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Algunas cosas que te gustará saber sobre ‘Ofelia’, uno de los grandes iconos del arte
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La obra regresa a la TAte de londres tras dos años de gira

Algunas cosas que te gustará saber sobre ‘Ofelia’, uno de los grandes iconos del arte

La novia de Hamlet flota tiesa con la boca abierta, en un arroyo que arrastra flores y cubren su vestido de encajes con bordados de plata...

Foto: Dos operarios de la TATE Britain de Londres colocan a 'Ofelia' el pasado jueves. (REUTERS)
Dos operarios de la TATE Britain de Londres colocan a 'Ofelia' el pasado jueves. (REUTERS)

La novia frustrada de Hamlet flota tiesa con la boca abierta, en un arroyo que arrastra flores y que cubren su vestido de encajes con bordados de plata. Acaba de suicidarse tras enterarse de la noticia de la muerte de su padre Polonio a manos de su amante Hamlet. Ya conocen a Shakespeare. La imagen de John Everett Millais es la favorita de la nación británica, de Salvador Dalí y de los visitantes de la TATE desde hace más de un siglo –es la postal más vendida en la tienda del museo londinense-, y ha vuelto a casa después de una larga gira de dos años por Washington, Moscú, Tokio y Turín, con más de un millón de visitas acumuladas en el extranjero y un buen botín recaudado para las arcas de la institución pública.

Locos por Shakespeare

Buscaban escenas ricas en intensidad emocional y moral y encontraron en obras como La tempestad, Sueño de una noche de verano o Hamlet la fuente de inspiración perfecta. Los Prerrafaelitas querían recoger las sacudidas de la naturaleza humana, desde la angustia, la lealtad, el amor a la pérdida, para realizar el retrato psicológico más exacto y dramático. Durante las décadas de los treinta, cuarenta y cincuenta del siglo XIX, la influencia en la pintura creció tanto que se presentaban un promedio anual de unas veinte pinturas relacionadas con la literatura del bardo.

Naturaleza alta definición

El empeño de Millais por la exacta definición de la realidad le hace llenar cada pulgada del lienzo con detalles agudos. Su obsesión le llevó a habitar las orillas del río Hogsmill, en Surrey, entre junio y octubre de 1851, junto a William Holman Hunt. Pintaban once horas al día, de lunes a sábado. Millais observaba y se detenía, extremó la fidelidad en la recreación de la naturaleza. No sólo él, el grupo fue acusado de emplear la fotografía para pintar con esa exactitud. Ofelia está rodeada por pequeñas flores blancas, violetas encadenadas a su cuello, amapolas, rosas, no me olvides, la ortiga y el sauce, simbolizando el amor en vano, la fidelidad, la castidad o la muerte. La abundancia de flores y plantas enmarcan su figura hasta contenerla en un ataúd flotante.

La modelo en su tumba

Elizabeth Siddal tenía 19 años cuando Millais le pidió posar durante cuatro meses en su estudio de Gower Street, metida en una bañera hasta arriba de agua, gracias a unas lámparas que la mantenían caliente. El artista y la modelo trabajaban en diciembre, con los fondos ya realizados al aire libre. La anécdota cuenta que un día se estropearon y la modelo agarró un buen resfriado. El padre de la joven amenazó al pintor con demandarle y él pagó las facturas del médico. El hecho de empezar primero por el fondo y seguir con la figura ya marca una manera de actuar diferente a sus predecesores.

La trampa realista

Y a pesar de todo, la escena que ha montado Millais no es realista. Entre otras cosas, porque las flores empleadas por el pintor –en su exasperante necesidad de detalle- no florecen al mismo tiempo. Trampa en su compromiso prerrafaelita y motivo de degüello para sus críticos, que ven en este aspecto un timo. El deber con la verdad comete lesiones con el pasado: el propósito es lo que cuenta, crear un mensaje moral. De hecho, sólo el vestido tiene un vínculo con la Dinamarca medieval de la obra de Shakespeare. No quiere figuras legendarias, quiere una mujer contemporánea.

El decoro femenino

Buscan en los modelos de Shakespeare una guía para el decoro y la moral femenina… ¡victoriana! De ahí que el pintor recree una escena en la que la protagonista es una mujer contemporánea. Ruskin escribió que la literatura de Shakespeare carecía de héroes, no de heroínas. Quizás Ofelia sea la mujer más débil de todas las creadas por el escritor, según Ruskin, que la señala como incapaz para mantener a su pareja. Ese es el ideal victoriano, la mujer inmovilizada por su castidad, ahogada por el control patriarcal. Es Hamlet la que la ha enviado al borde de la locura, la que ha impulsado a quitarse la vida a la joven y, advierte, quecualquier mujer podría darse muerte después de violar las normas de la sociedad.

Medieval a precio de oro

Los Prerrafaelitas miraron atrás para suministrar conductas morales bajo técnicas pictóricas modernas. Rompedores en su creatividad, conservadores en su imaginario social. El medievalismo prerrafaelita funcionó en el mercado. Ofelia se expuso en la Royal Academy al año de pintarla y el icono del movimiento fue comprado por el marchante Henry Farrer por 300 guineas. A los once años se lo revendió a un coleccionista prerrafaelita, B.G. Windus, por 748 guineas. Hoy, su obra se cotiza por millones y se calcula que de salir a la venta, la novia frustrada de Hamlet rondaría, al menos, los 30 millones de libras.

La novia frustrada de Hamlet flota tiesa con la boca abierta, en un arroyo que arrastra flores y que cubren su vestido de encajes con bordados de plata. Acaba de suicidarse tras enterarse de la noticia de la muerte de su padre Polonio a manos de su amante Hamlet. Ya conocen a Shakespeare. La imagen de John Everett Millais es la favorita de la nación británica, de Salvador Dalí y de los visitantes de la TATE desde hace más de un siglo –es la postal más vendida en la tienda del museo londinense-, y ha vuelto a casa después de una larga gira de dos años por Washington, Moscú, Tokio y Turín, con más de un millón de visitas acumuladas en el extranjero y un buen botín recaudado para las arcas de la institución pública.

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