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El arte de defraudar: el galerista Fernández-Braso asume dos delitos fiscales por Falciani
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DE FALCIANI A PANAMÁ

El arte de defraudar: el galerista Fernández-Braso asume dos delitos fiscales por Falciani

El reconocido galerista del barrio de Salamanca negocia asumir que defraudó un millón oculto en Suiza. También creó una firma en Seychelles, según los Papeles de Panamá

Foto:  Miguel Fernández Braso junto a Salvador Dalí. (EFE)
Miguel Fernández Braso junto a Salvador Dalí. (EFE)

El galerista Miguel Fernández-Braso, figura relevante del arte en España desde la Transición, dueño de una prestigiosa galería en el barrio de Salamanca de Madrid que lleva su nombre, decía en 2013 tener muy claro cuáles eran los males del arte. "La subida del IVA al 21% el año pasado fue la puntilla. Han dejado a España fuera del mercado internacional. Ya no aspiramos a ganar, sino a sobrevivir", declaró a 'El País'.

No contó Fernández-Braso que su nombre aparecía en la lista Falciani como titular de una cuenta en Suiza y que en abril de ese año la fiscalía había pedido para él seis años de cárcel y multas que sumaban 3,26 millones de euros por dos delitos de fraude fiscal.

El caso está aún pendiente de juicio pero se encamina hacia un acuerdo por el que el galerista asume dos delitos fiscales y pagará unos dos millones de euros para evitar la cárcel, según fuentes conocedoras de la operación. Él no ha contestado a las llamadas de este diario durante la semana pasada.

Fernández-Braso no es cualquiera. Nacido en 1940 en Villanueva del Arzobispo (Jaén), llegó a Madrid en los sesenta para hacerse escritor. Fue periodista y triunfó en el mundo del arte.

En 1971 abrió su primera galería en Madrid y cuatro años después fundó una influyente revista de arte llamada 'Guadalimar' que duró 27 años. En la web hay imágenes de Fernández-Braso junto a Dalí, Joan Miró o Antonio Saura.

Publicó libros, como uno de 'Conversaciones con Alfonso Guerra', en 1983. Entonces un joven y barbudo Fernández-Braso le preguntaba al entonces todopoderoso vicepresidente del Gobierno: "¿Tú crees que ser empresario y socialista es hoy compatible?".

La Abogacía del Estado: "Parece lógico suponer que los fondos que utiliza para la compraventa de obras de arte son los que tiene en la cuenta en Suiza"

Fernández-Braso siempre mezcló la izquierda y el arte con el exclusivo barrio de Salamanca, donde abrió la galería Juan Gris, hoy llamada Fernández-Braso y gestionada por sus hijos. En su estand de Arco el pasado jueves se podían ver por ejemplo obras de Palazuelo. En la galería ahora expone una muestra homenaje a Caballero Bonald con obras de, entre otros, Tapies y Saura y Navia.

Ese es el Fernández-Braso que conoce el mundo especializado en arte y cultura. Para la Agencia Tributaria y la Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid, Fernández-Braso es otro. Es un hombre que en 1998 abrió una cuenta en el HSBC de Ginebra, según descubrió España gracias a la lista de clientes que el informático Hervé Falciani se llevó del banco. En 2005, coincidiendo con una directiva europea que obligaba a Suiza a informar de los titulares de cuentas, la cuenta pasó a estar a nombre de la empresa suiza Vega Associates, que Hacienda califica como "sociedad pantalla". Lo hizo tras una visita del galerista a sus abogados de Ginebra el 16 de junio de ese año. La cuenta llegó a tener 1,07 millones de euros no declarados, según la documentación judicial a la que ha tenido acceso este diario.

Según la acusación de la fiscalía, Fernández-Braso "ocultó a la Agencia Tributaria en sus declaraciones de IRPF realizadas en los ejercicios económicos 2005 y 2006 la obtención de unos beneficios patrimoniales que ascienden a 830.093,58 euros en el año 2005 y 413.240,99 euros en el año 2006 cuyo origen no resulta justificado", según el escrito de acusación. Las cuentas de Fernández-Braso esos años no le cuadran a Hacienda, que "tuvo conocimiento de que en el año 2006 vendió a la sociedad Arjonilla SL [propiedad al 99% de Fernández-Braso] una serie de obras de arte por un precio de 1.276.577,41 euros sin que se haya justificado ni la obtención de renta que permita la adquisición de las mismas ni el precio de adquisición de las mismas". La fiscalía acusa a Fernández-Braso de dos delitos fiscales y defraudar algo más de un millón de euros. Por eso pide para él seis años de cárcel y multas que suman 3,26 millones.

