Es noticia
Jaime Abello: "El periodismo trabaja por la verdad y García Márquez lo tenía claro"
  1. Cultura
entrevistA

Jaime Abello: "El periodismo trabaja por la verdad y García Márquez lo tenía claro"

El director de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano creada por el Nobel colombiano en 1995 apuesta por el rigor y la ética del mejor oficio del mundo

Foto: Jaime Abelló
Jaime Abelló

Los periódicos se apagan por todo el mundo, adelgazan, se dejan vencer por la banalidad, cierran... La mentira cobra nuevos bríos, los hechos alternativos y la posverdad populista enseñan los dientes mientras la precariedad amenaza a unos periodistas cuyas armas para defender la independencia de su oficio se encasquillan cada vez con mayor frecuencia. Sí, el periodismo, como suele decirse, es hoy más necesario que nunca, pero necesita vitaminas, reconocimiento, apoyos... Para tal fin el autor de 'Cien años de soledad' fundó en 1995 en Colombia junto a Jaime Abello (Barranquilla, 1958) la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano con el fin de "contribuir a la salvación urgente del mejor oficio del mundo". En las más de dos décadas transcurridas desde entonces la organización se ha convertido -con sus talleres, sus publicaciones y sus célebres premios que reconocen los mejores trabajos de las dos orillas de la lengua- en puntal y garantía. Abello ha pasado estos días por España para difundir la labor de la institución que preside.

PREGUNTA. La historia de la Fundación García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano comienza en una cena tuya con Gabo en Barranquilla el 28 de diciembre de 1993. ¿Qué ocurrió aquella noche?

RESPUESTA. Fue una noche muy sabrosa. Comimos muy bien, tomamos bastante whisky, había buena compañía y García Márquez se dedicó toda la noche a contar historias de su vida como reportero, desde sus inicios en El Universal, pasando por el Heraldo, El Espectador... Y empezaron a salir una serie de temas que le llevaban tiempo rondando la cabeza sobre los que luego él siguió escribiendo y que acabaron plasmándose en el proyecto de la Fundación. Muchas de esas ideas las recogió luego en su conferencia 'El mejor oficio del mundo'. En fin, en cierto momento de la noche me pidió que le acompañara al hotel y allí empezó ha explicarme con mucho detalle la idea que tenía de poner en marcha unos talleres de periodismo. Yo, de pronto, le pregunté: "Pero Gabo, ¿por qué me estás contando todo esto?" Y él me respondió: "Quiero que me ayudes".

placeholder Jaime Abello, José Salgar y Gabriel García Márquez en Cartagena (Colombia) en la conmemoración en 2006 del aniversario de la FNPI. (Libardo Cano/FPI)
Jaime Abello, José Salgar y Gabriel García Márquez en Cartagena (Colombia) en la conmemoración en 2006 del aniversario de la FNPI. (Libardo Cano/FPI)

P. ¿Cómo fue trabajar con García Márquez aquellos años?

R. Un placer. Entonces él estaba regresando al periodismo, se disponía de hecho a concluir la investigación para el que luego sería su libro 'Noticia de un secuestro'. Tenía además ganas de pasar tiempo en Colombia, estaba construyendo una casa en Cartagena y el gobierno del presidente Gaviria, una vez cerrados los años más duros de Pablo Escobar, tenía a García Márquez en gran estima y le había invitado a participar en la Comisión de Sabios, un grupo de expertos y pensadores que debían preparar un informe sobre cómo integrar mejor la educación, la ciencia y la tecnología. Tenía muchas ganas de hacer cosas y, desde marzo de 1994, comenzamos a reunirnos periódicamente y de aquellas reuniones nacería en 1995 la Fundación.

Gabo ejemplificaba la figura del intelectual que quería influir en la sociedad. Y la mejor manera para hacerlo era el periodismo

P. ¿Cuáles fueron las ideas principales que determinaron la actividad de la Fundación?

R. García Márquez pensaba que el buen periodismo podía leerse como un género literario de una vitalidad extraordinaria, insistía en que todo periodismo es "periodismo de investigación" por definición, se preocupaba especialmente por la ética del periodista -el "zumbido del moscardón"- e insistía en la labor de servicio público de la profesión. Gabo ejemplificaba así la figura del intelectual que quería influir en la sociedad. Y la mejor manera para hacerlo era el periodismo.

P. El nuevo periodismo apostó en su momento por la aplicación de las herramientas de la literatura a la narración de la realidad. ¿Qué valoración podríamos hacer hoy de aquel boom?¿Cómo ha envejecido el nuevo periodismo?

