Es noticia
Los 'bluffs' musicales del año
  1. Cultura
los 10 cantantes que no dieron la talla en 2014

Los 'bluffs' musicales del año

Discos como los de U2, Leonard Cohen, Neil Young o Lana del Rey han hecho que los últimos doce meses hayan sido más mustios que nunca en lo musical

Los últimos doce meses no hantraído una cosecha memorable en la industria musical. La página web Jenesaispop, normalmente cargada de entusiasmo pop, ha llegado a describir la situación como El peor año de nuestra vida. Por los motivos que fueran, no han llegado esos álbumes capaces de poner de acuerdo a público, crítica y gremio artístico. ¿La tesis más sensata? El ensayista Simon Reynolds ha hablado extensamente de la "retromanía", la adicción de la cultura pop a su propio pasado, que convierte el carrusel de las novedades en un continuo y apresurado reciclaje de los artistas clásicos. Mientras crece la creatividad en el underground y la periferias, la industria blanca anglófila suena más mustia que nunca. Aquí reunimos los casos más extremos:

Songs Of Innocence(U2)

La carrera de los superventas irlandeses es bastante irregular, pero su nuevo álbum tiene todas las papeletas para ser recordado como su peor trabajo. Suena flojo y sin dirección, como una simple excusa para montar otra exitosa gira mundial. El responsable de márketing del grupo hizo muy bien en aliarse con Apple para colarlo gratis y sin permiso en los ordenadores de medio planeta, ya que era dudoso que muchos oyentes estuvieran dispuestos a pagar por estas canciones. El batería de Foo Fighters las describió como "un pedo", mientras que el artista hip-hop Tyler, The Creator dijo que que encontrarlas metidas en su ordenador fue como "amanecer con herpes". Solo les ha defendido la revista Rolling Stone, que considera Songs of Innocencecomo el mejor disco de 2014. Con este gesto servil, la revista se ha ganado otros diez años de acceso a camerinos y entrevistas exclusivas.

Popular Problems(Leonard Cohen)

Hay artistas con tanto prestigio acumulado que el simple hecho de publicar un álbum se traduce en lluvia de elogios por parte de la crítica. Es el caso del canadiense Leonard Cohen, que no ha escrito algo medianamente valioso desde Ten New Songs(2001), pero sigue recibiendo reseñas de cuatro estrellas y doble páginas en los periódicos de todo el planeta. Como era de esperar, aquí también entrega un par de canciones disfrutables: Did I Ever Love You?y You Got Me Singing. El resto: un batiburrillo de aforismos nihilistas, metáforas bíblicas y susurros solemnes que no aportan nada a su legado.

Ghost Stories(Coldplay)

Chris Martin anda tan pendiente de contarnos los detalles de su divorcio que parece que se haya olvidado de componer melodías disfrutables. Quizá el problema sea que el resto del grupo no sentía una emoción especial por un asunto tan íntimo y personal. Los británicos son un grupo injustamente denostado, a los que no se reconoce su talento para los estribillos radiantes y acogedores. Dicho esto, sus críticos tienen ahora un álbum que justifica cualquier reproche. Parece escrito con prisa, sin ganas, con el piloto automático. Hace pocos días, se publicó la noticia de que David Bowie había rechazado una colaboración con Chris Martin porque la canción que le ofrecía no tenía calidad suficiente. Lo reconoció el propio Martin en la BBC. A ver si el "toque" les hace espabilar.

Listen(David Guetta)

Hace tiempo que circula una coletilla que dice "más previsible que un capítulo del Equipo A". Para los menores de treinta años, poco familiarizados con la serie, podría sustituirse por "más estándar que un tema de David Guetta". El francés se ha convertido en rey de los platos quitándole toda la gracia, pegada y sabor a la música house. Es la punta de lanza del EDM, siglas de Electronic Dance Music, el genero de discoteca que arrasa desde Ibiza a Las Vegas, pasando por Tel Aviv. Resulta triste que la generación que más dinero está haciendo con la electrónica (Tiësto, Avicci, Skrillex….) sea la más mediocre en términos artísticos.

Ultraviolence(Lana del Rey)

Escuchando las nuevas canciones de Lana del Rey parece que haya ingerido más valium del que su organismo pueda procesar. Le falta chispa y le sobran metáforas previsibles sobre poder, sexo y fama. Sigue siendo perfecta para ocupar la portada de revistas de tendencias, pero no tanto para ambientar una fiesta o hacer más interesante un viaje en coche. De acuerdo: el disco contiene algún corte que no está mal, pero su voltaje sigue muy por debajo de Chris Isaak y Amy Winehouse, sus dos referentes mas obvios. Ni siquiera alcanza el nivel de los singles de Born To Die, su primer álbum.