La Abogacía del Estado, que representa a la Agencia Tributaria, sostiene que Fernández-Braso "no puede justificar el origen de los fondos para la adquisición de obras de arte. Simplemente, de una manera evasiva, señala el imputado en su declaración que estas obras de arte eran antiguas y que se las habían regalado sus autores, aspectos, sin embargo, respecto de los que no es capaz de aportar prueba alguna". Y concluye: "Parece lógico suponer que los fondos que utiliza para la compraventa de obras de arte son los que tiene en la cuenta en Suiza".

placeholder Alfonso Guerra junto a Fernández-Braso en 1983 para el libro 'Conversaciones con Alfonso Guerra'.
Alfonso Guerra junto a Fernández-Braso en 1983 para el libro 'Conversaciones con Alfonso Guerra'.

El abogado del Estado señala que en su declaración, Fernández-Braso "respondió evasivamente a las preguntas del fiscal". Aunque, añade "no debería ser difícil, para quien se dedica empresarialmente al negocio de la compraventa de obras y objetos de arte desde hace más de 20 años, según su propia declaración, edita una revista y es crítico de arte, poder explicar, recordar y probar la adquisición y precio de obras que posteriormente revende a la persona jurídica que utiliza instrumentalmente para el ejercicio de esta actividad".

Hacienda destaca sus declaraciones de la renta. Según estas, en 2005 el galerista solo recibió 20.496 euros de Arjonilla SL, más una pensión de la Seguridad Social. A su vez, la sociedad le compró a Fernández-Braso obras de arte valoradas en 1,24 millones de euros. Y no se explica cómo compró él las obras. Por eso pide para él siete años de cárcel y multas que suman 6,14 millones (incluyendo la cuota defraudada y la multa).

placeholder Estand de la galería Fernández-Braso en ARCO. R. M.
Estand de la galería Fernández-Braso en ARCO. R. M.

Pese a que la acusación contra Fernández-Braso tiene casi cuatro años aún sigue pendiente de fecha de juicio. En este tiempo el camino de la lista Falciani se ha despejado: los tribunales españoles fueron ratificando la validez de la lista como prueba para condenar. El viernes, el Tribunal Supremo dio el espaldarazo definitivo al declarar firme la condena a Sixto Delgado Coba, lo que impulsa a otros de los acusados a negociar condenas que rebajen la pena y no impliquen la entrada en prisión.

Es el caso de Fernández-Braso, que ha ofrecido cuadros para saldar la deuda pero Hacienda ha denegado el pago en especie. Con la condena del Supremo tendrá que aceptar dos delitos fiscales y pagar alrededor de 1,7 millones (el millón defraudado más un 70% de multa), a lo que habría que sumar los intereses.

Fernández-Braso no ha devuelto las llamadas de este diario ni sus hijos han querido comentar la noticia. Hace unos meses señaló que el problema de la lista Falciani estaba resuelto, pero la realidad es que estaba pendiente de que se señale el juicio.

Ha ofrecido cuadros para pagar la deuda con Hacienda pero el fisco exige dinero

La de Falciani no es la única filtración masiva en la que aparece su nombre. En los Papeles de Panamá, publicados en España por El Confidencial y la Sexta tras una investigación en colaboración con el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ), figura Fernández-Braso como dueño de la sociedad Yanco Investments, con sede en las Seychelles y que creó con el despacho panameño de Mossack Fonseca el 2 de diciembre de 2015. Hace unos meses Fernández-Braso explicó que creó la sociedad para comprar una colección en el extranjero y que finalmente no se hizo la operación, por lo que la empresa no tuvo actividad y que todo era legal. La defensa es que no había nada irregular y que en el mundo del arte es frecuente operar en el extranjero. En este caso, en Suiza y en Seychelles.

El galerista Miguel Fernández-Braso, figura relevante del arte en España desde la Transición, dueño de una prestigiosa galería en el barrio de Salamanca de Madrid que lleva su nombre, decía en 2013 tener muy claro cuáles eran los males del arte. "La subida del IVA al 21% el año pasado fue la puntilla. Han dejado a España fuera del mercado internacional. Ya no aspiramos a ganar, sino a sobrevivir", declaró a 'El País'.

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