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Boyanka Kostova, el trap en gallego y el 'twerking' rural
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Boyanka Kostova, el trap en gallego y el 'twerking' rural

Este dúo compostelano promete 'leiras' en vez de lujo y desenfreno a sus conquistas y mezcla cultura y costumbrismo local al género de moda

Foto: Boyanka Kostova en el Festival Noroeste (Concello da Coruña)
Boyanka Kostova en el Festival Noroeste (Concello da Coruña)

"Teño leiras". Si quieren ligar, no vendan lujo y desenfreno sino leiras. Así funciona el trap en gallego. 'Leiras' es una canción de amor. De esas en las que uno se vende para conquistar a una chica. Y cantan: "Teño leiras", algo así como tengo tierras (de cultivo), nena, soy un buen partido. Porque en el trap no solo se habla de sexo y drogas (que también) o se hace twerking (que también) sino que este género tan de moda se puede mezclar con la cultura y el costumbrismo local para parir a una de las formaciones más divertidas y originales.

Boyanka Kostova son los pioneros del trap en galego. Los primeros que han adaptado este estilo a la idiosincrasia gallega y encima llamándose como una atleta búlgara de halterofilia campeona del mundo en 58 Kg. e implicada en los casos de dopaje de los Juegos Olímpicos de Londres. "En el fondo somos unos sentimentales y tenemos nuestro corazoncito", bramaba el dúo de Santiago, formado por Cibrán García (Saibran Yiyi) y Chicho (O Chicho do Funk), en el pasado Festival Noroeste de A Coruña. "El tema salió porque mi abuelo, que es Valdeorras, siempre tuvo leiras y bromeaba con que conquistó a mi abuela por sus leiras. Que tuvo más puntos por eso", añade entre risas Cibrán. "Las leiras son un terreno más de productos de secano rollo maíz, hierba para las vacas... Nuestros padres y abuelos son de aldea y nosotros hemos ido a la aldea toda la vida. Es amor rural", explica Chicho.

Venían de otras formaciones (Frederik y Estupefazebras), tienen 22 y 26 años y desde hace un año y unos cuatro meses se dedican al trap. "Los grupos que teníamos antes eran de rap, yo siempre hice rap, y estábamos empezando a experimentar con el trap porque nos gustaba. Iba ser más electrónico pero cogimos la idea de intentar ponernos con el trap", cuenta Cibrán. Desde entonces, suben sus vídeos en Youtube, están dentro de La Melona (un sello compostelano que reúne a varios grupos y programa bolos) y no paran de dar conciertos por Galicia. "Estos meses han sido salvajes. Hemos tocado en las mejores salas de Galicia, tenemos un verano de la leche y a partir de septiembre tenemos muchas cosas con gente grande como Cecilio G o El Coleta", resume Chicho.

La originalidad y el cachondeo es lo que define a Boyanka Kostova. "Dicen que somos un grupo de trap, pero realmente somos un grupo de música", dice el primero desde el escenario ataviado con un bañador de pelícanos. Las camisetas han volado justo cuando se declaran unos "sentimentales". Las drogas y el sexo no son nada al lado de su twerking rural, y eso que están en sus letras. Hace poco publicaron 'Codeína' y sobre el escenario se lanzan con un tema sobre el atracón de comida y 'Cola Cao' con el morao. De hecho, así adoptaron su nombre. "En un momento Colacao de esos, haciendo zapping paré Teledeporte y vi a una señorita levantando pesas como la que más. Boyanka Kostova, nombrazo para un grupo. Y punto", resume Chicho.

El objetivo, además de la curiosidad y singularidad que respiran por los cuatro costados, es disfrutar y no tomarse en nada en serio ni a sí mismos ni la vida. De hecho, al verles sobre el escenario uno duda de si se burlan del trap o no. "Eso cada uno sabrá", responde Cibrán. "Nosotros nos reímos de la vida en general. Nuestra forma de ver la vida es que todo es coña, no hay nada serio. Lo resume muy bien una frase de SFDK: "hago música seria y me tomo la vida en broma", añade.

