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Divulga la historia de Roma a miles de lectores: "No copiaron los dioses a los griegos"
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Divulga la historia de Roma a miles de lectores: "No copiaron los dioses a los griegos"

Con cerca de 200.000 seguidores en Twitter, el arqueólogo y divulgador Néstor F. Marqués publica ahora un libro que desmonta algunas ideas sobre los dioses antiguos

Foto: Estatua de Júpiter. (EFE)
Estatua de Júpiter. (EFE)

Júpiter no era Zeus, el dios de todos los dioses; ni Neptuno, Poseidón, la divinidad de los mares, caballos y terremotos; ni Minerva, Atenea, diosa de la inteligencia y la guerra (justa). Es posible que así lo aprendiera en el colegio con esa fácil simplificación de la enseñanza de los dioses romanos y los griegos que te llevaba en asimilación directa de Ares a Marte -el dios de la guerra destructiva- o de Venus a Afrodita -la diosa del amor y la belleza-, pero el arqueólogo y divulgador Néstor F. Marqués (Segovia, 1991) se ha esforzado en su último libro ‘¡Que los dioses nos ayuden! Religiones, ritos y supersticiones de la antigua Roma’ (Espasa) en negar la mayor. "Es un error muy común, pero es totalmente falso y una simplificación. No, no tienen nada que ver unas divinidades con otras y menos surgen unas a partir de las otras", afirma tajante. Desarrolla la idea en más de 400 páginas en la que también aborda de forma muy entretenida en qué y cómo creían los romanos y si, al pasar la laguna Estigia y pagar al barquero Caronte, había alguna vida más allá de los campos elíseos y el averno.

placeholder '¡Que los dioses nos ayuden!'.
'¡Que los dioses nos ayuden!'.

"Cuando Roma y Grecia se empiezan a encontrar, sobre todo a partir del siglo IV a.C, tienen una necesidad de entenderse porque muy pocos romanos hablaban griego en esa época", explica Marqués de forma tranquila y didáctica en un hotel de Madrid. Para ello regresa al siglo III a.C, cuando comienzan a traducirse muchas obras, como, por ejemplo, la 'Odisea' de Homero, del griego al latín. Y ahí es donde los romanos se dan cuenta de que no saben explicar quiénes eran los dioses griegos por lo que, como dice Marqués "hacen una 'interpretatio'. Es decir, por ejemplo, toman a Hermes y dicen, bueno, es similar a Mercurio, aunque no sea una traducción exacta. Porque no lo es. Hermes tiene un carácter fúnebre, es un psicopompos, es decir, el transportador de las almas, mientras que Mercurio, en realidad, no tiene nada que ver con los muertos".

"Es un error muy común, pero es totalmente falso y una simplificación. No, no tienen nada que ver unas divinidades con otras"

Más o menos lo mismo ocurrió con Zeus y Júpiter. El primero, el griego, es un tarambana que se convertía en cualquier cosa, raptaba y violaba; el segundo, el romano, por el contrario es un anciano algo más venerable y serio. Por explicarlo de un modo más prosaico: los dioses griegos, con padres que se comían a los hijos, raptos, niños abandonados en bosques, etc; eran más divertidos que los insulsos romanos. "A los romanos el tema de la mitología griega, en realidad, les escamaba. Se lo tomaban más como farsas que venían del mundo griego y que eran divertidas para el teatro, pero ya", puntualiza Marqués.

La fuerza de divulgar

Este arqueólogo se ha adentrado esta vez en el tema de la religión, pero lleva ya una década divulgando la antigua Roma con un éxito espectacular. Desde que acabó la carrera con premio extraordinario en 2013 no ha parado de crear proyectos para llevar el mundo antiguo al máximo número de personas posible. Desde viajes a Roma y Pompeya a otros libros como 'Un año en la antigua Roma. La vida cotidiana de los romanos a través de su calendario' (2018) y 'Fake News de la antigua Roma. Engaños, propaganda y mentiras de hace 2000 años' (2019) y otras ideas que incluyen a las nuevas tecnologías, como su cuenta en Twitter @antigua_roma, que creó en 2012 y que ya tiene más de 172.000 seguidores sin ninguna necesidad de montar polémicas absurdas.

placeholder Néstor F. Marqués. (Cedida)
Néstor F. Marqués. (Cedida)

"Sí, tengo una comunidad muy sana, muy poco hater y muy poco troll. Es un ambiente muy saludable. Y Twitter es mi red social favorita y donde mejor me sé mover. Allí cuento el desastre de Pompeya, el asesinato de Julio César, y me entretiene y me divierte", comenta hasta un poco extrañado de que el mundo Twitter, en líneas generales, sea de todo menos esa ágora tranquila y didáctica.

