Es noticia
¡Se les acabó el chollo a Netflix y compañía! Ahora les toca pagar
  1. Cultura
mutaciones

¡Se les acabó el chollo a Netflix y compañía! Ahora les toca pagar

La CE y el Gobierno español han elaborado nuevas directivas para obligar a las multinacionales del 'streaming' a reinvertir parte de sus beneficios en producciones locales

Foto: La oficina de Netflix en Hollywood, Los Ángeles. (Reuters)
La oficina de Netflix en Hollywood, Los Ángeles. (Reuters)

¡O todos o ninguno! Desde que Netflix comenzó su actividad en España en 2015, mucho ha cambiado el sector audiovisual. Si antes la industria del cine y las series estaba sustentada, además de en la producción independiente, en la financiación por ley a cargo de las televisiones públicas y privadas, la llegada de las plataformas de vídeo bajo demanda han forzado un reajuste legislativo de cara a igualar las obligaciones de las multinacionales extranjeras que operan en nuestro país (Netflix, HBO, Amazon, Disney+, AppleTv y compañía) con las plataformas nacionales (Filmin, FlixOlé) y las televisiones en línea tradicionales. Con la legislación vigente en la mano, estas últimas deben reinvertir un 5% de sus ingresos de explotación en la financiación de películas y series europeas para el cine y la televisión, un 6% en el caso de que la empresa sea de titularidad pública. Un gasto del que, hasta ahora, estaban exentos los gigantes del 'streaming'.

La Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales presentó el pasado 6 de noviembre el borrador del Anteproyecto de Ley General de Comunicación Audiovisual, un documento que está suponiendo un tira y afloja de la industria española con las plataformas extranjeras y que en estos momentos se está deliberando en una mesa de negociación con los distintos grupos políticos. En el borrador, que está siendo enmendado, se obliga a las plataformas a sumarse a la regla del 5%, pero también a ofrecer en sus catálogos un 30% de producción audiovisual europea, de la que, al menos, el 50% deberá ser en español o en cualquiera de las lenguas cooficiales. Sin embargo, quedan exentas de participar en la reinversión en RTVE, lo que es un agravio comparativo frente a las cadenas tradicionales.

En el borrador, que está siendo enmendado, se obliga a las plataformas a unirse a la regla del 5%

"Las multinacionales se tienen que integrar en nuestro sistema y equipararse a la ley española", exige Enrique Cerezo, presidente de EGEDA y propietario de la plataforma de vídeo bajo demanda Flixolé. "En el borrador hay muchas modificaciones, pero las tiene que aceptar todavía el Gobierno. Indiscutiblemente, todas las grandes compañías están en contra de las reformas de ese borrador que, en principio, desde mi punto de vista las favorece. Estamos intentando que cualquier plataforma tenga las mismas obligaciones que tenemos nosotros y que de la facturación reinviertan un porcentaje en la producción de cine. Filmin y FlixOlé, que forman parte de Plataformas Españolas, estamos negociando junto a la industria del cine, porque ellos son los mayores beneficiados o perjudicados del modelo". Además, hasta ahora, las grandes multinacionales no tributan sus impuestos en España, mientras que Filmin y FlixOlé, empresas españolas, sí lo hacen, lo que supone una ventaja para los gigantes en la lucha por el pastel audiovisual.

La reinversión en obra audiovisual europea o en los Fondos de Protección de la Cinematografía, según el borrador, variará de acuerdo a la facturación de las plataformas. Si esta es superior a los 50 millones de euros, la multinacional deberá destinar el 5%; de ese 5%, el 70% tendrá que emplearse en obras independientes; y de ese 70%, el 40% a obras independientes en cualquiera de las lenguas cooficiales. Las que facturen menos de 50 millones tendrán que destinar el 5% a la financiación de obra europea; y de ese 5%, el 70% irá destinado a producciones independientes. Las que facturen menos de 10 millones de euros no estarán obligadas a reinvertir.

placeholder Enrique Cerezo, propietario de FlixOlé. (EFE)
Enrique Cerezo, propietario de FlixOlé. (EFE)

"Hoy en día, el vídeo bajo demanda es una pieza muy importante del sector audiovisual y tiene un gran potencial de cara a traer inversión a nuestro país", defiende José Antonio de Luna, uno de los fundadores de Filmin. "Filmin, con Filmmakers y Márgenes formaron AEVOD, que es la Asociación Española de Vídeo Bajo Demanda. A lo largo de este año se han unido otros servicios, como Flixolé o Playpack, y otros internacionales como Amazon, AMC, Rakuten o Netflix. En total somos nueve miembros, todos de vídeo bajo demanda, y representamos desde los servicios más de nicho o más pequeños hasta los más grandes, más generalistas".

"El primer gran paso que ha asumido la Asociación es el análisis del anteproyecto de la Ley Audiovisual y la sugerencia de posibles mejoras, como la adaptación de la Ley Audiovisual Europea que incluye importantes diferencias respecto a la ley anterior", explica. "La redacción es bastante compleja e incluye todo lo referido a la obligatoriedad de inversión del 5% de los ingresos en obra europea para todas las empresas del sector (ninguno de los miembros lo ha puesto en duda). En el anteproyecto se ha tenido en cuenta la diferencia de tamaño de las distintas compañías y se han aplicado distintas formas de poder cumplir con esa obligación, que era algo necesario".

