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Tu pop es mi droga: ¿fue Andy Warhol el primer trapero de la historia?
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Tu pop es mi droga: ¿fue Andy Warhol el primer trapero de la historia?

¿Pudieron trascender el gran mesías pop y su discurso más allá del arte y convertirse en el becerro de oro de los artistas de música urbana, esa extraña macedonia de sonidos?

Foto: Andy Warhol
Andy Warhol

La tarde era calurosa y húmeda, como todas las tardes de junio en la ciudad de Nueva York. Valerie Solanas entró en The Factory, la sede del colectivo del artista, y fue a pedirle explicaciones por pretender robarle su obra. Al no recibir ninguna, sacó una pequeña pistola de su bolso y le pegó dos tiros. Afortunadamente, Solanas no era famosa por tener una puntería soberbia, así que su intento de asesinato quedó en eso, una intentona descafeinada que la llevó a pasar tres años en el ala psiquiátrica de un hospital.

Esta historia podría ser el inicio de una biografía de Tupac o XXXTentation, o quizá el párrafo de una canción de Anuel AA, pero sucedió en 1968 y todavía faltaban quince años para que Grandmaster Flash and the Furious Five, el primer grupo de rap de la historia, escribiera sus canciones. Más aun para que en los barrios marginales de Atlanta, ya en los años noventa, los chicos de Three 6 Mafia acuñaran la palabra trap y sentaran las bases de uno de los subgéneros más escuchados del panorama musical.

De lo que estamos hablando, por supuesto, es de uno de los episodios más famosos de la vida de Andy Warhol, un artista con tantos admiradores como detractores; un genio para muchos, pero, para otros, un auténtico estafador, como algunos de sus contemporáneos lo llamaban sin que les temblara el pulso a la hora de esgrimir una acusación tan grave – más aún en el mundo del arte, donde la autenticidad del artista y su obra son la base de todo

Una vida, desastrosa e inadjetivable, pero también chapada en el oro más caro posible

En 'Andy Warhol', la biografía' escrita por el periodista francés Jean-Noël Liaut y traída a España por la editorial de no ficción Arpa, se recogen una gran parte de las luces y las sombras de la vida de Warhol. Una vida que, entre incalificable, desastrosa e inadjetivable, pero también chapada en el oro más caro posible, dejaba escapar por sus costuras algún rayo de realidad; pequeñas luces que, quizá, podrían iluminar el sucio cartel de su realidad.

placeholder 'Andy Warhol' (Arpa)
'Andy Warhol' (Arpa)

La influencia de Warhol en el mundo del arte, tanto en la pintura como en la escultura, es indudable. Su éxito como autor de las obras más importantes de la cultura pop está ahí, presenta y omnipresente en el tiempo; sin embargo, ¿Warhol y su discurso ha podido trascender más allá y convertirse en el becerro de oro de los artistas de música urbana, esa extraña macedonia de sonidos en la que los que no nos enteramos de la movida metemos a los cantantes de rap, trap, reguetón, drill y demás? Pues quizá sí.

Le comprao a mi vieja una casa con piscina

A Warhol siempre le ha gustado ocultar su vida tras un velo de mentiras en forma de humo, como el escenario en un concierto de Travis Scott. Andrew Warhola nació en Pittsburgh, estado de Pensilvania, el 6 de agosto de 1928. Hijo de Julia y Andrej, dos inmigrantes procedentes de Miková, una paupérrima región de Eslovaquia, el pequeño de los Warhola fue el tercero de los hijos de la pareja.

Los Warhola no lo tuvieron nada fácil. Hijos de la pobreza más absoluta, vivieron rodeados de miseria tanto en su tierra natal, donde perdieron a una hija a los pocos meses de nacer, como en Estados Unidos, donde el sueño americano se les hizo una pesadilla extraída de una canción de Yung Beef.

placeholder Colección de fotografías de Andy Warhol de joven
Colección de fotografías de Andy Warhol de joven

Andrej, el padre de familia, perdió su trabajo como obrero cuando el crack del 29 asoló el nuevo continente. Tras pasar todo tipo de penurias – Warhol viviría traumatizado por un episodio en el que se vio obligado a comerse las sobras baboseadas de una anciana sin dientes –, los Warhola consiguieron algo de estabilidad económica tras iniciarse el boom de la construcción de puentes y aceros durante los años treinta.

A pesar de las penurias, el enfermizo y joven Andrew, quien estuvo a punto de morir a causa de variadas y graves infecciones durante su más tierna infancia (entre ellas, la escarlatina), encontró un pilar dentro de su seno familiar con el que llegó a tejer una relación de lo más enfermiza: su madre.

A diferencia de sus dos hermanos mayores, que a una temprana edad tuvieron que compaginar la dura vida de las calles de Pitsburgh con los estudios y el trabajo en la construcción, Andrew se refugió en su madre, quien entendió que su enfermizo vástago no estaba hecho para la vida real.