"Tengo una comunidad muy sana, muy poco hater y muy poco troll. Es un ambiente muy saludable. Y Twitter es mi red social favorita"

Entre las cuestiones que más le interesan se encuentra la de desmontar falacias, bulos y datos que tenemos asentados, pero que no se corresponden con lo que realmente ocurrió. También horadar en las temáticas que más desconocemos, como su sistema de creencias, que poco o nada tenía que ver con el nuestro. "A ellos lo que le interesaba era la religión cívica. Pensaban que los dioses eran los mejores ciudadanos y estaban integrados dentro de la sociedad. Un romano no necesitaba tener fe porque tenían la total certeza de que los dioses estaban ahí y les ayudaban cada día", comenta Marqués, que añade que cuando empezaron a llegar los brotes de cristianismo a muchos les resultaba una religión muy rara, "puesto que los cristianos solo se habían comunicado con su dios una sola vez y no se tenía muy claro que fuera a volver".

Si algo se parece al resto es que una vez más son las mujeres las que peor paradas salen., "El mundo romano es muy, muy machista y siempre la posición del hombre está por encima de todo. Las mujeres solían tener menos derechos", asegura este arqueólogo. De hecho, este machismo queda perfectamente escenificado en las dos identidades femeninas que tomaban cierta relevancia dentro de la sociedad romana: la madre y la virgen vestal. La primera porque había traído al mundo a un romano y eso significaba que daba continuidad a las nuevas generaciones; la segunda porque era casta y guardaba el fuego eterno (y no hacía más en la vida). Eso sí, cuando ocurría algo malo era la vestal la que cargaba con las culpas, ya que lo que se entendía es que había roto con su castidad. Y el castigo no era benévolo: se las enterraba vivas.

"El mundo romano es muy machista y siempre la posición del hombre está por encima de todo. Las mujeres solían tener menos derechos"

Esto nos lleva a hablar sobre la crueldad de los romanos y si su religión no censuraba este tipo de acciones. En este punto, Marqués resuelve que no se puede mirar a los romanos desde la época actual. El arqueólogo rechaza de plano lo se ha dado en llamar como presentismo. "Hay un sentimiento que hace que nos veamos reflejados en la historia y pensamos que como es gente que ha vivido en la misma zona que nosotros y como nuestra cultura desciende de la suya tendemos a relacionarnos psicológicamente con ellos. Muchas veces decimos que seguimos siendo romanos, pero no es así", advierte. Y, además, sentencia que esa imagen cruel como, por ejemplo, la de los gladiadores, es más una ficción derivada del cine y las novelas históricas que de la propia Historia: "Los gladiadores no tenían interés en matarse. A los romanos no les gustaba ver gente matándose. Por otro lado, no podemos juzgar el pasado con los ojos del presente. El presentismo histórico es un error gravísimo a evitar".

placeholder La famosa Venus de Milo.
La famosa Venus de Milo.

Y el cristianismo venció

Durante siglos los romanos adoraron a Júpiter, a Juno, a Diana, a Vulcano o a Baco, pero finalmente, el cristianismo, aquella religión llegada desde Israel se acabó imponiendo. Sobre todo a partir de que en el año 313 con el Edicto de Milán los emperadores Constantino y Licinio declararan la libertad religiosa en todo el imperio. Mucho más cuando el propio Constantino se hizo cristiano en el año 324. "A partir de ahí religión y poder en Roma son ya una sola cosa. Él quería unificar el imperio de nuevo: un único emperador, un único imperio, una única fe. Y si la familia real es cristiana es lógico que mucha gente se convirtiera al cristianismo", sostiene Marqués.

