Es noticia
Amiga Pam, date cuenta
  1. Cultura
Trinchera cultural

Amiga Pam, date cuenta

Rodríguez Pam tiene razón cuando advierte de que hay conceptos que pueden retorcerse. Cuando recuerda una y otra vez que la cadena perpetua no evitará que mueran mujeres

Foto: La secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Ángela Rodríguez. (EFE/Fernando Alvarado)
La secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Ángela Rodríguez. (EFE/Fernando Alvarado)

Ángela Rodríguez Pam tiene razón en muchas cosas. Les aviso por si alguno de ustedes prefiere hacerse unos abdominales o unas tostadas con aceite de oliva virgen extra en vez de leer este artículo dominical. Creo que la secretaria de Estado de Igualdad acierta en muchas de sus intervenciones y firmo el 80 por ciento de sus afirmaciones con los ojos cerrados. Porque el feminismo asusta, casi tanto como aquellas leyes que producen cambios y nos hacen avanzar.

Desde hace siglos, hombres y mujeres nacemos y crecemos machistas, nos socializamos con el patriarcado. Por eso nos extraña cuando otros, más jóvenes o simplemente más igualitarios, nos auditan y nos dicen: "¿Pero tú te has escuchado?". Y, entonces, te tienes que repensar, y desdecir, y pedir disculpas. Y desde ese instante hacer las cosas un poco mejor. Porque los tiempos son otros. Muchas mujeres somos otras a las de hace diez años. También muchos hombres.

Foto: Manifestación del movimiento feminista de Madrid. (EFE/Luca Piergiovanni)

Rodríguez Pam tiene razón cuando advierte de que hay conceptos que pueden retorcerse. La violencia machista, que ya no es doméstica, ni conlleva crímenes pasionales. Cuando recuerda una y otra vez que la cadena perpetua no evitará que mueran mujeres a manos de parejas, exparejas y cualquier otro ser humano que cometa atrocidades, precisamente por eso, por ser mujeres. Cuando dice que hay jueces y juezas y sentencias a las que les falta perspectiva de género.

Acierta cuando nos señala a los periodistas y nos dice que no siempre hacemos bien las cosas. Que a veces las preguntas chirrían, y la interpretación, y no entendemos nada. Y lo sacamos de contexto, a veces de forma mal intencionada, que siempre vamos con prisas.

Cuando insiste en la dificultad de comprensión añadida que conlleva cualquier cosa que surja de su ministerio. En la campaña de descrédito e intoxicación empeñada en acabar con la paciencia de la ministra, en la mofa y el paternalismo. El odio, tanto odio.

*Si no ves correctamente el módulo de suscripción, haz clic aquí

Y es audaz la forma por la que ha optado la secretaria de Estado de Igualdad de comunicar las cosas, un pódcast que presenta llamado Feminismo para todo el mundo. Como ha hecho Nadia Calviño marcándose un vídeo para anunciar la cuenta de TikTok del Ministerio de Economía en el que aparte de homenajear a Noemí Argüelles se echa de menos algún guiño a Paca la Piraña.

En el capítulo emitido esta semana sobre violencia machista, Ángela Rodríguez Pam aparece sentada en una mesa. La acompañan cuatro compañeras del Ministerio de Igualdad, a dos de ellas las define como "madres de algunas de las políticas públicas" que ha puesto en marcha la cartera ocupada por Irene Montero. También hay público que ha asistido a la grabación. Y sobre esa mesa, varios marcos de fotos con imágenes de Pablo Motos, Bertín Osborne y Federico Jiménez Losantos. No es un detalle menor. Así será el tono que presida en buena parte de la hora, cuatro minutos y treinta y cinco segundos que dura.

Aunque solo nos hayamos llevado las manos a la cabeza por un puñado de segundos en el que se bromea sobre la puesta en libertad de condenados por violación tras la puesta en marcha de la Ley sobre sexual. "No son cientos, ¡miles!", dice una de las invitadas.

No acierta Ángela Rodríguez Pam cuando se envuelve de victimismo y no pide disculpas

Pero en ese episodio se habla con un tono que mezcla lo académico y la risa de violencia, de si los señores (a los que en esta ocasión se les llama Juan Antonios) van a tener que firmar o no un contrato para mantener relaciones sexuales, de cuál era el papel de las mujeres en el franquismo, de que el maltrato en la pareja suele llevar implícita la violación, de por qué la dureza de las condenas no evita los asesinatos porque si así fuera en la Edad Media se habría acabado de una vez por toda con ellos. De jueces, pérdidas de virginidad, lo oportuno del piropo, de hombres y mujeres machistas.

Es una reunión de amigas que comparten y explican. Que se ríen de cosas que fuera de esa merienda no se entenderían, como bromeo yo de asuntos con tendencia al salvajismo con mis amigos.

Pero no acierta Ángela Rodríguez Pam cuando se envuelve de victimismo y no pide disculpas en el video de dos minutos en el que da explicaciones ante la polémica. Porque vuelve a tener razón en las consecuencias nefastas de los bulos, y las intoxicaciones y la desinformación y la madre que trajo a los que sacan las cosas de contexto. Pero vivir aferradas a que la culpa es siempre de otros y considerar afrenta cualquier tipo de crítica es muy torpe, además de inútil.

No se trata de convencer a sus compañeras de mesa, sino a los de las fotos de los marcos

Porque pedir disculpas si acaso alguien ha podido sentirse ofendido, como hizo el viernes en una entrevista que mantuvo en la televisión pública gallega, habría valido justo al principio del embrollo. Y luego, si quiere, explica el resto, como que ahora el 016 tiene WhatsApp, y los recursos que se han puesto en marcha, y lo que puede hacer una mujer cuando sufra violencia de cualquier tipo. Y que tenemos que estar juntas en esto y también con ellos.

Y, de paso, calibrar lo que puede suceder si se sienta en una mesa y se le olvida que tiene un cargo público que conlleva una responsabilidad enorme. Y que no se trata de convencer a sus compañeras de mesa, y tampoco al público que fue a escucharlas, sino a los de las fotos de los marcos. Porque de esos también es usted secretaria de Estado de Igualdad.

Amiga Pam, date cuenta.

Ángela Rodríguez Pam tiene razón en muchas cosas. Les aviso por si alguno de ustedes prefiere hacerse unos abdominales o unas tostadas con aceite de oliva virgen extra en vez de leer este artículo dominical. Creo que la secretaria de Estado de Igualdad acierta en muchas de sus intervenciones y firmo el 80 por ciento de sus afirmaciones con los ojos cerrados. Porque el feminismo asusta, casi tanto como aquellas leyes que producen cambios y nos hacen avanzar.

Igualdad
El redactor recomienda