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Matar a la Bruja Avería. Así rompió el PSOE 'La bola de cristal'
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30 años de la suspensión

Matar a la Bruja Avería. Así rompió el PSOE 'La bola de cristal'

La cocina política que acabó con el programa infantil más influyente de la historia de TVE

Foto: 'Los electroduendes', la sección más emblemática de 'La bola de cristal'
'Los electroduendes', la sección más emblemática de 'La bola de cristal'

Se abre el telón y aparece una muñeca con malas pulgas -la Bruja Avería- a la que le salen cables y circuitos por todas partes. “¡Por Orticón, Saticón y Vidicón! Nadie sabe cómo detener la inflación”. “¡Ergios, watios y turbinas! produzco crisis y ruinas”, amenazaba Avería blandiendo un rayo letal. Si no hacías lo que ella quería, arruinaba tu negocio y te hacía explotar en mil pedazos. Así se las gastaban Los Electroduendes, una de las secciones más icónicas de ‘La bola de cristal’. O los títeres de cachiporra de toda la vida llevados a una nueva dimensión: parecía solo un divertimento inocente, pero era la lucha de clases explicada a los niños.

'La bola de cristal' se emitió los sábados por la mañana entre 1984 y 1988. Era un programa infantil, pero su objetivo declarado era tratar a los niños como adultos; por ello, no es raro que jóvenes y maduros acabaran enganchados a un programa que pulverizó sus previsiones de audiencia (de 100.000 espectadores a 5 millones).

Dirigido por Lolo Rico, surgió fruto de un momento cultural muy determinado: la primera legislatura del PSOE. ‘La bola de cristal’ se sirvió de la estética de la Movida (Alaska y Javier Gurruchaga ejercían de maestros de ceremonias; Loquillo, Santiago Auserón y Kiko Veneno también tuvieron su rol) para proponer una heterodoxa mezcla de marxismo pop, odas a la Ilustración y a la lectura y humor absurdo. ‘La bola’ se rió de casi todo el mundo -de la parte más frívola de la Movida a Thatcher y Felipe González- pero no a todo el mundo le hizo la misma gracia. Aunque ahora es considerado uno de los mejores programas de la historia de TVE, se canceló de mala manera -verano de 1988, hace ahora 30 años- y sus últimos meses fueron tortuosos, por los desencuentros entre el equipo de ‘La bola’, la dirección de TVE y el PSOE.

En efecto, el cierre de ‘La bola’ funciona como metáfora de la involución cultural del felipismo: según avanzaban los ochenta, la relación entre los padres de la Bruja Avería y los sucesivos directores de TVE -José María Calviño, Pilar Miró y Luis Solana- se fue haciendo más y más tensa… hasta que todo saltó por los aires.

Hablamos con cuatro miembros del equipo de ‘La bola de cristal’ sobre la fontanería política que llevó a RTVE a matar a la Bruja Avería.

La era Calviño (1984-1986)

Carlos Fernández Liria, guionista: “Los primeros años fueron tranquilos porque a nadie se le ocurrió mirar lo que estaba ocurriendo en un programa que se consideraba infantil y que se emitía el sábado por la mañana. Eso nos permitió hacer duras críticas sobre el papel político que estaba cumpliendo el PSOE en sus primeras legislaturas y que nosotros considerábamos una traición en toda regla a sus votantes y a las clases trabajadoras. Los cuatro guionistas que había en el programa puede decirse que éramos de extrema izquierda en esos momentos. Y el PSOE estaba aplicando los programas neoliberales de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, haciendo una monstruosa reconversión industrial. Santiago Alba en sus guiones de Los Electroduendes convirtió al ministro de interior Barrionuevo en Barriovaudios, a Narcís Serra en Narciso Radar y así sucesivamente”.

Nos acusaron de estar contando 'El capital' de Marx en la tele (y era verdad)

Santiago Alba Rico, guionista: “Los dos primeros años fueron tranquilos o, más exactamente, de entera libertad. Calviño nunca intervino en los contenidos del programa”.

Carlos Fernández Liria: “Hubo algunas quejas, sobre todo de la embajada estadounidense y la embajada de Irán (Jomeini era intocable). Pero, en general, pasamos desapercibidos. Hubo un escritor malhumorado llamado Xavier Domingo, creo, que puso el grito en el cielo, cuando un día vio el programa por casualidad y se llevó las manos a la cabeza: nos acusó de estar contando ‘El capital’ de Marx en la tele (y era verdad), de estar apoyando a los gobiernos sandinistas y a las guerrillas latinoamericanas, y de estar diciendo todo el tiempo barbaridades de corte comunista contra el gobierno del PSOE. De todos modos, el programa siguió, había recibido ya muchos premios y tenía mucha fama, gracias entre otras cosas a las canciones de la Movida”.

