¿Quiénes son los 42 misteriosos esqueletos maniatados en un pueblo de Inglaterra?

Nadie imaginaba, durante la construcción de un bloque de edificios en la localidad de Aylesbury, que las obras iban a tener que ser interrumpidas por el hallazgo de 42 esqueletos. Pero así ha sido. Durante sus labores, los operarios hallaron cientos de huesos, en la capital del condado de Buckinghamshire.

Y lo especial del descubrimiento es que todos los esqueletos presentaban marcas que revelan que habrían tenido las manos atadas a la espalda, lo que hace sospechar a los expertos que se trata de los restos de condenados a muerte, según ha desvelado en exclusiva 'The Bucks Herald'. El diario explica también que, siglos atrás, la zona contó con una horca para las ejecuciones públicas a pesar de que la capital del condado también poseía una. Y al cadalso de Aylesbury subieron decenas de presos para que se les aplicase la 'pena capital'.

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Por el momento, al no haberse encontrado objetos enterrados junto a los cadáveres, los arqueólogos, a falta de pruebas químicas, son incapaces de datarlos. De momento, los restos ya han sido desenterrados de las fosas, situadas cerca de un antiguo cementerio; lo que puede confirmar la teoría de que se trataba de criminales cuyas exequias no fueron cuidadosamente preparadas.

Y otra incertidumbre que trae este caso consigo es si la empresa constructora, cuyos operarios encontraron los esqueletos, ocultó el hallazgo para no entorpecer su proyecto. Hay vecinos que aseguran que los cuerpos se encontraron en diciembre. Y en declaraciones al 'Bucks Herald', el concejal de distrito y ciudad Robin Stuchbury, ha recalcado "la gran importancia histórica para Buckingham" del hallazgo, "que no debe silenciarse".

A falta de pruebas concluyentes, la hipótesis más aceptada es que los restos son de época anglosajona —Buckingham fue una zona caliente durante ese periodo— o de la guerra civil, que tuvo lugar a mitad del siglo XVII. Tampoco se descarta que se tratase de simples criminales sin participación en ningún conflicto.

"El hecho es que tenemos derecho a saberlo", ha insistido Stuchbury. "Esto es parte de nuestra historia ".