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¿Por qué le hizo esta foto Hanna Arendt a Martin Heidegger en 1967?
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¿Por qué le hizo esta foto Hanna Arendt a Martin Heidegger en 1967?

El ensayo colectivo 'Hannah Arendt y el siglo XX' vuelve a traer a la actualidad la sorprendente relación sentimental entre la filósofa crítica del totalitarismo y el pensador afín al nazismo

Foto: Martin Heidegger por Hanna Arendt (Paidós)
Martin Heidegger por Hanna Arendt (Paidós)

En 1967, en Friburgo (entonces RFA) la teórica judía Hanna Arendt, la más feroz hermeneuta del totalitarismo en el siglo XX, fotografía con su pequeña Minox al pensador Martin Heidegger, cuya adhesión al nazismo en la década de los treinta es probablemente uno de los mayores baldones a la conciencia filosófica de nuestro tiempo. Él tiene entonces 78 años, ella 61 y han pasado 43 años desde que ambos se conocieron en Marburgo en 1924. Heidegger era su profesor, Arendt, su alumna. Pronto fueron algo más y, en realidad, cabalgando matrimonios con otros, guerras mundiales, separaciones de décadas y, sobre todo, posiciones políticas antitéticas, nunca dejaron de ser algo más.

El libro colectivo Hanna Arendt y el siglo XX (Paidós, 2022) editado por Dorlis Blume, Monika Boll y Raphael Gross llega ahora a las librerías españolas con más de una veintena de artículos de otros tantos especialistas en torno a la vida y obra de "una de las filósofas más originales y controvertidas del siglo XX". Entre los textos, que rastrean las fuentes del pensamiento de Arendt, las contextualizan en los debates conceptuales y políticos de su tiempo y los conectan con los del nuestro, destaca la intervención del historiador de la filosofía alemán Wolfram Eilemberger —autor de los impresionantes Tiempo de magos y El fuego de la libertad— sobre la relación de la autora de La condición humana, con el escritor de Ser y tiempo.

placeholder 'Hanna Arendt y el siglo XX' (Paidós)
'Hanna Arendt y el siglo XX' (Paidós)

Una relación que tantos han querido a reducir a lo sentimental para no contaminar la obra de Arendt pero en la que ella misma veía mucho más. En 1960, tras publicar La condición humana, su obra más sistemática, Arendt le envío un ejemplar a Heidegger con la siguiente nota: "Como verás, el libro no lleva dedicatoria. Si las cosas hubieran ido alguna vez bien entre nosotros —y digo "entre", no para ti o para mí— te habría preguntado si podía dedicártelo. Fue concebido en los primeros días de Marburgo y te lo debe casi todo en todos los aspectos". ¿Qué sucedió en Marburgo en 1924?

"Lo demoníaco me ha atrapado"

"Lo demoníaco me ha atrapado. El quieto orar de tus manos queridas y tu frente luminosa lo guardaron en femenina transfiguración. Nunca me había ocurrido algo así". Quien así se dirige a su alumna con la que acaba de iniciar una relación es un profesor de filosofía que irrumpió como una estrella fulgurante en la academia alemana de la convulsa República de Weimar. Heidegger tenía en ese momento 35 años, estaba casado, tenía dos hijos y se hallaba en lo más alto de su carrera. Muchedumbres de alumnos se dirigían por entonces a la Universidad de Marburgo para asistir a sus clases en las que, con una mezcla de traje y atuendo regional, hablaba casi en susurros, sin apuntes ni preparación, penetrante, de la angustia del Dasein ante su caducidad. Una de aquellas alumnas fue Arendt a sus 18 años.

Los dos se enamoraron como nunca antes les había pasado y pronto tuvieron que encontrar solución a los aspectos prácticos

Los dos se enamoraron como nunca antes les había pasado y pronto tuvieron que encontrar solución a los aspectos prácticos. Relata Eilemberger que "Heidegger planeaba los encuentros con sumo cuidado, fundamentalmente para proteger a Hanna. Se comunicaban mediante señales luminosas en la ventana o marcas de tiza en su banco preferido del parque. Arendt asistía a las conferencias de Hiedegger y, si era necesario, le esperaba a dos paradas del tranvía o delante de algún hostal rural a pocos kilómetros de la ciudad. En suma, lo que suele hacerse en tales casos". Ambos sabía, en cualquier caso, que aquello no podía durar. En el verano de 1926 Arendt abandonó Marburgo y se trasladó a Heidelberg para hacer su tesis doctoral con Karl Jaspers. ¿Su título? El concepto del amor en San Agustín.

placeholder Martin Heidegger y Hanna Arendt en los años veinte
Martin Heidegger y Hanna Arendt en los años veinte

Hanna Arendt se casó con Gunther Anders en 1929 y ambos huyeron a Francia en 1933 tras la llegada de los nazis al poder en Alemania. Poco después se divorciaron y Arendt se casó con el ex comunista Heinrich Blücher en 1940. Apenas unos meses después lograba escapar in extremis camino de EEUU de una Europa que caía en manos de Hitler en un periplo en el que se quedó por el camino su compañero de escapada Walter Benjamin. Fue en 1932, ya con 43 años, cuando Heidegger votaba por primera vez al partido nazi y al año siguiente se afiliaba. En 1933, ya con Hitler en el poder, era nombrado rector de la Universidad de Friburgo a los 44 años e impartía su discurso de adhesión al nacionalsocialismo y, en una carta, criticaba que su colega Karl Jaspers "siga ligado" a su mujer, que es judía. Pero justo después, como se creía hasta hace no mucho, repudiaba el régimen tras dimitir de su cargo y abandonar el partido. Sin embargo, como demuestran una serie de estudios recientes y la publicación en 2015 de sus ominosos 'Cuadernos Negros', no es que Heidegger dejara de ser nazi, sino, más bien, es que la Alemania de Hitler no le parecía "lo suficientemente nazi".

Y, sin embargo, no solo la autora de Los orígenes del totalitarismo mantendría toda su vida lealtad a Heidegger como pensador, sino que en 1950 se reencontraron ambos en Europa tras dos décadas de separación y retomaron sorprendentemente su relación con la aquiescencia tácita de sus respectivas parejas. Y así hasta la muerte de Arendt en diciembre de 1975 y la Heidegger solo unos meses después. Cinco décadas de relación que recientemente libros como los de Emmanuel Faye o Dana R. Villa han cuestionado que pudiera quedarse solo en lo sentimental resaltando la poderosa influencia de la filosofía de Heidegger en la de Arendt.

En 1967, en Friburgo (entonces RFA) la teórica judía Hanna Arendt, la más feroz hermeneuta del totalitarismo en el siglo XX, fotografía con su pequeña Minox al pensador Martin Heidegger, cuya adhesión al nazismo en la década de los treinta es probablemente uno de los mayores baldones a la conciencia filosófica de nuestro tiempo. Él tiene entonces 78 años, ella 61 y han pasado 43 años desde que ambos se conocieron en Marburgo en 1924. Heidegger era su profesor, Arendt, su alumna. Pronto fueron algo más y, en realidad, cabalgando matrimonios con otros, guerras mundiales, separaciones de décadas y, sobre todo, posiciones políticas antitéticas, nunca dejaron de ser algo más.