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Este artista-ecologista te va a encantar (aunque no tengas ni idea de arte)
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Este artista-ecologista te va a encantar (aunque no tengas ni idea de arte)

El danés-islandés Olafur Eliasson es uno de los creadores más prestigiosos del planeta. Muy comprometido con el medio ambiente, acaba de inaugurar una gran exposición en Qatar

Foto: El artista islandés Olafur Eliasson. (EFE/Luis Tejido)
El artista islandés Olafur Eliasson. (EFE/Luis Tejido)

La figura de OIafur Eliasson (Copenhague, 1967) en medio del desierto qatarí es inconfundible. Entre suntuosa vestimenta árabe, el artista aparece con su sombrero, camisa y botas de tacón y puntera fina. Es como un Indiana Jones del arte en el paisaje árido. A su alrededor se despliega su última creación, The Curious Desert, doce pabellones con diferentes instalaciones que juguetean con la luz, el agua, la temperatura, el espejo, el cristal, la obsidiana. El espectador también juega. Se mira en los distintos espejos. Observa cómo las máquinas dibujan según la mano alzada del viento, gracias a un mecanismo matemáticamente estudiado. Toca la obsidiana. Se refleja en las perlas que homenajean a aquellos primeros recursos económicos del país. Si usted no lo sabe, esto es puro Eliasson, uno de los artistas más prestigiosos del planeta y que más seduce a cualquier visitante. Aunque sea un auténtico profano del arte.

The Curious Desert, que tiene también una extensión en el Museo Nacional de Qatar, se inauguró el pasado 19 de marzo en un hábitat llamado sabkha, una especie de salar, a unos 64 kilómetros al noreste de Doha, cerca de la reserva de manglares de Al Thakhira. Son las condiciones que busca siempre este artista cuyo interés radica en una reflexión artística sobre el planeta que tenemos. Y cómo podemos cuidarlo. Podría decirse que es el artista-ecologista. Lo es desde sus primeras obras a finales del siglo XX como Ventilator (1997), un conjunto de ventiladores balanceándose en distintas direcciones y girando sobre su propio eje o The Weather Project (2003), que se montó en el Turbine Hall de la Tate Modernen Londres y que consistía en una serie de humidificadores que creaban una fina niebla mediante una mezcla de azúcar y agua. También había un disco compuesto por cientos de lámparas monocromáticas irradiando luz amarilla. A la vez, el techo de la sala estaba cubierto con un enorme espejo. Los estímulos sensoriales que recibía el espectador llegaban por todas partes.

placeholder Olafur Eliasson, en la inauguración de la exposición 'The curious desert' en Qatar.
Olafur Eliasson, en la inauguración de la exposición 'The curious desert' en Qatar.

"Yo soy un artista, pero también soy una persona. Y como persona intento hacer lo que hace todo el mundo con respecto al cambio climático. La diferencia en muchos casos es que hacer arte no está basado en el mercantilismo o el capitalismo. Hacer arte es una actividad cultural y el principio de todo eso son los valores humanos. Como persona puedo contribuir y tomarme el futuro en serio en mis actividades personales. Y como artista soy bastante consciente de que ya no se puede ignorar el cambio climático a la hora de trabajar", contesta cuando le pregunto por este compromiso para con el clima en su obra y lo que puede hacer el artista al respecto. La charla no es en el desierto sino en una espaciosa sala de uno de los mejores hoteles de Doha. Como una estrella del rock. Está en el sitio adecuado para ello: desde hace una década, Qatar, con la jequesa Mayassa bint Hamad bin Khalifa Al Thani, se ha convertido en uno de los países que más invierte en arte contemporáneo y en los mejores artistas del mundo.

"El artista tiene que hacer es comunicar, pero huyendo de política y el populismo"

El compromiso de Eliasson, no obstante, tiene poco que ver con la pancarta, la manifestación o el manifiesto. Él cree que los artistas deben ir por otro lado. "Lo que tiene que hacer es comunicar, pero huyendo de las elecciones políticas y el populismo. Por otro lado, el artista debe decir cosas que estén libres de los intereses de la economía, del sistema capitalista. La cultura tiene un papel único en la sociedad civil y ahí es donde yo veo mi papel: es el de contribuir a la discusión sobre este asunto, pero no ser un líder".

¿Quién es Eliasson?

Para entender la obra de Eliasson hay que ir a sus orígenes y su particular relación con otro país con un paisaje impresionante: Islandia, de donde proceden sus padres. Él se crio en Dinamarca, donde había emigrado su familia, pero cuando sus padres se separaron y el padre regresó a Islandia, el joven Eliasson acudió a la isla volcánica todos los veranos.

placeholder El jardín de perlas en 'The Curious desert'. (Ali Faisal Al Anssari)
El jardín de perlas en 'The Curious desert'. (Ali Faisal Al Anssari)

Así fue surgiendo su pasión por el paisaje, la flora y la fauna que trasladó a su trabajo artístico cuando abrió su estudio en Berlín en 1995, un estudio de investigación en el que hoy trabajan más de 30 personas entre arquitectos, ingenieros, artesanos y ayudantes que construyen instalaciones, esculturas y proyectos a gran escala por encargo. Pese a que hoy es uno de los creadores más prestigiosos y por el que se pelean museos y bienales, no fue fácil. Como ha contado, su abuelo se suicidó, su padre tuvo graves problemas con el alcohol y tuvo que cuidar a su hermana de solo dos años. Todas estas experiencias le llevaron a la Real Academia Danesa de Bellas Artes, donde estudiaría desde 1989 hasta 1995, entre medias, una estancia becada en Nueva York, donde empezaría a trabajar como asistente para el artista Eckhart. Y de ahí a Berlín, que en los noventa y principios de los 2000 era el sitio en el que había que estar.