Un relato donde el cantante Morad podría haber escrito su canción 'Mama me dice'

Criado entre algodones, Warhol vivía comiendo las sopas que le hacía Julia y pintando dibujos con las pinturas que su madre, tras ganarse un dinerillo trabajando hasta las tantas vendiendo pequeñas manualidades de latón de casa en casa, conseguía juntar.Esta relación se mantuvo hasta los últimos días de la vida de Julia, creando una especie de relato con el que el cantante de drill Morad podría haber escrito su canción 'Mama me dice'.

Cuando Andrew dejó de ser Andrew para convertirse en Andy y comerse Nueva York, no se olvidó de su mamá, sino que se la llevó a la gran ciudad para vivir con ella y con decenas de gatos hasta el día de su muerte. Su relación con su madre era tal que, desde sus primeras obras, colaboraba con su hijo en sus pinturas, pues Andy consideraba que Julia tenía una caligrafía exótica y especial.

placeholder Retrato de la madre de Warhol (1974)
Retrato de la madre de Warhol (1974)

A pesar de los orígenes paupérrimos y llenos de penurias de Andy, Warhol nunca los llevó por bandera. «Creo que es una de las principales diferencias entre su discurso y el de los raperos y traperos actuales", explica Pablo Caldero, un reconocido crítico de arte y obseso reconocido de los mundos warholianos. "Los cantantes de música urbana hablan de su barrio y de sus orígenes, presumen de ello, pero Warhol no lo hacía. No mezclaba sus orígenes con la sofisticada vida que llevó en Nueva York».

Lo que sí tienen en común es la obsesión por salir de esa marginalidad y pobreza. La reconocida obsesión de Warhol por hacerse rico y famoso no era impostada, sino que fue un efecto secundario de aquellos años a los que no deseaba volver. Andy reconocía públicamente que quería salir de la pobreza y, durante sus primeros años en Nueva York, mostró constantemente sus ganas de huir de ella, de querer escapar, de nunca más tener que comer de la misma cuchara que una vieja desdentada.

De hecho, Andy tenía tan interiorizada esa pobreza con la que se había criado, que no dudo en decir en una entrevista la que se convertiría en una de sus frases más célebres (con la que, además, Liaut abre el libro editado por Arpa): "únicamente existen dos males reales: la enfermedad y la pobreza". Aunque el primero de ellos tuvo que soportarlo durante toda su vida, pues las taras provocadas por sus enfermedades infantiles lo acompañarían hasta su muerte, el segundo consiguió erradicarlo por completo.

No te pegas, no te pegas

"No te pegas, no te pegas; sigue juntando monedas", dice C. Tangana en una de sus canciones de Ídolo, el disco con el que inauguró su trayectoria como artista de la discográfica multinacional Sony Music.

En esta canción, Tangana habla de la necesidad de conseguir contactos, de juntarse y de pegarse en el mundo de la música; cosa que Warhol entendió antes que él. El artista sabía que una de las principales formas de conseguir la fama y el dinero que tanto anhelaba era hacer una amplia red de contactos en Nueva York, la capital del mundo durante aquellos días.

Desde que se mudó a la ciudad con 18 años, el de Pittsburgh empezó a acudir a todo tipo de reuniones y saraos a los que acudieran galeristas, críticos de arte, editores de revista, escritores de moda y diversas personas del mundo de la farándula. Warhol tenía un talento especial para detectar a los más pegaos de la escena artística y conseguir entablar contactos con ellos para sangrarlos como una sanguijuela del Amazonas.

De hecho, esta obsesión por juntarse con la crème de la crème le lo llevó a tener un episodio de lo más bizarro y extraño con Truman Capote, a quién descubrió, cuando todavía vivía en Pittsburgh, en 1948.

Warhol empezó a retratar a Capote en múltiples dibujos y pinturas

Warhol estaba obsesionado con el joven novelista, quien, tras la publicación de su primera novela, Otras voces, otros ámbitos, había conseguido que la élite neoyorquina requiriera constantemente su presencia.

Ya instalado en Nueva York, Warhol empezó a retratar a Capote en múltiples dibujos y pinturas; también a mandarle cartas a su residencia, donde vivía con su madre, una mujer alcohólica y hundida en mil traumas. Las epístolas, sin embargo, no recibían respuesta alguna.

El acoso de Warhol hacia Truman llegó hasta el punto de que una mañana en la que el escritor no se encontraba en casa, se coló en ella y se puso a charlar con su madre, quien, como era habitual, estaba completamente borracha.

placeholder Truman Capote y Andy Warhol
Truman Capote y Andy Warhol

Cuando Capote volvió a casa y se encontró el panorama, se quedó horrorizado, sin embargo, no perdió los nervios y se quedó a charlar con Warhol, quien le contó toda su infancia, sueños e ideas.

Nadie sabe qué le narró exactamente, pero lo que Truman escuchó lo horrorizó hasta el punto de echarle de casa y pedirle que no volviera a contactar con él. Warhol hizo caso omiso a esta petición y siguió molestando a Capote con llamadas telefónicas a todas horas del día, hasta que, en un momento de sobriedad, la madre del novelista le pidió al pintor que dejara tranquilo a su hijo de una vez.

