Juan Manuel Gil gana el Biblioteca Breve con 'Trigo limpio' sobre la infancia perdida

El almeriense Juan Manuel Gil (1979) ha ganado el premio Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral con ‘Trigo limpio', una novela que narra “desde el humor la fascinación por la infancia perdida en un barrio periférico, a través de pasadizos que conectan las lecturas que todos llevamos dentro”, ha destacado el jurado formado por Olga Merino, Raquel Taranilla -la ganadora el año pasado con Noche y Océano-, Enrique Vila-Mata, Pere Gimferrer y la editora Elena Ramírez, como secretaria del jurado. La novela fue elegida por unanimidad.

Gil ha recibido el galardón, que está dotado con 30.000 euros, con humor. "Lo primero que dije cuando Elena Ramírez me llamó para comunicármelo fue 'joder'. Y varias veces", ha señalado. El escritor, que ha publicado otros libros como 'Las islas vertebradas' y 'Un hombre bajo el agua', ha explicado que con esta novela pretendía "trasladar al lector la pasión que yo siento con la literatura, los pasadizos que hay entre los libros. Y tenía la imagen de un niño que corría por la pista de aterrizaje… 'Trigo limpio' es el humor, la oralidad, el amor por los libros que están llenos de otros libros".

"Quería trasladar al lector la pasión que yo siento con la literatura, los pasadizos que hay entre los libros. 'Trigo limpio' es el humor, la oralidad"

Gil también ha recordado que ha cumplido un sueño. "Y lo he mejorado. Hace 10,12 años soñé que ganaba un premio parecido a este, pero me cambiaban el nombre por otro anglosajón para vender la novela. Ahora no lo van a hacer, así que en mi barrio se van a enterar. Y la novela también está dedicada a mi barrio. En una época en la que estamos pasándolo tan mal, los sueños no bastan y la vida nos exige que los mejoremos", ha manifestado acordándose de todos los que en este tiempo "han vivido el dolor de una manera directa" y de su madre "que me ha mantenido a salvo de pozos, secuestradores y los traficantes de órganos. Me contaba relatos en los que ella creía. Gracias a esos relatos hoy me dedico a la literatura y conservo todos los órganos en su lugar".

El escritor ha confesado que la novela se debe a dos hechos muy concretos y que explican por qué es una historia llena de humor. Uno, obvio, la pandemia, y otro "el nacimiento de mi hija, ya que con el permiso de paternidad me pude poner a escribir, levantandome muy temprano. Me levantaba cansado y me doté de un espacio en el que tenía que ser feliz. Y me he divertido escribiendo. Durante el proceso me he reído mucho y para mí el humor es fundamental". Para seguir viviendo y escribiendo. Como ha recalcado, "si el escritor se ríe tenemos alguna opción de que al lector le pase algo parecido".

En este sentido ha querido reivindicar el humor "que está en los barrios" fuera de todas esas etiquetas de "humor inteligente" o "humor fino", que parece que "si no las llevan es humor tonto. A la tragedia no se la pone el adjetivo de tragedia inteligente porque ya se da por hecho que lo es".

Falsa historia de detectives

La novela es una falsa historia de detectives. Dos amigos que buscan a un amigo de la infancia desaparecido. Por el tiempo y la distancia. En realidad es sumergerse en aquella época, a principios de los noventa, cuando los chavales tenían 10, 11 años. "Esa edad bisagra entre la infancia y la pubertad", ha señalado Gil. Cuando había balones y cuando se jugaba en las calles del barrio. El tema de la desaparición ha acompañado al escritor en otros de sus libros. "Es muy rico y fecundo", ha afirmado. El libro también tiene un corte vilamatiano con toda esa pasión por los libros. Porque, en el fondo, trata también de cómo se escribe una novela.

"La idea de la novela perfecta que tiene el narrador es la de seducir al lector. Se trata de utilizar las herramientas de la manera más brillante posible para seducir al lector con la fascinación de aquellos libros que ha descubierto a lo largo de su vida, y colocarlo en una posición de complicidad", ha manifestado Gil.

"Trata del enigma que son los amigos de la infancia, y lo que sucede cuando empiezas a investigar qué ha pasado con aquellas personas"

El propio Vila-Matas, que estaba presente en el acto como miembro del jurado, ha tenido muy buenas palabras hacia la novela y el premiado: "El arranque atrapa enormemente, un joven corriendo por una pista del aeropuerto de Almería buscando un balon extraviado y perseguido por la policia. Y no sabe donde va. Y se trata de saber qué ocurrió hace 25 años. La desaparición es el eje central de toda la obra del premiado, al que he seguido con otros libros", ha destacado.

Y Raquel Taranilla, que ganó el año pasado, tampoco ha querido desaprovechar para apuntar hacia algunos asuntos de la novela como "el enigma que son los amigos de la infancia, y lo que sucede cuando empiezas a investigar qué ha pasado con aquellas personas que fueron importantes para ti. El universo infantil no es inocente pero tampoco tiene maldad. Me gusta mucho la verdad que despierta todo eso. Y me gusta que Juan Manuel la escribió divirtiéndose. Está escrita desde el no cabreo".

La edición de este año del Biblioteca Breve ha estado marcada por los tiempos que corren. Distancia social y mascarilla. El acto, que ha contado con menos afluencia, se ha retransmitido por streaming. En él también ha habido un recordatorio para Juan Marsé, que ganó el mismo galardón con 'Últimas tardes con Teresa' en 1965.