De la observación del paisaje aprendido en Islandia también extrae las semejanzas entre la isla y un país como Qatar que, a priori, no se parecen en nada. "Tienen muchas similitudes como esa especie de vacío y esterilidad lunar. Y cuando miras en profundidad lo que puedes ver es que no hay ese vacío sino mucha vida, mucha vida animal, insectos, pájaros. No es lo que los humanos vemos como vacío, aburrido, sin nada. No, no, está lleno de cosas. Y hay muchísima actividad", sostiene.

placeholder La máquina que dibuja. (Ander Sune Berg)
La máquina que dibuja. (Ander Sune Berg)

Esta mirada hacia el paisaje es la que se encuentra en esta exposición que, en dos partes, abarca sus 25 años de trayectoria. "Sí, es una oportunidad de mostrar de forma holística mi trabajo", sostiene. La parte exterior, que se realizó con la ayuda de científicos para cuidar el medio natural en el que querían desarrollar las instalaciones -y a animales como el zorro rojo árabe-, sumerge al espectador en el shabka; la parte interior, la que se encuentra dentro del museo es un despliegue de instalaciones de luz -los juegos ópticos- fotografías de Islandia, estudios geométricos complejos, acuarelas, dispositivos ópticos, además de un gran mapa de investigación en el que se puede seguir su forma de trabajar y sus intereses para con el medio ambiente.

Sin embargo, el artista también insiste en que no hay dos partes separadas. "No hay un exterior porque tú siempre estás dentro. Un museo es un sitio en el que ves cosas en alta definición. Yo no estoy muy de acuerdo con la idea de que el museo muestra una imagen del exterior. No, el museo es la realidad, el museo es real", comenta. The curious desert es un todo en uno.

Experimentar el colapso

En los últimos tiempos, han brotado por todo el planeta las exposiciones inmersivas. Los cuadros de Goya, Picasso, Klimt, Frida Kahlo o Van Gogh -siempre pintores hiperconocidos- a pantalla gigante en salas donde es difícil no sentirse como poco abrumado por la imagen (nada que ver con el cuadro). Con Eliasson también te introduces en un mundo lleno de sensaciones -visuales, auditivas, táctiles, olfativas- pero sus enormes instalaciones distan mucho de ser la típica muestra inmersiva de tres al cuarto.

placeholder El juego de luces en el Museo Nacional de Qatar. (Ander Sune Berg)
El juego de luces en el Museo Nacional de Qatar. (Ander Sune Berg)

El motivo es darte una bofetada de realidad, removerte, hacerte pensar que este planeta se muere. "Estamos en una época en la que hay mucho foco sobre cómo debemos relacionarnos con el mundo, cómo sentirlo, cómo estar cerca, cómo sentimos el paisaje, con la Tierra… [Con mis trabajos] de lo que se trata es de aprender a mirar hacia abajo y experimentar lo que se siente. El enfocar nuestros sentidos en el colapso del planeta y sentirlo justo en nuestros pies es una cuestión de sensibilidad. Nosotros podemos leer sobre el colapso de nuestro planeta en el periódico, a menudo de lo que pasa, por ejemplo, en Filipinas, que está muy lejos de Europa, pero es muy importante comprender que el planeta es muy pequeño y eso es algo que tenemos que ser capaces de experimentar", explica.

"Qatar tiene los recursos y las herramientas necesarias para encontrar soluciones que mejoren el medio ambiente"

El artista sabe que Qatar es, precisamente, uno de los países a los que más está afectando el cambio climático. Que las temperaturas aumentan sin parar y que su altura sobre el nivel del mar es tan baja que hay zonas, como en la que se encuentra su exposición, que podrían acabar cubiertas de agua. Y es un país que tiene aire acondicionado por todas partes. Y los máximos responsables del medio ambiente y el clima de este país son conscientes, asegura Eliasson, que ha aprovechado para reunirse con los líderes políticos de estas carteras para discutir sobre el tema. "Qatar es un país único de muchas maneras, pero sobre todo porque tiene los recursos y las herramientas necesarias para encontrar soluciones que mejoren el medio ambiente. El país tiene un gran acceso al conocimiento, la ciencia, la educación", señala como pilares básicos para intentar hallar una solución a la problemática del clima.

placeholder El ojo te mira. (Ander Sune Berg)
El ojo te mira. (Ander Sune Berg)

Mientras tanto, insiste en que el arte no consiste en "ir a un spa, no es escapismo" sino que intenta que nos acerquemos a los problemas y seamos conscientes. "Lo que yo intento es contribuir al diálogo y ser parte de esa discusión", zanja. Para descubrirlo tienen un viaje a Doha hasta el 15 de agosto.

La figura de OIafur Eliasson (Copenhague, 1967) en medio del desierto qatarí es inconfundible. Entre suntuosa vestimenta árabe, el artista aparece con su sombrero, camisa y botas de tacón y puntera fina. Es como un Indiana Jones del arte en el paisaje árido. A su alrededor se despliega su última creación, The Curious Desert, doce pabellones con diferentes instalaciones que juguetean con la luz, el agua, la temperatura, el espejo, el cristal, la obsidiana. El espectador también juega. Se mira en los distintos espejos. Observa cómo las máquinas dibujan según la mano alzada del viento, gracias a un mecanismo matemáticamente estudiado. Toca la obsidiana. Se refleja en las perlas que homenajean a aquellos primeros recursos económicos del país. Si usted no lo sabe, esto es puro Eliasson, uno de los artistas más prestigiosos del planeta y que más seduce a cualquier visitante. Aunque sea un auténtico profano del arte.

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