Blanca Portillo: "En las crisis, el teatro abre la boca y grita lo que pasa"

Su carrera en el teatro está jalonada por grandes hitos. El más difícil todavía. Desde Hamlet al Segismundo que la terminó por encumbrar o su reciente humana y sufridora virgenMaría, que le valió un Premio Max. Blanca Portillo, o la Portillo aunque garantiza que le va un poco grande el artículo,cierra en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagrola gira del personal​Don Juan Tenorioque ha dirigido para la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Una interesante adaptación, recibidacon disparidad de opiniones,que pone al mítico héroe español en un estrado para dejar en evidencia su cara machista, manipuladora y misógina.

Además de combinar papeles en televisión y cine, el teatro sigue siendo la columna vertebral de una actriz que esta temporada volverá a girar con su desgarradora interpretación deMaría y que tiene ganas de hacer reír. Será dentro de un año con una comedia que prepara con Secun de la Rosa y en la que volverá a estar sobre el escenario. "Tengo muchas ganas de recibir la risa" de unpúblico, garantiza, ávido de teatro y al que la crisis ha vuelto más selectivo. Esél el que debe estar por encima de políticos y ninguneos institucionales,como dijo al recoger su premio por El Testamento de María.

P: ¿Qué supone cerrarla gira de este Don Juan Tenorio tan personal y diferente, despojado de esa máscara de héroe nacional, en un festival como elde Teatro Clásico de Almagro?

R: Es el sitio ideal para cerrar un proceso que ha durado casi dos años y que ha supuesto un enorme trabajo y esfuerzo. Ver ayer [por el jueves] a más 600 personasaplaudiendo y en pie es muy especial. ¡Quémejor manera de terminar!Está siendomuy emocionante. Es el mejorsitio, un broche de oro. La verdad es que tenía curiosidad por ver quépasaba en Almagro, donde la gente ya estámás que acostumbrada aver clásicos y tiene oído preparado para escuchar verso. El Tenorioes uno de los textos más representados de nuestro teatro españoly tenía mucha curiosidad por ver la reacción aquí. Estabaal final del patio de butacas y les podía ver sentados sin parpadear. Es hermosover que la gente que sabe de teatro ha recibido con una mente tan abierta un montaje tandistinto.

P: María y Don Juan Tenorio esta temporada... Se pone el listón muy alto en cada trabajo, por no hablar de Hamlet o Segismundo. ¿Cómo se enfrenta uno a mantener próximo papel?

R:Se enfrenta unocon susto. Lo digo de corazón porque para míel mejor trabajo es el próximo. Es donde inviertotodo el esfuerzo y las ganas por hacerlo mejor. De momento, la vida me acompaña y me da textos y proyectos que me interesany con los que creo que puedo elaborar buenos trabajos. Tambiéndepende de buscarlo y desearlo. Confío en que el próximo trabajoestéa altura.

P: ¿Yqué va a ser lo próximo?

R:Ahora seguiremos con la gira con El testamento de María y regresaremos con ella a Madrid, algo que no es muy habitual pero es muy bonito que haya reposiciones por petición popular (risas). Quiero seguir con la funciónporque me ha dado muchas satisfacciones y siento que se lo debo. Y después quieroproducir, pero no dirigir sino volver a subirme al escenario. Estoy trabajando con Secun de la Rosa, que está escribiendo un texto, una comedia. Tengomuchas de ganas de reír, ya que llevo un año haciendo llorar a media España y a mí misma. Igual que me emocionaescuchar el llanto del público, tengo muchas ganas de recibir la risa, que es un subidón de adrenalina. Así que haremos eso la temporada 2016/2017.

P: Aunque no deja de hacer papeles en cine y televisión, al teatro no lo suelta nunca. Tengo la sensación de que se ha convertido en su columna vertebral en estos años.