A letter home(Neil Young)

La ida de olla del año. El veterano y prestigioso Neil Young, uno de los mejores artistas de rock de todos los tiempos, decide grabar un disco de versiones con sonido "mono". Para ello utiliza solamente guitarra y armónica, con las que se encierra en una vetusta cabina de grabación de vinilo Voice-o-Graph de 1940, propiedad del músico Jack White (ex White Stripes). El resultado es un trabajo sencillo pero majestuoso, totalmente malogrado por la borrosa calidad sonora. Escucharlo se parece a que te sirvan una paella perfecta donde no dejan de caer mosquitos. Versiones de esta altura (Willie Nelson, Tim Hardin, Bruce Springsteen...) merecían un estudio moderno en condiciones.

Morning Phase(Beck)

Cuesta encontrar un prestigio más hinchado. Arrasó con un éxito tontorrón en los noventa: aquel famoso Loserque no logró traspasar barreras generacionales (un aplauso para el buen criterio de los más jóvenes). Desde hace años, vive de escribir viñetas introspectivas y preciosistas, amuermadas por una voz mediocre y monocorde. Pop-rock clasicote con toque bohemio y muy poco que contar. Pregunta tirando a cruel: ¿ha hecho Beck alguna vez un disco realmente bueno? Si este artista no existiera, no haría falta inventarlo, por muy útil que resulte ambientar tiendas de ropa vintagepara modernos.

Lost in The Dream(The War On Drugs)

Hace más de una década que el neocountry se ha convertido en un sombra de sí mismo, vomitando tópicos poéticos presuntamente auténticos, profundos y desgarrados. Este álbum ocupará los primeros puestos de muchas listas de "lo mejor del año", pero simboliza la decadencia de la escena, cada vez más inocua y complaciente. Sufferingparece una parodia de la cursilería masculina típica de los universitarios con tendencia a dejarse barba y vestirse de granjeros. Con un pie en la tradición y otro las texturas "sedosas" tipo Roxy Music, han conseguido cocinar el disco más tristón y aburrido del año.

LPIV(Los Punsetes)

Hay grupos cuyo único objetivo es exhibir su ingenio, nihilismo y humor cool. Los Punsetes caen de lleno en esa categoría.Con un pie en La Movida y otro en el indie noventero, se han convertido en uno de los grupos de referencia de los modernos españoles.Eso no quita que tengan alguna canción brillante, como Arsenal de excusas, donde dejan de lado la cansina querencia a la ironía para retratar con gracia un problema emocional frecuente. En el resto del álbum, destaca su falta de recursos musicales (Wedding Present, Los Planetas y un corto etcétera) y también la compulsión por demostrar lo inteligentes y cáusticos que son. Su pose agota al más paciente.

Our Love(Caribou)

La crítica chic parece de acuerdo en que estamos ante uno de los mejores álbumes del año. La realidad es que vivimos la segunda edad de oro de la música para ascensores, lobbys de hotel e hilos musicales de grandes superficies. Hablamos de una electrónica relajada, inofensiva y mortecina, que cumple la misma función decorativa que el papel de la pared.Our Lovees un disco de electrónica insípida, tan elegante y vacío como los de Air, James Blake, The XX y otros niños mimados de la prensa hipster.Dentro de estas mismas coordenadas, hay artistas con pegada y cultura musical suficiente como para hacer discos sustanciosos, por ejemplo Kieran Hebden en sus trabajos bajo el nombre Four Tet.

Los últimos doce meses no hantraído una cosecha memorable en la industria musical. La página web Jenesaispop, normalmente cargada de entusiasmo pop, ha llegado a describir la situación como El peor año de nuestra vida. Por los motivos que fueran, no han llegado esos álbumes capaces de poner de acuerdo a público, crítica y gremio artístico. ¿La tesis más sensata? El ensayista Simon Reynolds ha hablado extensamente de la "retromanía", la adicción de la cultura pop a su propio pasado, que convierte el carrusel de las novedades en un continuo y apresurado reciclaje de los artistas clásicos. Mientras crece la creatividad en el underground y la periferias, la industria blanca anglófila suena más mustia que nunca. Aquí reunimos los casos más extremos:

Música
El redactor recomienda