La era Miró (1986-1988)

Matilde Fernández Jarrín, realizadora y subdirectora: “Pilar Miró no era muy consciente al principio de lo que era ‘La bola de cristal’. Lo más gracioso es que su hijo pequeño, Gonzalo, era fan nuestro, y se pasaba a veces por el rodaje. Sospechamos que todo empezó a ir mal el día que Pilar se levantó un sábado por la mañana en su casa, vio a su hijo viendo ‘La bola’, se sentó un rato a ver qué era aquello… y se le quedaron los ojos como platos [risas]”.

Francisco Quintanar, documentalista y realizador: “Pilar Miró cambió la dirección de programas infantiles. Dos nuevos productores ejecutivos comenzaron a hacer seguimiento del programa, cosa que nadie ajeno a 'La bola' había hecho hasta entonces: Lolo Rico tenía total autonomía sobre los contenidos. Lo que más les preocupaba eran Los Electroduendes: que si no eran exactamente para niños, que si criticaban a los políticos… esas cosas. Las presiones para que los programas infantiles no se metieran donde supuestamente no debían fueron en aumento. Quizá fue el principio del fin de ‘La bola de cristal’”.

Bajo la dirección de Pilar Miró el PSOE trató de controlar más el contenido de 'La bola', muy crítico con Felipe González

Matilde Fernández Jarrín: “La dirección de programas infantiles empotró a uno de los suyos en la sala de montaje. Era un tío majísimo, eh, pero la situación empezó a ser insoportable: me sugería todo el rato cosas para cortar. Nunca nos había pasado. Todo eso me empezó a echar para atrás, llevaba varios años trabajando con libertad absoluta y no estaba de humor para aguantar aquello. Fue el inicio de un desgaste que acabó con mi salida del programa pocos meses antes de su final”.

Santiago Alba Rico: El PSOE jugó dos papeles: permitió el programa en 1984 y suspendió su emisión en 1988, con Pilar Miró como directora de TVE. Bajo su dirección el PSOE trató de controlar más el contenido de ‘La bola’, muy crítico con el propio Felipe González, pero también con la política de EEUU, cuya embajada llegó a protestar en una ocasión. Pilar Miró nos hacía llegar notas internas llamando la atención sobre aspectos de los guiones que no le gustaban y ‘regañándonos’, por así decirlo, por su carácter ferozmente satírico frente al gobierno. No le gustaba -recuerdo- que dobláramos discursos o intervenciones de Felipe González con propósito satírico y burlón”.

Matilde Fernández Jarrín: “Lo que hizo Pilar Miró fue censura pura y dura. Nos decía: no hay que meterse con Reagan, no hay que meterse con Thatcher, no hay que meterse con Felipe González. Pero, oye, ¿y entonces con quién nos metemos? [risas] Hay que entender que Pilar Miró era muy fan de Felipe González, sentía auténtica devoción por él. A ver, no es que la televisión pública fuera el paraíso con Calviño, también había control de los informativos, pero los programas culturales contaban con bastante autonomía, de ‘La bola de cristal’ a ‘La edad de oro’, lo que le venía bien a Calviño para vender que nunca había habido tanta libertad en RTVE como durante su mandato”.

Presión relativa

El programa musical ‘La edad de oro’ (1983/1985) protagonizó sonados escándalos esos años, su directora (Paloma Chamorro) acabó procesada y en los tribunales, y sufrió la ira de la derecha conservadora. No puede decirse lo mismo de ‘La bola de cristal’: más allá de unos cuantos artículos escandalizados por el “marxismo infantil” de Los Electroduendes, no sufrió ninguna campaña masiva en contra. No se puede alegar, por tanto, que el PSOE metiera mano a ‘La bola de cristal’ acosado por la oposición política. Más bien hubo un exceso de celo, según Fernández Jarrín, realizadora tanto de ‘La edad de oro’ como de ‘La bola’:

Matilde Fernández Jarrín: “Con ‘La bola’ no hubo ni de lejos la presión de ‘La edad de oro’. Creo que los padres dejaban a sus hijos viendo la tele los sábados por la mañana y nadie se entera muy bien de qué era aquello. Pasábamos bastante desapercibidos. No hubo una obsesión especial de la derecha con el programa. El problema no fue la derecha, sino Pilar Miró y su fascinación con Felipe González. Era un programa de humor que trataba a los niños como adultos, no había por qué ponerse tan nerviosos”.

