"Me gusta dar caña a Rajoy e Iglesias. A los otros dos no te quiero ni contar..."

"Sí, muchas gracias por este nombramiento inesperado como director de los Teatros del Canal...". Así, bromeando con los recién designados nuevos gestores artísticos del Canal pero tan afilado como siempre, ha recibido hoy a la prensa Rafael Álvarez 'El Brujo'. El cómico inaugura este jueves la temporada del teatro regional con 'Misterios del Quijote' (hasta el 11 de septiembre) y 'Teresa o el sol por dentro' (14 a 25 de septiembre), dos montajes en los que se ha metido en el alma del hidalgo creado por Cervantes y la santa abulense para que sus "desconocidas" figuras sean accesibles a todos los públicos. Y, claro está, sin que falten las referencias a la actualidad política y social marca de la casa.

"Creo que la política es una manifestación de lo que hoy es la sociedad, pero yo tengo el hábito de dar caña a los políticos porque es muy fácil. La gente se descojona. Me gusta dar caña a Rajoy y a Pablo Iglesias. A los otros dos no te quiero ni contar... parecen dos vendedores de enciclopedias. Y la gente se descojona porque está aburridísima de los políticos. Algo que, en el fondo, es un síntoma de madurez", asegura el juglar, como le gusta llamarse. Sin desvelar esos aplaudidos guiños que introduce en sus funciones, que varían a la par que lo hace la actualidad, El Brujo afirma que lo importante es darse cuenta de que "el sectarismo es una visión muy estrecha de la vida. Esto es lo que está pasando aquí y es un síntoma de incultura".

"Tiene que solucionarse la incapacidad para ver al otro que piensa diferente de ti como alguien que tiene derecho a vivir" porque hoy, prosigue, "no hay rojos ni fachas. Hoy hay gente pendiente del presupuesto". "En este momento es importante que pensemos que el carro funciona si las piezas se entienden entre sí independientemente de lo diferentes que sean", pero, añade rompiendo el tono serio, "habrá terceras elecciones y poco a poco Rajoy sacará mayoría absoluta porque la gente dejará de votar y solo lo harán las viejecitas que siempre votan al PP".

Don Quijote, la metáfora andante

El Brujo se introduce en el alma del Quijote, "esa metáfora andante" como dice en la obra, para explicar sus misterios al público como "lo haría un guía turístico en Notre Dame". Los guiños políticos son una anécdota que salpica la función porque, recuerda, "esto no es un monólogo del Club de la Comedia. La gente viene a ver un espectáculo sobre Cervantes y 'El Quijote' y quiere un poco de caché".

Yo me considero un cómico de plaza de pueblo. Un cómico que provoca en el público una actitud, que hace que no esté en una pasividad muy solemne como pasa en los teatros públicos

"El Quijote no estaba loco sino que construye su locura como un actor lo hace con su personaje. Es una locura llena de lógica y sentido", prosigue. El cómico explica que para crear 'Misterios del Quijote' ha abordado la figura cervantina a través de dos dimensiones: la más intelectual que escudriña lo oculto y la más popular, que conecta con la tradición oral y le convierte en ese juglar que va relatando la conexión del Quijote con las prostitutas, la ecología o las nuevas tecnologías así como narrando los episodios de los molinos de viento o Marcela. "Yo me considero un cómico de plaza de pueblo. Un cómico que provoca en el público una actitud, que hace que no esté en una pasividad muy solemne como pasa en los teatros sobre todo públicos. Trato siempre de que el público esté en la plaza de Madrigal de la Vera porque mi estilo es ese: el lenguaje popular", defiende fiel a sus principios.

Ese estilo particular del Brujo lleva llenando teatros por todo el país este verano. Aun así, reconoce que muchos, incluida la crítica, han querido domesticarlo, pero no lo han conseguido. "Gracias a que sobreactúo, sobrevivo. Si no estaría en una sala alternativa como muchos de mis compañeros que son buenísimos. Este es un país en el que si no sobreactúas, estás jodido. Si viviéramos en Inglaterra... pero aquí o en Italia hay que sobreactuar", vuelve a decir entre risas.

Confiesa que leyó 'El Quijote' por primera vez en 2003. "Yo no lo había leído. Es un libro que muy poca gente ha leído aunque todo el mundo diga que lo ha leído en el colegio. En la escuela no se lee 'El Quijote'. Hay un cuadernito con historias resumidas": De la fascinación de esa lectura reposada y analítica nació la necesidad de diseccionar al personaje pero como lo haría un investigador que se vuelve loco atrapado en los misterios de la cabeza del hidalgo manchego.

Pero "si el Quijote es desconocido, lo de Teresa de Jesús ya...", se queja. Por eso, tras 'Misterios del Quijote', El Brujo llevará al Canal 'Teresa o el sol por dentro', una obra en la que repasa la vida de Santa Teresa de Jesús, una mujer que era "la vanguardia de la vanguardia". "Tenía algo de Quijote", la define. "Hay una Teresa republicana, que yo llamo republicana, que es desconocida. Es la Teresa en la que la dimensión mística está conectada con la cívica. Eso es una idea profundamente democrática", termina volviendo a dejarse conquistar por nuestra actualidad.