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Rubias, jóvenes y muertas: ¿es machista el cine de Hitchcock?
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Rubias, jóvenes y muertas: ¿es machista el cine de Hitchcock?

La editorial El Mono Libre acaba de editar en español 'Las mujeres que sabían demasiado', de la crítica cultural feminista Tania Modleski

Foto: Alfred Hitchcock y Janet Leigh, durante el rodaje de 'Psicosis' (1960).
Alfred Hitchcock y Janet Leigh, durante el rodaje de 'Psicosis' (1960).

En 'El enemigo de las rubias' (1927), una de las primeras películas de Alfred Hitchcock, un asesino en serie se pasea por las calles de Londres matando a chicas jóvenes y rubias. En 'Chantaje' (1929), un hombre invita a subir a su casa a la joven Alice (Anny Ondra) y, después de forcejear en la cama con ella e intentar violarla, la chica consigue defenderse a cuchilladas y acaba matando al violador. En 'Psicosis' (1960), Marion Crane (Janet Leigh), después de cometer adulterio y un robo, muere asesinada en la ducha por un hombre obsesionado con su difunta madre. La filmografía de Hitchcock muestra un catálogo de personajes femeninos (y rubios) que o bien son víctimas de los deseos lujuriosos de hombres sádicos, o bien acaban pasándolas canutas en las circunstancias más angustiosas imaginables, o bien pelean con fantasmas de otras mujeres por culpa de un hombre.

El biógrafo Donald Spoto, autor de los ensayos 'El arte de Alfred Hitchcock' (1976) y ' Alfred Hitchcock: la cara oculta del genio (1983), definió al cineasta británico como "un viejo verde" al que le excitaba rodar violaciones y asesinatos y describió su carrera como "un largo y frustrante episodio de impotencia cinematográfica hasta que finalmente alcanza la plena satisfacción orgásmica en 'Frenesí' (1972), su penúltimo trabajo para el cine, donde rueda la violación más explícita de toda su filmografía. En sus memorias, publicadas en 2016, Tippi Hedren —quien protagonizó dos películas a las órdenes de Hitchcock, 'Los pájaros' (1963) y 'Marnie, la ladrona' (1964)— reveló que durante los rodajes el cineasta se comportó con ella de forma abusiva y lasciva. Tanto por las tramas y el punto de vista voyerista de su cine como por su comportamiento en rodaje, la obra de Hitchcock ha servido como 'punching ball' para gran parte de la crítica feminista, que considera que Hitchcock aglutina todos los vicios y maldades de un Hollywood con una mirada eminentemente patriarcal en el que las mujeres, sumisas y bellas, se muestran ante la cámara quietas y sufridas. En uno de los artículos fundacionales de la crítica de cine feminista, 'Placer visual y cine narrativo', Laura Mulvey criticó que en el cine de Hitchcock "las mujeres son objetos pasivos de los impulsos masculinos voyeristas y sádicos".

placeholder Kim Novak, en 'Vértigo'.
Kim Novak, en 'Vértigo'.

¿Es el cine de Hitchcock machista? Teóricas como Mulvey y Linda Williams —que afirma que 'Psicosis' es precursora del género 'slasher' de chicas perseguidas y asesinadas por lunáticos— creen que este tipo de producciones se idean para enganchar a los hombres desde sus pulsiones más básicas hacia las mujeres y que las mujeres solo pueden disfrutarlas asumiendo la postura de masoquistas. Mucho antes del #MeToo y de la popularización del punto de vista de género, la corriente dominante feminista se posicionó contra el maestro del suspense, pero ¿tienen razón en sus críticas? La editorial El Mono Libre acaba de publicar en español 'Las mujeres que sabían demasiado', un ensayo en el que la crítica cultural estadounidense Tania Modleski pisa el freno y escribe: ¡a ver si las cosas no van a ser tan simples! Publicado inicialmente en inglés en 1988, el libro es un estudio en detalle sobre la visión del cineasta de la mujer y del universo femenino, y viene acompañado de varias revisiones y epílogos añadidos por la autora posteriormente para adecuarse al cambio de los tiempos.

"Las feministas se han visto tan cautivadas como enfurecidas por las películas de Hitchcock", comienza Modleski, para después refutar (a medias) las teorías que limitan a los personajes femeninos de Hitchcock como víctimas de la violencia sexual. Muchas críticas de su cine apuntan a que lo que hace Hitchcock es cumplir las fantasías sádicas del espectador contra la mujer. "Algunos críticos han llegado a defender que su obra es un paradigma de las violentas agresiones contra mujeres que dominan el entretenimiento actual". Con actual se refiere, claro, a las producciones previas al #MeToo, el movimiento que ha obligado a revisar y subvertir ese canon.

placeholder Tippi Hedren.
Tippi Hedren.

¿Tendría cabida Hitchcock en el cine actual? El análisis de la autora recurre a Freud, a Lacan y a las teorías feministas para concluir que... sí. Que el cine de Hitchcock es mucho más complejo y contradictorio que simplemente asumir que era un viejo rijoso que encontraba una pulsión erótica en el sufrimiento femenino. Que Hitchcock (más bien su obra) es algo más que chicas rubias, jóvenes y muertas. Película a película, incluso escena a escena, 'Las mujeres que sabían demasiado' disecciona la construcción de los personajes femeninos y la forma de rodar la violencia del director británico para conceder que: en el cine de Hitchcock hay una gran pulsión bisexual por parte de las protagonistas, que hay travestismo (en 'Asesinato' (1930), el personaje de Fane, el asesino, se traviste; en 'Psicosis', también) y que, aunque las retrate como víctimas, también se preocupa de sus sentimientos y sus problemas, como no es habitual en el cine 'patriarcal', en que las mujeres son simples apoyos al personaje principal masculino (salvo excepciones, claro).