El pacto

La gota que colmó la paciencia de Lolo Rico -directora de ‘La bola’- fue la purga de un sketch sobre el pijerío de la enseñanza privada en España. El director de programas de RTVE, José Antonio Abellán, dijo que no se podía emitir. Rico le pidió que le diera la orden por escrito, pero “jamás llegó”. Lo cuenta Rico en sus memorias:

“Decidí no decir nada a nadie, y al terminar el visionado del programa de todos los viernes me marché a casa. Dormí mal y, algo inhabitual en mí, la hora de inicio del programa me encontró sentada frente al televisor. Nunca lo hacía porque me angustiaba verlo al mismo tiempo que los espectadores, cuando los fallos eran ya irreparables. Aquel sábado fue una excepción: quería comprobar si habían sido cortadas sin mi autorización las imágenes censuradas. Era más importante de lo que puede parecer; a Paloma Chamorro, años antes, cuando dirigía ‘La edad de oro’, la demandaron por considerar inapropiadas unas escenas de tipo religioso que aparecieron en su programa. José María Calviño, entonces director general de RTVE, se eximió de toda responsabilidad alegando que los contenidos de los programas correspondían a sus directores y que nadie más que ellos tenían derecho a intervenir. Siendo así, tampoco ‘La bola de cristal’ debía meter nadie la tijera sin que yo lo hubiera permitido. Pero se hizo. El director de programas nunca dio una explicación. Pilar Miró no admitió mi dimisión cuando la puse sobre su mesa. Por fin, ante mi negativa a continuar en la dirección del programa, se llegó a un acuerdo”, escribe Rico.

Según Lolo Rico, el pacto alcanzado con RTVE consistió en lo siguiente: 1) Rico continuaría de directora de ‘La bola de cristal’ hasta el final de curso para dar tiempo a TVE a buscar una sustituta. 2) A cambio, TVE ofreció al equipo de ‘La bola de cristal’ hacerse cargo de la adaptación de ‘Spitting Image’, marionetas satíricas salvajes que hacían furor en Inglaterra. La versión española se llamaría ‘Los pepones’.

“Cuando José Antonio Abellán ofreció ese cambalache de ‘Bola’ por ‘Pepones’, a todos nos gustó la idea y estuvimos unos meses trabajando en ella. Escogimos los personajes, encargamos los diseños y vigilamos la elaboración de los muñecos”, cuenta Rico en su biografía.

Pero RTVE acabaría dinamitando este acuerdo por diversos motivos. No hubo nuevos episodios de ‘La bola’ tras la salida de Rico. Lo de ‘Los pepones’, por su parte, acabó como el rosario de la aurora…

La era Solana (1989/1990)

Poco después de dejar de emitirse 'La bola', Pilar Miró dimitió acosada por un pequeño escándalo: la compra de unos vestidos de protocolo a cargo de TVE que, según la oposición, Miró vestía en sus ratos libres. Su sustituto al frente de TVE fue Luis Solana, pata negra del PSOE, hermano de Javier Solana, diputado durante la Transición y presidente de Telefónica tras el triunfo socialista en 1982. Pues bien: fue llegar Luis Solana a RTVE y activarse un inexorable mecanismo que acabaría con ‘Los pepones’ … y con el equipo de ‘La bola de cristal’ al completo. Se había acabado el 'jiji-jaja'.

El problema no fue la derecha, sino Pilar Miró y su fascinación con Felipe González

En marzo de 1989, Luis Solana fue al Congreso -comisión de control- como nuevo presidente de RTVE. Ante la sorpresa general, Solana cargó contra un programa de la casa -’Los pepones’- que aún estaba en preproducción. Los muñecos, según él, “sobrepasan la sátira y bordean la agresión personal”, según recogió ABC.

Una estupefacta Lolo Rico solicitó reunirse con el director de RTVE, pero Solana alegó tener la agenda completa... permanentemente. Ante la imposibilidad de reunirse con él, Rico presentó su dimisión, pidió una excedencia en TVE y publicó una carta (sin respuesta) que había enviado a Solana.

"Como usted sabe, se me comunicó que la producción de ‘Los pepones’ se retrasaba hasta después de las elecciones generales, fecha en la que habría un ambiente político más distendido. Consideré que, como director general de RTVE, estaba usted en su derecho a poner o quitar de su programación lo que le pareciera oportuno coincidiera o no con mi criterio. Sin embargo, hay un hecho que por mi propia dignidad profesional y la de mi equipo me preocupa considerablemente: sus opiniones ante el Congreso de los Diputados", escribió la directora de ‘La bola de cristal’.

Rico no solo creía que Solana había descalificado el programa en sede parlamentaria, sino también que había mentido: "Debe tratarse de un malentendido, puesto que el programa nunca ha existido; no ha habido más cintas que una prueba de cámara realizada con los muñecos de Isabel Pantoja y Plácido Domingo interpretando una canción. ¿A quién agredimos? ¿En qué cintas? ¿Con qué muñecos? ¿Con qué guiones? Por más que medito no logro encontrar una respuesta", añadió.