Andy Warhol era un tipo listo capaz de embaucar a las figuras más relevantes de la ‘jet set’ neoyorquina, ya fueran galerista o editores de revistas. Cuando conseguía relacionarse con ellos, los usaba y se aprovechaba de ellos hasta que les exprimía la última gota de sangre o, simplemente, se aburría. "Estate espabilao; tú estate espabilao, te quitan el bocata y no te has enterao", cantaría también C. Tangana.

Broke Niños Make Pesos

Andy Warhol, en su desatada obsesión por hacerse famoso y conseguir dinero para lograr más fama y aún más dinero, llego a una sencilla conclusión a la que, trescientos años antes que él, ya llegaron los primeros capitalistas británicos durante la revolución industrial: si la producción se mecanizaba, esta aumentaba; y si esta aumentaba, los beneficios también. Y, claro, para mecanizar su producción, necesitaba que hubiera gente trabajando para él.

Aunque durante un par de años, Warhol consiguió que muchos de sus amigos trabajaran para él de forma indirecta al calor de una cafetería en el centro de Manhattan (los engañaba, diciéndoles que los juntaba para realizar sesiones de té y pintura, cuando en verdad los ponía a colorear los múltiples encargos publicitarios que recibía), no fue hasta el 28 de enero de 1964 que Warhol no consiguió elevar al estatus de realidad su sueño de producir obras en masa.

placeholder The Silver Factor de Warhol
The Silver Factor de Warhol

Aquel día, Andy, ya consagrado en la escena americana como uno de los principales artistas de su generación, abrió las puertas de The Silver Factory, su taller. Un taller que no era como el del resto de los pintores, sino una fábrica plateada, como su propio nombre indica, en el que multitud de artistas y colaborades trabajaron para él, produciendo en masa todo tipo de obras que no hacían sino engordar las arcas del artista.

"Muchos otros artistas tuvieron talleres en los que había discípulos trabajando, sin embargo, Warhol fue el primero que lo reconoció, el primero que se enorgulleció públicamente de hacer arte en cadena", relata Pablo Caldero. "Quizá en esto es en lo que más se parece a los artistas de música urbana".

Aunque el rap y el trap siempre se ha trabajado de forma colectiva, no fue hasta la aparición en la escena canaria del colectivo BNMP, Broke Niños Make Pesos, que no se empezó a usar la creación colectiva como una característica de la que hacer bandera.

Este grupo de rap, que fue disolviéndose hasta dejar paso a las carreras en solitario de sus artistas, consiguió su mayor logro en la escena nacional con la publicación de 'Maracucho Bueno Muere Chiquito', el primer disco de Cruz Cafuné, uno de los principales miembros de BNMP.

En este álbum, que fue un antes y un después en la escena del trap y el gangsta rap español, el artista reivindicaba por primera vez la importancia del colectivo y del trabajo común: el ego se enterraba y se daba paso a reconocer que, a pesar de tratarse del disco en solitario de un artista, había mucha gente detrás que había participado de tú a tú y trabajando codo con codo; que las ideas de todos se habían ido entremezclado hasta dar el resultado final; que no importaba quién firmara las canciones porque todo era de todos.

En The Factory, Warhol siguió un camino similar, sacando el máximo provecho a su clica (su grupo) y generando una pequeña industria del entretenimiento que firmaba desde cuadros a películas, pasando por discos de música (la etapa de Andy como representante de músicos es breve y poco conocida, pero existente). Warhol, cada vez más mercantilizado y obsesionado con el dinero, empezó a producir a toda costa (busque el lector información sobre el rapero multiplatino Drake) y se olvidó de cualquier tipo de orgullo artístico que lo impulsara a trabajar en sus propias obras.

Con sus ayudantes decía que podía producir arte de mayor calidad

Aunque se sabe que grandes artistas como Leonardo Da Vinci, El Greco o Lope de Vega tuvieron talleres en los que sus alumnos realizaban una menor o mayor parte de sus obras, Warhol, nuevamente, fue el primero en salir a las reuniones de la alta sociedad acompañado de algunos de los miembros de su primitiva clica, dejando claro que tenía ayudantes que hacían parte de su trabajo y reivindicando que, de esa forma, podía producir arte de mayor calidad y en más cantidad: Andy se sentía completamente orgulloso de su modus operandi.

Al final, Warhol también consiguió su propio Broke Niños Make Pesos, su propio grupo de artistas rotos, de pobres niños ricos, como definió a una de sus principales musas, que trabajaban para él en busca de reconocimiento con el que conseguir labrarse un futuro prometedor. Niños ricos engañados, en muchos casos; pero niños ricos que estaban con él.

Cuanto más lo pienso, más se parece la vida de Warhol a la de Dr. Dre.

La tarde era calurosa y húmeda, como todas las tardes de junio en la ciudad de Nueva York. Valerie Solanas entró en The Factory, la sede del colectivo del artista, y fue a pedirle explicaciones por pretender robarle su obra. Al no recibir ninguna, sacó una pequeña pistola de su bolso y le pegó dos tiros. Afortunadamente, Solanas no era famosa por tener una puntería soberbia, así que su intento de asesinato quedó en eso, una intentona descafeinada que la llevó a pasar tres años en el ala psiquiátrica de un hospital.