"Hitchcock otorga un trato de favor a la conciencia de la mujer, aunque sea mientras la convierten en objeto de investigación masculina", propone. También reflexiona sobre las mujeres que deben enfrentarse al fantasma de otras mujeres: en 'Rebeca', la señora De Winter (Joan Fontaine) tiene que medirse constantemente con el recuerdo de la anterior mujer de Maxime de Winter (Laurence Olivier) y con el juicio continuo de la señora Danvers (Judith Anderson). "Al dividir a las mujeres contra sí mismas y estimular la competencia entre mujeres, la cultura les obliga a moldearse de acuerdo con un solo estándar modelo (cuya apariencia y cuya mirada determina la imagen femenina), a lo que Hitchcock añade un problema: el deseo de las mujeres hacia otras mujeres. Al final, a la heroína no le queda otra opción que desear matar a la madre: un deseo que, como hemos visto, implica matar una parte de sí misma". No es que Hitchcock fuese especialmente machista, es que la sociedad era así y, al menos, el director intentaba comprender las frustraciones y las contradicciones de esas mujeres a las que retrataba.

placeholder Un fotograma de 'Rebeca'.
Un fotograma de 'Rebeca'.

Lo que sí recuerda Modleski es la poca estima que tenía Hitchcock al trabajo de Daphne du Maurier y sus palabras sobre la novela en la que se basó 'Rebeca'. "Hitchcock le dijo a Truffaut que realmente 'Rebeca' no es una película de Hitchcock, sino que en realidad es una especie de cuento: 'Era una historia bastante pasada de moda. En aquella época, había muchas escritoras. No es que esté en contra de ellas, pero 'Rebeca' es una historia a la que le falta sentido del humor". Además, hubo una pugna entre David O. Selznick y Hitchcock por el guion a consecuencia del desacuerdo sobre hasta qué punto debe ceñirse al discurso feminista de la novela gótica de Du Maurier". "A lo largo de los años cuarenta y hasta cierto punto los cincuenta, Hitchcock seguía trabajando el gótico femenino. Este género presenta mujeres que se enamoran o casan con un hombre al que empiezan a temer. La trama suele mostrar cómo exploran su victimización a manos de él. 'Sospecha' (1941), 'Recuerda' (1945), 'La sombra de una duda' (1943) tratan de mujeres cuya vida parece correr peligro por causa del hombre al que aman. 'Encadenados' (1946) retrata a una mujer, Alicia Huberman, que se ve amenazada tanto por su amante como por su marido".

Desde 'Chantaje', donde Hitchcock deja la violación fuera de cámara, hasta 'Frenesí', donde la retrata sin miramientos y sin cortapisas, la estadounidense disecciona los títulos más importantes de la filmografía del británico. E, incluso, tiene gasolina para enfrentarse a Zizek, que en su artículo "Los órganos sin cuerpo de Hitchcock" escribió sobre 'Vértigo' que contiene "el momento de subjetividad femenina en su mayor pureza, que es literalmente que la femineidad es un objeto dividido. Si me preguntan a mí, creo que esta división literal de la femineidad como un objeto dividido hace más por el feminismo que muchos pro-feminismos". Sin embargo, Zizek no habla de que, al parecer, Hitchcock tuvo una erección cuando rodó la escena en la que Kim Novak aparece por primera vez como Madeleine ni que a Tippi Hedren la acosó durante los rodajes. En su famoso libro de entrevistas con Truffaut, Hitchcock hace comentarios del estilo: "Pienso que las mujeres más interesantes, sexualmente, son las inglesas. Creo que las mujeres inglesas, las suecas, alemanas y escandinavas son muchísimo más excitantes que las latinas, italianas y francesas. El sexo no debería ser anunciado. Una mujer inglesa, con apariencia de profesora de colegio, es capaz de entrar en un taxi contigo y, para tu sorpresa, abrirle los pantalones a un hombre. Sin el elemento sorpresa, las escenas pierden sentido. No hay posibilidad de descubrir sexo".

placeholder 'El enemigo de las rubias', una de las primeras películas de Hitchcock.
'El enemigo de las rubias', una de las primeras películas de Hitchcock.

¿Veredicto? Hitchcock probablemente fuera un machista, desde la perspectiva contemporánea y bajo el amparo de los estudios. Pero a lo que apunta la autora es que, más allá de lo obvio, el cine del británico también coloca a la mujer en el centro de su discurso y, de alguna manera, se preocupa por las tribulaciones de sus personajes femeninos y la complejidad y las contradicciones de la mujer, no como una personalidad plana, sino compleja. Sí, Hitchcock era un machista pero sus películas, inconscientemente, no. O mejor dicho, no tanto.

En 'El enemigo de las rubias' (1927), una de las primeras películas de Alfred Hitchcock, un asesino en serie se pasea por las calles de Londres matando a chicas jóvenes y rubias. En 'Chantaje' (1929), un hombre invita a subir a su casa a la joven Alice (Anny Ondra) y, después de forcejear en la cama con ella e intentar violarla, la chica consigue defenderse a cuchilladas y acaba matando al violador. En 'Psicosis' (1960), Marion Crane (Janet Leigh), después de cometer adulterio y un robo, muere asesinada en la ducha por un hombre obsesionado con su difunta madre. La filmografía de Hitchcock muestra un catálogo de personajes femeninos (y rubios) que o bien son víctimas de los deseos lujuriosos de hombres sádicos, o bien acaban pasándolas canutas en las circunstancias más angustiosas imaginables, o bien pelean con fantasmas de otras mujeres por culpa de un hombre.

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