R. Nuestra Fundación se llama 'Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano' pero me gustaría matizar que no es tanto por el 'nuevo periodismo' narrativo norteamericano como por apostar por nuevas formas y maneras de ejercer el oficio. La coincidencia no nos molesta y Gabo conocía y respetaba a los Truman Capote, Tom Wolfe y compañía, pero él llevaba haciendo nuevo periodismo desde mucho antes que ellos. Hay una tradición propia de crónica latinoamericana -y española- que viene de principios del siglo XX. El reportaje y la crónica muestran hoy una tremenda vitalidad, no solo no han envejecido sino que se han renovado y le deben mucho más a la investigación y al trabajo de composición narrativa que a la genialidad literaria. La crónica clásica la hicieron escritores devenidos periodistas y hoy es al revés: periodistas que escriben con la misma calidad que los escritores pero con mucha investigación y trabajo de campo y abordando con rigor los grandes problemas del continente. Y los premios que otorga la Fundación así lo demuestran.

La crónica la hicieron escritores devenidos periodistas y hoy es al revés: periodistas que escriben con la misma calidad que los escritores

P. Pero el periodismo llamado literario ha recibido críticas por ciertos abusos que acababan conduciendo más allá de lo real para convertirse en fabulación, hasta el punto de que, algunos de aquellos maestros, cuando la realidad no coincidía con sus invenciones… se la inventaban.

R. A ver, es cierto que el primer García Márquez se permitió licencias literarias en su trabajo periodístico. Él mismo reconoció que el alemán protagonista de su célebre crónica 'Caracas sin agua' que se afeita con zumo de Durango porque no hay agua en realidad era el propio García Márquez. En esa época en Gabo predominaba el escritor, pero lo que yo puedo atestiguar es que en su evolución cada vez se fue preocupando más por la ética periodística. Cuando él mismo se convirtió en un personaje célebre de la profesión y se vio víctima de los inventos de los periodistas, de las entrevistas que lo desfiguraban y le atribuían cosas que no había dicho, se dio cuenta de que el compromiso de ser respetuoso con la realidad es inclaudicable. Así, el García Márquez de los 80 en adelante cada vez se preocupa más por la insistencia en los hechos y, cuando comienza al fin 'Noticia de un secuestro', no se permite ninguna licencia. La creatividad desbordante de su primera etapa deja lugar al compromiso total con el periodismo.

placeholder 'Gabo periodista'. (FNPI)
'Gabo periodista'. (FNPI)

P. García Márquez no llegó a ver las tremendas convulsiones que ha sufrido el periodismo en los últimos tiempo. La crisis y la revolución del periodismo digital han abierto un sinfín de nuevas posibilidades pero también han precarizado y, algunos dicen, banalizado la profesión...

R. No llegó a verlas pero las intuyó. Hay una frase de una entrevista suya a El País en 1995 en la que dice que el papel del periodismo es establecer la verdad en medio del caos de mentiras y confusión en el que vivimos. Y nunca hemos estado rodeados más de mentiras por todos los lados como hoy. El papel del periodismo sigue siendo entonces trabajar por la verdad y García Márquez lo tenía clarísmo. Él fue usuario de Internet y le preocupaba mucho defender los principios del oficio en el medio digital. Por otra parte el periodismo que explota comercialmente lo banal ha existido siempre. El grave error que no deben cometer los periódicos serios de siempre es dejarse tentar por el periodismo basura que ofrece una ganancia en el corto plazo y una pérdida irreparable después. Hay que buscar nuevas vías, mediante suscripciones y otras opciones, para que el buen periodismo pueda defenderse y llegar a sus lectores.

Los periódicos se apagan por todo el mundo, adelgazan, se dejan vencer por la banalidad, cierran... La mentira cobra nuevos bríos, los hechos alternativos y la posverdad populista enseñan los dientes mientras la precariedad amenaza a unos periodistas cuyas armas para defender la independencia de su oficio se encasquillan cada vez con mayor frecuencia. Sí, el periodismo, como suele decirse, es hoy más necesario que nunca, pero necesita vitaminas, reconocimiento, apoyos... Para tal fin el autor de 'Cien años de soledad' fundó en 1995 en Colombia junto a Jaime Abello (Barranquilla, 1958) la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano con el fin de "contribuir a la salvación urgente del mejor oficio del mundo". En las más de dos décadas transcurridas desde entonces la organización se ha convertido -con sus talleres, sus publicaciones y sus célebres premios que reconocen los mejores trabajos de las dos orillas de la lengua- en puntal y garantía. Abello ha pasado estos días por España para difundir la labor de la institución que preside.

Periodismo
El redactor recomienda