La directora renunció a su puesto porque, según ella, no se podía realizar un programa piloto “sin un clima mínimo de libertad”. Lolo Rico -que llevaba 20 años en la casa y había escrito o dirigido programas infantiles emblemáticos como ‘La cometa blanca’, ‘Un globo, dos globos, tres globos’ y ‘La bola de cristal’, pasó a estar en la lista negra de RTVE.

Días después, Jorge Berlanga -escritor, crítico e hijo de Luis García Berlanga- publicó en ‘ABC’ una columna en la que criticaba la defenestración de Rico: “Hay que reconocerle a TVE el mérito de haber mantenido desde hace años un alto tono en las matinales de los sábados con imaginativos programas juveniles que suelen dar una alta medida de modernidad, habilidad para el entretenimiento y agilidad con conocimiento pleno de las posibilidades del medio televisivo… como la inolvidable ‘Bola de cristal’ de Lolo Rico, condenada también en la actualidad al ostracismo por ir por delante de la maquinaria pesada de la moral nacional”.

Todos a la calle

Carlos Fernández Liria: “Nos vino muy mal que Pilar Miró dimitiera a causa del escándalo de los vestidos esos... Fue Luis Solana el que liquidó al equipo de ‘La bola de cristal’, que, para entonces, había recibido el encargo de hacer ‘Los pepones’. Solana suprimió el proyecto y montó un escándalo monumental que se vivió como una auténtica censura. Los guionistas nos quedamos sin trabajo”.

Francisco Quintanar: “Lo de ‘Los pepones’ fue una liquidación en toda regla. Cuando estábamos en plena preproducción, Miró dimitió y entró Luis Solana. La nueva dirección volvió a dar el visto bueno al programa, pero un buen día Solana apareció por el Congreso y cargó sin más contra ‘Los pepones’. Nadie iba a burlarse de los políticos y de las autoridades españolas mientras él fuera el director de RTVE, vino a decir”.

Carlos Fernández Liria: “Nos reíamos de todos los políticos, no solo de Felipe González, pero es que a Luis Solana no le hizo gracia la idea de que se hicieran los ‘Spitting Image’ en España con nuestro equipo. Santiago Alba Rico y yo nos habíamos metido públicamente con Solana (en artículos y ensayos). Yo creo que nos odiaba y sencillamente acabó con el asunto”.

El PSOE estaba de los nervios por los casos de corrupción. No tenían ninguna gana de que vinieran unos muñecos a reírse de ellos

Francisco Quintanar: “Solana fue el brazo ejecutor, pero esas decisiones nunca las toma una sola persona. El contexto es relevante: son los meses en los que aumenta el control en los informativos de TVE, tras entrar María Antonia Iglesias. El PSOE estaba de los nervios por los primeros casos de corrupción. En el partido no tenían ninguna gana de que vinieran unos muñecos a reírse de ellos. Se había acabado la fiesta”.

Santiago Alba Rico: “La suspensión de ‘La bola’ coincidió, de forma a mi juicio reveladora, con la ley de las televisiones privadas y, por lo tanto, con el cambio en el modelo de la televisión pública”.

Un año después de la suspensión de ‘Los pepones’, se estrenó una versión afeitada y purgada (sin guionistas de ‘La bola de cristal’) del programa llamada ‘Los Muñegotes’. Pasó sin pena ni gloria.

Luis Solana duró poco más de un año al frente de RTVE, pero según una irónica columna de Vázquez Montalbán, se fue a casa con el trabajo hecho: “Consuélate, oh Solana, que te has ido al paro, de momento, con la conciencia del deber casi cumplido: el PSOE casi conserva la mayoría absoluta”. Todo en orden, circulen, aquí no ha pasado nada. ¡Ergios, watios y turbinas! produzco crisis y ruinas.

Se abre el telón y aparece una muñeca con malas pulgas -la Bruja Avería- a la que le salen cables y circuitos por todas partes. “¡Por Orticón, Saticón y Vidicón! Nadie sabe cómo detener la inflación”. “¡Ergios, watios y turbinas! produzco crisis y ruinas”, amenazaba Avería blandiendo un rayo letal. Si no hacías lo que ella quería, arruinaba tu negocio y te hacía explotar en mil pedazos. Así se las gastaban Los Electroduendes, una de las secciones más icónicas de ‘La bola de cristal’. O los títeres de cachiporra de toda la vida llevados a una nueva dimensión: parecía solo un divertimento inocente, pero era la lucha de clases explicada a los niños.

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