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Ang Lee se lleva el ruido y Affleck las nueces
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'LA VIDA DE PI' Y 'ARGO' TRIUNFAN Y 'LINCOLN' SE ESTRELLA

Ang Lee se lleva el ruido y Affleck las nueces

Se cumplieron los pronósticos. Michelle Obama, subrayando la conexión Casa Blanca de un año cinematográfico Made in Obama, dio la mejor película a Argo. “Quiero reconocer la labor

Foto: Ang Lee se lleva el ruido y Affleck las nueces
Ang Lee se lleva el ruido y Affleck las nueces

Se cumplieron los pronósticos. Michelle Obama, subrayando la conexión Casa Blanca de un año cinematográfico Made in Obama, dio la mejor película a Argo. “Quiero reconocer la labor de Steven Spielberg, que es un genio”, advirtió un aceleradísimo Ben Affleck. Logró su primer Oscar hace quince años como guionista de El indomable Will Hunting. No faltó los agradecimientos sarcásticos a Irán y Canadá, que tantas críticas han lanzado contra la película. La tradición manda y el mejor montaje, es la mejor película. Si Argo funciona es porque funciona su montaje. Y si el montaje funciona es por el guión, basado en los hechos reales contados por Tony Mendez en clave thriller. Por eso la película de Affleck también se llevó el mejor guión adaptado. En total, tres. Los premios gordos. 

La vida de Pi acumuló premios técnicos en la primera parte de la jornada, con los mejores efectos especiales y mejor fotografía. Mientras las salas sumaban 600 millones de dólares en recaudación por todo el mundo, la película sumó la tercera estatuilla con la mejor banda sonora, frente a otros candidatos con más garantías. Cuando parecía que su racha se quedaría ahí, en tres Oscar, Ang Lee recogió la recompensa al mejor director y dio “gracias al dios de las películas”. Una película espiritual y fría.  

La noche empezó con el Seth McFarlane en versión más vulgar. Son los Oscar y no hay reivindicaciones, sino canciones en las que se asegura que “te hemos visto las tetas”. Soez y hermético en sus gags, McFarlane no fue tan lacerante como se esperaba y ni siquiera se atrevió a improvisar, a pesar de que lo intentó hasta con el acento de Bardem, Penélope Cruz y Salma Hayek.

El primer punto lo marcaba para Tarantino y su visión sobre la esclavitud. Christoph Waltz subió a por el mejor actor de reparto, por interpretar al caza recompensas renano del Western Django, desencadenado. El premio es un reconocimiento velado que descansa sobre el guion del director y primera grata sorpresa de la noche, porque todo apuntaba a Robert de Niro. Para confirmar el aviso Tarantino levantó, por segunda vez en su carrera, un Oscar. En este caso al mejor guion y no se lo dedicó a Spike Lee. “Si mis historias se siguen conociendo dentro de 30 años será por mis personajes”, dijo Tarantino.

Sin sorpresas

La noche más oscura es tan perdedora como Lincoln. Algo se barruntaba. Y demuestra que lo político se produce pero (casi) no se premia. Sólo Argo rompe esta maldición en la que se empeña el perfil medio de académico sesentón. 

A partir de ahí, pocas sorpresas más. El mejor actor protagonista Daniel Day Lewis es el primer actor de la historia que gana tres Oscar en esta categoría y, lo que es más difícil todavía, es el primer actor en una peli de Spielberg en ganarlo. El galardón frenó el tortazo mortal de Lincoln, que se estrenó con el mejor diseño de producción y aspiraba a 12 en total. Jennifer Lawrence se hizo con la mejor actriz protagonista, aunque las favoritas absolutas era Jessica Chastain y Naomi Watts.  

El premio más cantado de todos fue el de Anne Hathaway a la mejor actriz de reparto, sobre todo, si tenemos en cuenta la tradición favorable a los musicales confirmada con Zeta-Jones, que lo obtuvo con Chicago, y Jennifer Hudson, por Dreamgirls. La Fantine de Hathaway en Los miserables, con un recorrido vital tan breve como intenso, no habría sido lo mismo sin el apoyo en los vestidos de Paco Delgado, que le acompañaron en su trayecto de trabajadora sumisa a prostituta apaleada, del esplendor del bordado y los colores claros al gris sórdido y mortal. Nada que ver con su vestido y sus descarados pezones en la alfombra roja, obra de Prada: “Negocios por delante y fiesta por detrás”, como definió el atuedo la madre de la actriz. En sus agradecimientos aprovechó para pedir “por un mundo en que las desgracias de Fantine sólo pertenezcan al mundo de los cuentos”.

Precisamente, Paco Delgado despidió su estatuilla con la escarapela francesa prendida en su solapa, en honor a la revolución a la que ha dado vida. Tendrá conformarse con el Goya por el vestuario de Blancanieves, a pesar de su complemento en la formación de los caracteres de los personajes de Los miserables. El mejor vestuario fue el creado por Jacqueline Durran para Anna Karenina. La versión de la obra de Víctor Hugo logró otros dos galardones técnicos, mejor maquillaje y mejor sonido. Tres para Los miserables.

Fue en el mejor montaje de sonido cuando esta edición número 85 de los Oscar se convirtió en algo extraordinario, al ser compartido por La noche más oscura y Skyfall. Tercera vez que ocurría en la historia de los premios.

Aburrida y preparada

La gala de los Oscar fue, en realidad, la de los Tony en el Dolby Theatre, con 13 números musicales y muy poca luz y poco humor. Algo de espectáculo, que gracias a Adele –tras un año retirada de los escenarios- ascendió a la cima del mundo cuando cantó Skyfall, tema principal de la película de James Bond. Más tarde regresaría al estrado a recoger otro de los laureles cantados de la noche, el de la mejor canción.  

Uno de los detalles de la noche: la bandera francesa formada por los colores de los vestidos de las actrices de Los miserables mientras interpretaban One Day More, con Hathaway, Helena Bonham Carter, Samantha Barks, Hugh Jackman, Russell CroweBarbra Streisand regresaba a los Oscar casi cuarenta años después, repitiendo el tema que cantó en la edición de 1975, The Way We Were. Un melocotonazo en Youtube.

Haneke con cinco nominaciones, por Amor, confirmó durante la noche con la estatuilla de la mejor película de habla no inglesa que los académicos no le iban a dar ni una oportunidad más. La cinta del director austriaco, tan divertido como su cine, traía una carrera intachable, con cinco premios en los recientes Cesar o en mayo la Palma de Oro del Festival de Cannes. Nada fue suficiente para Haollywood. 

Searching for Sugar Man, mejor documental y premio a una de las historias más increíbles de la historia del rock, la del cantante mexicano Sixto Rodríguez que triunfó en la aislada Sudáfrica de los años de plomo del apartheid.

Se cumplieron los pronósticos. Michelle Obama, subrayando la conexión Casa Blanca de un año cinematográfico Made in Obama, dio la mejor película a Argo. “Quiero reconocer la labor de Steven Spielberg, que es un genio”, advirtió un aceleradísimo Ben Affleck. Logró su primer Oscar hace quince años como guionista de El indomable Will Hunting. No faltó los agradecimientos sarcásticos a Irán y Canadá, que tantas críticas han lanzado contra la película. La tradición manda y el mejor montaje, es la mejor película. Si Argo funciona es porque funciona su montaje. Y si el montaje funciona es por el guión, basado en los hechos reales contados por Tony Mendez en clave thriller. Por eso la película de Affleck también se llevó el mejor guión adaptado. En total, tres. Los premios gordos.