R: Me gusta lo que dices porque lo siento así. El teatro es la columna vertebralde mi trabajo como actriz.Me sostengo y defiendo alrededor de esta columna de la que no puedo prescindir y a la que nunca renunciaría ni a punta de pistola. Otros trabajos me hacen crecer, divertirme y ser inquieta,pero el teatro tiene algo de ponerte en situación de riego. Obliga al actor a sacar todas sus armas y tiene esa relación directa con el espectador de emisión y recepción inmediata que no tienen los otros medios,esa vida que emana un escenario. Y el teatro, cuando el trabajo estábien hecho, es inolvidable,mucho más que una películao una serie. Se queda ahíun algo en el corazón de quien lo ve que se convierte en inolvidable, y además es efímero. El teatrosiempre ha sido el espejo, sirve para que nos miremos cara a cara y con bellezasi es posible. Eso es muy difícilconseguir esocon otros medios.

P: En estos años, su apellido ya va ligado al artículo. ¿Qué le parece eso de la Portillo?

R:Me resulta extraño porque me viene un poco grande. Yo llevo muchos años mirándome y no me sorprendo demasiado. Me aburro demasiado de mímisma. Pero también cuandorecibes tanto respeto, que es lo que más me conmociona, es muy alargador, esprecioso y piensas que puede tener sentido tras más 30 años de trabajo. Y lo de la Portillo sí o no. En algún momento lo puedo hacer mal,tengo derecho a equivocarme quizás. Túmisma te pones el listón alto y eso te crea una cierta ansiedad, pero como yo siempre trabajo desde el corazón así lo seguiré haciendo. No hay otra forma.

P: En Mérida entrevistamos a su sucesor en la dirección del festival, Jesús Cimarro, y me gustaría hacerle la misma pregunta. En España es muy difícil ver a un ministro o al presidente inaugurandoestos festivales o en una función. ¿Qué pasa con el teatro en nuestro país?

R: Creo que apesar de todos los malos tiempos que vive el sector cultural, el teatro estádando una voz de alarma y lanzando unaalerta. Los espectadores llenan cada vez mejor las salas porque son mas selectivos y se estáproduciendo un brote de nuevos autores y directores. Tienen un protagonismo importante y si los políticos sonun mínimointeligentes se deben dar cuenta de que el teatro esun lugar que representa a la sociedad.Deberían hacerlo y acudir, tienen que estar muy ajenos a la realidad para no darse cuenta de que estáahí y latiendo fuertemente.

P: Me interesa ese espectador que describe que, por las circunstancias, se ha vuelto más selectivo. ¿Ha educado la crisis al espectador en el fondo?

R:Toda la cultura, y claro estáel teatro, sirvepara educar en elmejor sentido de la palabra. Para que el público percibalas realidades desde otros lugares, medite y reflexione. Para eso sirve el teatro. Ahora el espectador es más selectivo y eso es interesantísimo, el hecho deque decidan qué quiere ver,quéles gusta ono y que lo manifieste tan abiertamente.

P: ¿Qué salud le ve Blanca Portillo al teatro en nuestro país?

R: Hay unasensación de que la cultura no es algo importante, que no importaba, que no hay que invertir ni esforzarse y que está ahíy si no está, no pasa nada. Esose ha traducido desde en el IVA cultura a esta ausencia de los políticos de la que hablamos. Desde el punto de vista de la industria, la situación es difícil pero creativamente vivimos un momentoespléndido. El problema es que hay espectadores que no pueden pagar una entrada, pero eso también ha hechoque seleccionen más, con lo cual cuando hay buenos trabajos la gente acude porque quiere ver teatro. Las salas que se abren, los nuevos lugares donde hacer teatro... Es muy difícil para una compañía poner a cinco actores en el teatro, ni te cuento con 15 personas y 98 funciones como estamos hacieno conlos circuitos desapareciendo, pero desde el plano creativo hay gente nueva haciendo cosas muy buenas y eso es saba. Hay un punto de rebeldía en el teatro que es necesario. En las crisis, el teatro abre la boca y grita lo quepasa.

P: Mérida le puso en contacto con esa cara de la política cultural. ¿Ensucia a la cultura en el fondo?

R: No sé si la palabra es ensuciar, peroes muy difícilque se den la mano por lo menos en España. Es difícil porque hay cosas que deberían ser más sencillas y evidentes y cuando la política se mete de por medio me resulta complejo. Es difícil encontrar políticos sensibles al hecho cultural en este país.