"No tengo nada contra los grupos políticos, nosotros somos de izquierda y nos preocupamos por lo que pasa pero soy una persona que considera que ver un concierto es desconectar de todo lo malo, reírnos, pasarlo bien y bailar", remacha. "Es que aquí hay mil grupos que dan un mitín entre canción y canción. No me jodas", agrega Chicho. Ellos, precisamente acaban de alabar sobre el escenario el "ayuntamiento del cambio" de A Coruña, gobernado por Xulio Ferreiro de En Marea. "Es un mensaje político si quieres, pero no es lo mismo. Solo dije que a mí me mola y que está muy bien. Ya está, pero no es el centro de nuestra música".

Un género de moda y en gallego

El problema, prosigue, es que "en Galicia hay una manía horrible de ligar todo lo que sea en gallego a movidas políticas, y no. La música en gallego como se hace grande es simplemente haciéndose y haciendo cosas serias en el idioma. La mayoría de grupos que hacen música en gallego, lo más típico es el rock, tienen una autoburla de las vaquiñas o é un son de... ¡No me jodas! El gallego es más que eso. Hay que quererlo un poco también", se queja Chicho. En el fondo, retoma el guante su compañero desde el camerino del Noroeste con el concierto de Iván Ferreiro de fondo, hay poca gente que cante en gallego "y menos si es rap". "Nosotros no lo utilizamos como un arma para hacer los temas simplemente como un medio... como si lo hicieras en catalán en Cataluña o en vasco en el País Vasco. Es nuestro idioma habitual, nada más".

Sus metas están claras: vivir de la música, algo nada fácil reconocen, y que Chicho deje la casa de sus padres. "Hacer que esto valga para algo. Vivir de esto. Vivir", deja en el aire. Y, de paso, que se abran las puertas a los grupos que cantan en el resto de lenguas del Estado. "Los grupos que cantan en catalán, gallego o vasco solo tocan en Cataluña, Galicia o País Vasco y no. Hay que ir a Madrid, a Valencia, a Sevilla, a todos lados. Aquí ahora toca The Jesus and Mary Chain en inglés y a nadie le importa", añade su compañero. "El gallego tiene que ser algo que dé igual. No le preguntamos a un grupo francés porque canta en francés, simplemente es su puto idioma y lo hace así", zanja Chicho.

Elegir un género musical como el trap que se está volviendo 'mainstream' pueda ayudar de algún modo a romper esas barreras idiomáticas. "En España aún queda un poquito porque siempre vamos un poco por detrás y más aún con los temas de vanguardia musical, y más todavía en Galicia, pero si miramos a Estados Unidos la gente que hace trap colabora con marcas de ropa y demás. El trap está de moda, sí", reflexiona Cibrán. Ambos coinciden en que esta explosión pervierte la esencia del genero "y la desvirtúa cuando gente como Shakira o Bisbal se meten" aunque también amplía su espectro.

"Que esté de moda no influye para tu capacidad creativa. Hay que pelear contra ciertos estigmas", dice Chicho y pone como ejemplo a Fuego, "el de 'Una vaina loca', que tiene uno de los mejores discos de trap que existen. Pues de puta madre que haya gente a grandes niveles haciendo trap. El trap es algo y cada uno puede cogerlo si quiere, no es exclusivo de los traperos". El otro estigma que acompaña al género es el de las letras. Que la música lleva hablando toda la vida de amor, sexo y drogas no es nada novedoso, pero ¿el machismo que se le asocia? "Se tiende a cumplir el estereotipo pero tampoco necesariamente", responde (a la gallega) Cibrán. "Puedo entender que se vea así fuera, pero aquí es diferente. Al menos para nosotros. Nosotros somos buena gente, unos pedacitos de pan. No considero que tenga que asociarse el sonido a una temática, aunque se hace", sigue. "Están esos temas y también los de leiras", cierra el círculo Chicho.

"Teño leiras". Si quieren ligar, no vendan lujo y desenfreno sino leiras. Así funciona el trap en gallego. 'Leiras' es una canción de amor. De esas en las que uno se vende para conquistar a una chica. Y cantan: "Teño leiras", algo así como tengo tierras (de cultivo), nena, soy un buen partido. Porque en el trap no solo se habla de sexo y drogas (que también) o se hace twerking (que también) sino que este género tan de moda se puede mezclar con la cultura y el costumbrismo local para parir a una de las formaciones más divertidas y originales.

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