El cristianismo ofrecía una salvación gratuita, libre y sencilla. Imposible competir contra esto. Incluso 2.000 años después

A la acción del emperador se sumó que el cristianismo era algo más fácil de seguir que otros ritos. “Es una religión propagandísticamente muy sencilla. Y tiene mucha potencia porque apela a una serie de elementos que son cruciales en el siglo II y III: a las clases más bajas, gente que no podía pagarse la salvación en otras religiones mistéricas como los de Eleusis, que tenías que viajar a Grecia para poder salvarte”, afirma este divulgador. El cristianismo ofrecía una salvación gratuita, libre y sencilla. Imposible competir contra esto. Incluso 2.000 años después.

placeholder La pintura del XIX 'Antorchas de Nerón' de Henryk Siemiradki.
La pintura del XIX 'Antorchas de Nerón' de Henryk Siemiradki.

Hace tres años, la británica Catherine Nixey publicó un libro que trajo consigo cierta controversia. Se titulaba ‘La edad de la penumbra’ y desmontaba la idea de que eran los cristianos los que habían sufrido persecuciones por parte de los romanos. Al contrario, intentaba demostrar que habían sido los cristianos los que entraron en Roma vandalizando las estatuas de los dioses e imponiendo nuevos ritos y un nuevo puritanismo que apagó la sed de conocimientos y libertades que existían en el imperio romano. De ahí que los siglos posteriores fueran oscuros en materias artísticas, filosóficas e, incluso, políticas.

Sin embargo, Marqués se muestra "totalmente en desacuerdo" con Nixey. "Escribió un libro muy pretencioso y que tiene muchos problemas porque es muy sesgado, Sobredimensiona muchos elementos como la iconoclasia cristiana, la destrucción de las estatuas. Lo hace parecer como algo tremendo y generalizado cuando en realidad fue algo muy localizado", manifiesta. Y con respecto a esa oscuridad, para este arqueólogo tuvieron más que ver ciertos cambios geopolíticos que movieron el eje del poder de occidente a oriente. "En Occidente sí hubo un declive, pero no así en Oriente, con el imperio bizantino, que mantuvo un esplendor todavía durante diez siglos", atestigua.

"Nixey escribió un libro muy pretencioso y que tiene muchos problemas porque es muy sesgado, Sobredimensiona muchos elementos"

Con todo cabe preguntarse qué nos queda hoy de aquellos viejos ritos romanos."Claro, hay cosas que se mantienen, como el ángel de la Guarda cristiano, que es literalmente una traducción del Genius, que es el espíritu protector de cada persona. O todas las adscripciones que tenían para tantísimos dioses se trasladaron con los cristianos a los santos. O esos altarcillos que hay en el sur de España y sur de Italia son los altares de los lares compitales que protegen los barrios", resume Marqués. Al fin y al cabo fue una cultura que se mantuvo en la cima durante mucho tiempo legándonos un buen cúmulo de conocimientos. Sigan a Marqués para descubrirlos.

Júpiter no era Zeus, el dios de todos los dioses; ni Neptuno, Poseidón, la divinidad de los mares, caballos y terremotos; ni Minerva, Atenea, diosa de la inteligencia y la guerra (justa). Es posible que así lo aprendiera en el colegio con esa fácil simplificación de la enseñanza de los dioses romanos y los griegos que te llevaba en asimilación directa de Ares a Marte -el dios de la guerra destructiva- o de Venus a Afrodita -la diosa del amor y la belleza-, pero el arqueólogo y divulgador Néstor F. Marqués (Segovia, 1991) se ha esforzado en su último libro ‘¡Que los dioses nos ayuden! Religiones, ritos y supersticiones de la antigua Roma’ (Espasa) en negar la mayor. "Es un error muy común, pero es totalmente falso y una simplificación. No, no tienen nada que ver unas divinidades con otras y menos surgen unas a partir de las otras", afirma tajante. Desarrolla la idea en más de 400 páginas en la que también aborda de forma muy entretenida en qué y cómo creían los romanos y si, al pasar la laguna Estigia y pagar al barquero Caronte, había alguna vida más allá de los campos elíseos y el averno.

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