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El jazz de Kyle, el contrabajista hijo de Clint Eastwood: "Crecí viéndole hacer películas"
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El jazz de Kyle, el contrabajista hijo de Clint Eastwood: "Crecí viéndole hacer películas"

El músico llega en el cartel del Festival Internacional de Jazz de Madrid. En formato de quinteto, presentará su último álbum, ‘Cinematic’, en el que música y cine se dan la mano

Foto: Kyle Eastwood. (Jerôme Bonnet)
Kyle Eastwood. (Jerôme Bonnet)

Si alguna vez ha asistido a un concierto de jazz, es probable que le haya asaltado la duda del novato: ¿qué es lo que vertebra todos esos sonidos? ¿Cómo demonios se ordena el torrente de improvisación de cada músico? Se lo pregunta porque hace un rato que la melodía alocada del saxofón dejó de ser reconocible y que el pianista empezó a deformar acordes. Cada vez más disonantes, cada vez más extraños. Pero la respuesta es sencilla. Si se ha perdido en la vorágine, casi siempre basta con atender a un solo instrumento: el contrabajo.

Es en las frecuencias bajas donde descansa el peso de la música. En casi toda formación, el bajo dirige la armonía y el ritmo. Los renglones sobre los que los instrumentos más agudos escriben su discurso. “Es más importante de lo que la gente suele pensar. Es un instrumento rítmico y armónico al mismo tiempo, es el cimiento de la música y del grupo. Se podría comparar con el rol de un director de cine, porque toma las riendas y dirige las artes”. La analogía no es casual, porque quien la menciona es Kyle Eastwood. Contrabajista de jazz, compositor de bandas sonoras, actor, y uno de los hijos de Clint Eastwood.

placeholder Foto: Jerôme Bonnet.
Foto: Jerôme Bonnet.

El músico llega a España este lunes en el cartel del Festival Internacional de Jazz de Madrid. En formato de quinteto y dentro del ciclo 'Villanos del Jazz', presentará su último álbum: ‘Cinematic’ (Jazz Village, 2019). Un proyecto en el que rinde homenaje a algunos de los compositores más importantes de las últimas décadas, los que escribieron música para la gran pantalla: Ennio Morricone, Henry Mancini, John Williams, Michel Legrand... "Escogí algunas piezas para representar a músicos que me gustan mucho. Especialmente, aquellas que se amoldan mejor al quinteto de jazz. Algunas de ellas ya están escritas pensando en esa sonoridad -Legrand o Mancini-, pero hemos intentado adaptarlas respetando la composición original", explica a este periódico.

Jazz y el cine se dan la mano como dos pasiones que cultiva desde la cuna. El mayor de los Eastwood bebió de las leyendas del jazz de la mano de su padre. Miles Davis, Duke Ellington, Dave Brubeck, Thelonious Monk, Charles Mingus… El oscarizado director de cine -y melómano- llevaba a sus hijos al Festival de Jazz de Monterey y, en el backstage, Kyle pudo conocer a las estrellas. Empezó a tocar el bajo eléctrico en el instituto, explorando los géneros que se le ponían por delante. Quizá de ahí que, 23 años después, el pop, la electrónica o el R&B hayan permeado en su carrera como contrabajista de jazz.

"Disfruto mucho trabajando con mi padre. Crecí viéndole hacer películas"

Antes de encauzar su trayectoria, estudió piano y cine. Con 8 años debutó como actor en 'El fuera de la ley' (1976), uno de los westerns icónicos dirigido y protagonizado por su padre. También apareció en 'El aventurero de medianoche' o 'Los puentes de Madison'. Y aunque él mismo se planteó seguir la estela de Clint Eastwood, terminó componiendo y arreglando la música de varias de sus películas. Kyle ha participado en las bandas sonoras de 'Mystic River', 'Invictus', 'Million Dollar Baby', 'Cartas desde Iwo Jima' o la esencial 'Gran Torino', cuyo tema principal se recoge en 'Cinematic'.

"Disfruto mucho trabajando con mi padre. Crecí viéndole hacer películas. Lo conozco bien como director y tenemos un gusto similar. A veces, tiene una idea muy concreta de lo que busca para una escena. Otras, solo me pide: 'Escribe algo para mí'. Es una buena relación, en la que a veces tengo una dirección y a veces tengo mucha libertad. Él también compone y escribe algunas cosas al piano, me da ideas para que después las orquestemos o arreglemos", cuenta Eastwood.

Clint Eastwood toca el piano y participa en la composición de algunas de sus bandas sonoras. Él mismo firma, por ejemplo, las melodías etéreas de 'Mystic River'. Y en ese caso, por ejemplo, la música adquiere un peso distinto al de las obras de Williams, Mancini o Morricone. "Son dos estilos diferentes de plantear la música en el cine. Las bandas sonoras pueden ser sutiles, ni te das cuenta de que están sonando. Pero en otras películas, la música es casi tan importante como cualquier personaje. Depende del estilo. Creo que mi padre pertenece más al primero. Yo creo que puede funcionar de las dos formas", opina el contrabajista.

No descarta colaborar en más proyectos con su padre ("¡Eso espero!", bromea). "Sigue trabajando, acaba de estrenar una película -('Cry Macho')-, pero no he participado en la música porque he estado muy ocupado. La gira, los conciertos… Si empieza algún otro proyecto pronto, me gustaría trabajar con él. Me encanta escribir bandas sonoras, pero es difícil sacar tiempo para mi propio proyecto".

Foto: Una escena de 'Cry Macho', la última película de Clint Eastwood.

'Cinematic' es el octavo álbum de Kyle Eastwood. El primero llegó en 1998, cuando el contrabajista firmó con Sony 'From There to Here', un compendio de estándares de jazz y piezas propias que impulsó su carrera como intérprete y compositor. "A veces escribo un montón, pero otras veces me tomo un descanso. Normalmente compongo en el piano, toco ideas, me encuentro con cosas… Está bien tener una fecha límite, un poco de presión es buena para inspirarse. Pero siempre estoy buscando nuevas ideas".

'Cinematic' se lanzó justo antes de que la pandemia estallara. "Ha sido duro para todos los músicos. Aproveché ese tiempo para grabar, para practicar… Fue un descanso muy largo. Me alegra volver a hacer música en directo, es lo más satisfactorio que hay para mí". El otoño que viene, cuando la gira de su último trabajo termine, Eastwood planea grabar un álbum en directo con su banda y orquesta sinfónica. "La idea es rendir homenaje a algunas de las bandas sonoras de mi padre con una orquesta completa".

Si alguna vez ha asistido a un concierto de jazz, es probable que le haya asaltado la duda del novato: ¿qué es lo que vertebra todos esos sonidos? ¿Cómo demonios se ordena el torrente de improvisación de cada músico? Se lo pregunta porque hace un rato que la melodía alocada del saxofón dejó de ser reconocible y que el pianista empezó a deformar acordes. Cada vez más disonantes, cada vez más extraños. Pero la respuesta es sencilla. Si se ha perdido en la vorágine, casi siempre basta con atender a un solo instrumento: el contrabajo.

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