, en el distrito de Trafford. Pocos meses después de esta icónica fotografía, Morrissey le despide de la banda con una nota en el parabrisas de su coche. ¿El motivo? Su adicción a la heroína, un vicio que le perseguiría toda su vida. Tal y como suena, parece el típico cuento aspiracionista. Otro adolescente más de barrios bajos que compone grandes melodías destinadas a ser inmortales. No fue la heroína lo que se le llevó por delante ahora, en pleno 2023, casi cuatro décadas después de esa icónica fotografía, sino el cáncer de páncreas. En aquella imagen tan solo contaba con 19 años, pero ya estaba enganchado.

Adicciones y enemistades

Afortunadamente, el romanticismo trágico que inunda las biografías de los grandes héroes del rocanrol, y en la que destaca la heroína como la más perfecta de las musas, con capacidad para destruirte a toda velocidad, no tocó a Rourke. Se mantuvo en un segundo plano, ajeno al carisma musical y vital de sus otros dos compañeros, Morrissey y Marr. Hay pocos bajistas que destaquen por encima de cantantes y guitarristas, pero sin duda Rourke era uno de ellos, y su manera de demostrarlo distaba mucho de la polémica y la provocación, tan recurrente para su compañero del micrófono. Rourke compuso las mejores líneas de bajo del nuevo pop británico que más tarde evolucionaría hacia el britpop.

"Cuando teníamos 15 años me mudé a su casa para vivir con él y sus tres hermanos. Pronto me di cuenta de que era una persona extraordinaria"

Demasiados competidores para un instrumento que nunca nadie quiere tocar o que siempre se encarga al mejor amigo de la banda. Por aquellos años, sonaban en la radio The Cure o The Stone Roses, el post-punk de bandas como Echo & the Bunnymen o el synthpop de New Order, evolución preciosista y edulcorada de Joy Division. Todas ellas tenían un bajo mucho más protagonista en sus canciones que en las de The Smiths. Sin embargo, la manera de marcar el ritmo y acompañar los lánguidos fraseos de Morrissey que tenía Rourke, en temas legendarios como 'How Soon Is Now' o 'I Know It's Over', por citar algunas, colocan sus partituras en el más alto podio de la historia del pop de Inglaterra. Y han sido inspiración de una ingente cantidad de bandas posteriores, desde Oasis y Blur en los noventa, hasta los más recientes The 1975 en la actualidad.

Amigos desde el colegio

En lo que refiere a su vida posterior a The Smiths, su enemistad con Morrissey (peleas judiciales por los derechos de autoría de por medio) no le privó de seguir manteniendo una fuerte amistad con el otro lado compositivo de la banda, especialmente con Johny Marr, a quien conoció en el colegio en 1975, cuando tan solo tenían 11 años. "Éramos los mejores amigos, íbamos juntos a todas partes", ha rememorado el guitarrista en una emotiva carta de despedida tras su muerte, en declaraciones recogidas por la New Musical Express. "Cuando teníamos quince años me mudé a su casa para vivir con él y sus tres hermanos, y pronto me di cuenta de que era una de persona extraordinaria porque no caía mal a nadie. Mantuvimos una estrecha amistad a lo largo de los años, sin importar dónde estuviéramos o lo que estuviera pasando, y es una cuestión de orgullo personal y triste que la última vez que tocara en un escenario conmigo fue con mi banda, en septiembre de 2022 en el Maddison Square Garden".

Foto: Rolling Stones envueltos en la bandera británica. (Cedida)

Suponemos que esa tristeza a la que se refiere Marr tiene que ver con el hecho de que no compartieran escenario como The Smiths, y quedara de nuevo relegado a segundo plano, esta vez en su banda. Hubo muchos rumores de una posible gira con los cuatro Smiths al completo. Rumores que rápidamente se apresuraba a desmentir el propio Rourke con enfado, sobre todo en 2018, cuando quedó profundamente afectado por la muerte de una de sus mejores amigas, Dolores O'Riordan, cantante y alma de The Cranberries. "Me entristece profundamente que durante la semana de la muerte de mi querida amiga Dolores O'Riordan se hagan declaraciones falsas en mi nombre", sentenció. Con ella también formó parte del grupo D. A. R. K., con quien solo sacó un álbum en 2016.

Sin embargo, la contribución más notable al mundo de la música de Rourke al margen de con The Smiths vino de la mano del supergrupo Freebass, formado junto a Peter Hook de New Order y con Mani, de The Stone Roses. Ya el propio nombre de la banda lo dice todo en lo referente a su amor por el bajo y al hecho de que todos eran bajistas. "Creo que surgió por la frustración de ser bajista y trabajar siempre con gente mandona", explicó en una de sus últimas entrevistas, concedida a la revista Chaos Control, para presentar uno de los últimos proyectos musicales en los que se vio envuelto.

En segundo plano

"Fue como nuestro frente de liberación, y fue divertido mientras duró. Había discusiones en el estudio, alguien decía: '¿Puedes subir un poco mi bajo?' y luego otro: '¡Ese no es tu bajo, es el mío!'. Entonces renuncié y me convertí en segundo bajista, y luego creo que Mani también lo dejó. Pero fue divertido mientras duró". Estas declaraciones son sin duda las que mejor definen la personalidad de Rourke, un genio de la música que, quizá por su humildad de clase baja, sus adicciones y su tendencia al segundo plano, tenía la mecha muy corta, distanciándose cada cierto tiempo de la gente que le acompañaba. Sin embargo, ello no es óbice para considerarle como uno de los mayores renovadores del pop inglés desde hace casi 40 años hasta nuestros días. Su tono de chorus gangoso perdurará muchos años después de su muerte. Es lo que tienen los grandes artistas: se van, pero sus canciones se quedan.

"Había un montón de críos en bici que nos tiraban piedras y gritaban que nos fuéramos a tomar por culo... En aquella época Salford era una zona bastante chunga". Así describe Andy Rourke, bajista de The Smiths tristemente fallecido hoy, uno de los momentos más paradigmáticos de la banda. Era una mañana fría de noviembre de 1985 en Manchester. Su agente les había enviado a hacer unas fotos con motivo del lanzamiento del que sería su nuevo disco, The Queen Is Dead, (Rough Trade, 1986), quizá el más famoso y emblemático del conjunto.

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