Kiko Veneno inaugura las espectaculares sesiones de los Atardeceres Larios de Málaga

Bajaba ya el sol cuando el actor Juanjo Artero cogió el micrófono para presentar, desde el escenario de El Balneario de Málaga, una de las propuestas culturales más cautivadoras del verano en la ciudad mediterránea: los Atardeceres Larios. “Esto es una muestra de la buena vida de Málaga. Y me apetecía mucho presentarlo porque aquí nací como actor”, dijo el intérprete. Exacto. A solo unos kilómetros está Nerja, el pueblo donde se rodó la mítica ‘Verano azul’ en la que Artero -Javi- era uno de los protagonistas. El sol se deslizaba y aparecía la luna para dar entrada a quien iba a ser la estrella de la noche: Kiko Veneno, quien con mucha simpatía se quejó de que solo le hubieran puesto un vaso de agua junto a la silla y la guitarra. “¡Pero esto qué es! Lo subsanaremos próximamente”, dijo. Claro, la noche, con Larios, iba de gintónics.

Para quien no lo conozca, El Balneario es uno de los lugares más emblemáticos y bellos de la ciudad. Abrió sus puertas un 16 de julio de 1918 y enseguida se convirtió en uno de los lugares a los que acudir, ya que estaba en mar abierto y con una ventana estupenda al atardecer. El proyecto pronto creció y se construyó un embarcadero, un restaurante, una pantalla para proyectar películas visibles desde la orilla del mar y una pista de tenis que acogió el primer torneo de este deporte en Málaga. En los años veinte, cuyos ecos aún son visibles en su arquitectura, se celebraban allí fiestas, verbenas, regatas y conciertos de todo tipo.

Kiko Veneno se quejó de que solo le hubieran puesto un vaso de agua junto a la guitarra. “¡Pero esto qué es! Lo subsanaremos próximamente”

Algo de todo esto había este martes por la noche en el concierto acústico que ofreció Veneno ante las decenas de asistentes que poblaban sus sillones. El músico catalán afincadísimo en Cádiz, acompañado del guitarrista Lolo Ortega, se arrancó con ‘Me voy pa Cai’ y con algunos de sus grandes éxitos como ‘La vida es dulce’, el dylaniano ‘Memphis Blues’ y ‘Lobo López’.

Después sondeó algunas canciones más nuevas como ‘Contigo’, de sus disco ‘El hombre invisible’ (2016), aunque enseguida se dejó llevar por su famoso álbum ‘Échate un cantecito’ (1992) del que extrajo los temas ‘Me siento en la cama’, ‘Salta la rana’ y ‘Superhéroes de barrio’. Con la salvedad de ‘Coge la guitarra’, de ‘La familia pollo’ (2000), los bises también salieron de disco del 92: ‘Echo de menos’ y ‘Volando voy’, que el público sí que coreó grabando con el móvil, unos, y con palmas, otros. Solo faltaron los super hits ‘En un mercedes blanco’ y ‘Joselito’. Y sin más (pero tampoco menos), Veneno se despidió del personal cuando la noche ya había caído y a su espalda, además del mar, se podía ver una luna gigante que parecía que alguien estaba sujetando desde arriba con un alambre. Un DJ retomó poco después la música para que, entre gintónic y gintónic, el ambiente no decayera.

Veneno casi se tocó entero el disco 'Échate un cantecito' que acabó el público coreando con 'Echo de menos' y 'Volando voy'

Kiko Veneno ha sido el primer músico en pasar por Atardeceres Larios, pero hasta el 22 de julio hay una agenda bien completa. Algunos de ellos estaban este martes en la inauguración, como los miembros de Marlango, Tam Tam Go!, La Guardia, y los músicos Annie B. Sweet, Antonio Carmona y Mikel Erentxun. También se acercaron al concierto la presentadora Núria Roca, el actor Pepón Nieto y la modelo Laura Sánchez. Los siguientes en actuar serán Los Secretos, este jueves; los hermanos Campillo lo harán el 15; Marlango, el 16 y 17; Carmona, el 18; el 20, La Guardia; y lo cerrará todo Anne B. Sweet, el 22.

Con esta propuesta cultural, Málaga da un pasito más para convertirse en uno de los polos más atractivos para quien busque algo más que sol y playa. Si ya tiene los museos, ahora suma estos conciertos en un lugar con historia y que es una auténtica belleza.