Cerezo: "Europa tendrá que hacer algo contra la avalancha que viene de producto americano"

Por su parte, Cerezo insiste: "Europa tendrá que hacer algo contra la avalancha que viene de producto americano". Y es que la redacción de este borrador coincide en el tiempo con la fecha en la que, supuestamente, tenía que haber entrado en vigor una nueva norma de la Comisión Europea para regularizar la presencia de las grandes plataformas en terreno europeo. Sin embargo, a raíz de la pandemia, probablemente no lo haga hasta mediados o finales de 2021. "A nivel europeo se ha adoptado una directiva del mercado único digital para imponer ciertas obligaciones a los nuevos operadores, que hasta ahora se amparaban en una especie de paralegalidad", explica Elena Neira, especialista en nuevos modelos de distribución audiovisual. "Esta directiva los obliga a que un 30% de su catálogo –en una primera instancia era un 22%– sea producto europeo, pero no deja claro si la referencia es de contenidos o de horas, lo que deja una puerta abierta a la interpretación".

De momento, solo Alemania y Noruega habrían transpuesto ya esta directiva, que además obligaría a la liquidación de derechos de autor. "Netflix estaba bastante cerca de cumplir este 30% del catálogo, pero Amazon se encuentra en una situación más problemática", prosigue Neira. "Apple se habría planteado renunciar al mercado europeo, pero la gran damnificada sería Disney+, porque su estrategia y su modelo de negocio son otros y no sé si estaría dispuesta a invertir en animación local. Algunas de estas plataformas, seguramente, preferirán pagar las multas por incumplimiento".

placeholder Bob Chapek, CEO de The Walt Disney Company. (EFE)
Bob Chapek, CEO de The Walt Disney Company. (EFE)

"Además, es difícil saber si cumplen con ese 30% porque no sabemos cuál es el catálogo total de las plataformas, porque no lo muestran", cuenta Neira. "Lo hacen escudándose en la mejor experiencia del usuario, porque si este se enfrenta a catálogos excesivamente amplios el cerebro colapsa. Por eso organizan y muestran el contenido de acuerdo a las preferencias del cliente, para que no se sienta abrumado. Lo que se nos muestra es solo la punta del iceberg. Aun así, las plataformas tendrán que rendir cuentas".

Como aporte positivo, Neira reconoce que desde la llegada de Netflix en 2015 ha habido una elevación del contenido audiovisual español. "Creo que de una manera un tanto inesperada se han encontrado con que la ficción española funciona muy bien fuera –también el contenido francés o italiano–; y ya solo por eso, bienvenida sea la cuota. Además, han experimentado una intensificación de la relación con la comunidad creativa, lo que les ha supuesto la mejor campaña de publicidad posible. Antes eran percibidos como intrusos y ahora son uno más del equipo".

placeholder Los protagonistas de 'Élite'. (Netflix)
Los protagonistas de 'Élite'. (Netflix)

Sin embargo, Neira piensa que la legislación europea siempre ha ido tres pasos por detrás. "Existen distintos criterios a la hora de considerar una producción europea, como el haber sido producida en un estado miembro. Pero el espíritu de la norma no debería ser ese, sino la protección de determinado tipo de cine. 'Élite', por ejemplo, es contenido europeo, porque se ha rodado en territorio europeo y el equipo es europeo, pero no creo que sea el tipo de contenido que necesite protección".

Además, Neira considera que la llegada de las plataformas ha causado una disrupción en las industrias audiovisuales locales y que, como generan mucho negocio en terreno europeo, deben tributar y reinvertir en producciones locales. "Lo que habría que incentivar no es solo la proporción de contenido, sino reforzar la presencia de agentes verdaderamente locales, un modelo tipo Filmin a nivel europeo que pudiese competir con las grandes plataformas, porque al final cinco plataformas en todo el mundo se van a repartir el mercado y que una nueva, pequeña, de nicho, intente abrirse camino será prácticamente imposible".

¡O todos o ninguno! Desde que Netflix comenzó su actividad en España en 2015, mucho ha cambiado el sector audiovisual. Si antes la industria del cine y las series estaba sustentada, además de en la producción independiente, en la financiación por ley a cargo de las televisiones públicas y privadas, la llegada de las plataformas de vídeo bajo demanda han forzado un reajuste legislativo de cara a igualar las obligaciones de las multinacionales extranjeras que operan en nuestro país (Netflix, HBO, Amazon, Disney+, AppleTv y compañía) con las plataformas nacionales (Filmin, FlixOlé) y las televisiones en línea tradicionales. Con la legislación vigente en la mano, estas últimas deben reinvertir un 5% de sus ingresos de explotación en la financiación de películas y series europeas para el cine y la televisión, un 6% en el caso de que la empresa sea de titularidad pública. Un gasto del que, hasta ahora, estaban exentos los gigantes del 'streaming'.

Industria
El redactor recomienda