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“La agresividad de las declaraciones del ministro es proporcional al miedo que siente”
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EL ACTOR ALBERTO SAN JUAN ARREMETE CONTRA LAS DECLARACIONES DE MONTORO

“La agresividad de las declaraciones del ministro es proporcional al miedo que siente”

Ha sido un ensayo interruptus. Alberto San Juan no ha podido rociarse con gasolina y prenderse fuego en el escenario porque es la hora. Acaba de

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“La agresividad de las declaraciones del ministro es proporcional al miedo que siente”

Ha sido un ensayo interruptus. Alberto San Juan no ha podido rociarse con gasolina y prenderse fuego en el escenario porque es la hora. Acaba de entrar el siguiente grupo que ensaya en la sala grande de estos antiguos sótanos reciclados en contenedor cultural, donde antes se ofrecían conferencias de egiptología. La ropa del actor todavía está mojada del primer pase que ha hecho. Entonces sí tuvo tiempo de empaparse de agua, que simula el combustible.

Durante la prueba, el ministro de Hacienda ha tenido a bien acusar a los actores famosos de no pagar impuestos en España. San Juan encaja en esa descripción de 'famoso'. Si así fuera, inauguraría con ese chándal gris de tergal que se acaba de quitar en un descansillo y las zapatillas de montaña que se ata una nueva tendencia de evasor de impuestos.

“La agresividad del Gobierno, ya sea mediante los antidisturbios en la calle o con las declaraciones de sus ministros, es proporcional al miedo que sienten. Si tuvieran la situación bajo control no les haría falta hacer gestos de fuerza, pero estas declaraciones demuestran que no controlan la situación”, reacciona el actor al ver en el teléfono del periodista la alarma que arde con la acusación de Cristóbal Montoro contra los famosos, en el Pleno del Senado. “El día que paguen la recaudación corregirá el déficit público”.

Estas declaraciones demuestran que no controlan la situación

Hace un instante, como se ha dicho, estaba subido al escenario repasando su monólogo delante del director y quemándose a lo bonzo. Su personaje se inmola por las mismas razones que llevaron a la mujer de 47 años a quemarse delante de una sucursal bancaria de Castelló este lunes. Ella gritó: “¡Me lo habéis quitado todo!”, y el personaje al que da vida San Juan también. Ha perdido toda esperanza con el cierre del centro que atiende y cuida sus trastornos, por falta de presupuesto. Su dramático monólogo está incluido en Recortes, una obra de 'teatro urgente' que retrata la débil situación de la sanidad tras las rebajas en las aportaciones públicas. La otra pieza la interpreta Nuria Gallardo.  

Un Gobierno bélico

El actor nominado al Goya como mejor actor de reparto por El otro lado de la cama (2002) se revuelve ácido contra la gestión del Gobierno: “La política del Gobierno es una política bélica, de guerra a través de los recortes, la represión en la calle y la censura. Toda su política tiene un carácter bélico. No me extrañaría que, dentro de esa dinámica de guerra que plantean, cualquier voz que se levante cuestionándoles intenten borrarla”. Esa es la conclusión: tú me criticas en tu gala, yo te acuso en una cámara de representación popular de evadir impuestos.

Quien ha seguido los movimientos del actor desde el patio de butacas, marcándole un par de aspectos del carácter del personaje frágil al que interpreta San Juan es Mariano Barroso, director de la obra, que ultima detalles para su estreno el próximo 7 de marzo en el teatro Cuarta Pared de Madrid. Comentan que la Unión de Actores debería reaccionar. A las catacumbas del barrio de Chamberí sólo llega el ruido de amenazas con una cobertura a cuentagotas: “Si algún actor está defraudando a Hacienda, no se tendría que ir a ningún sitio, aquí hay garantía fiscal para los defraudadores”, ha declarado el secretario general de la Unión de Actores, Iñaki Guevara a Europa Press.

La política del Gobierno es una política bélica, de guerra a través de los recortes, la represión en la calle y la censura

Guevara señala las declaraciones de Montoro como una venganza a los Goya. Las críticas de la gala se centraron en el 21 % de IVA que su ministerio impuso y que, según pudimos escuchar al presidente de la Academia del Cine, arrastra a la quiebra del sector si no se rectifica. En la pelea de los políticos contra los cómicos, estos últimos tienen munición pesada: “Lo que es ilegal es llevarse el dinero de este país a un paraíso fiscal como Suiza”, subraya Guevara. “Si Javier Bardem o Antonio Banderas tributan en EEUU es porque trabajan allí y si sabe de alguien que defrauda que lo denuncie y lo persiga”, le ha instado. Además, ha recordado al ministro que el sector al que defiende “tiene un 90 % de paro”.

El director de Éxtasis (1995), por la que recibió el premio a la mejor película del año de la Asociación de Críticos del Espectáculo de Nueva York, ha vuelto al teatro porque quiere responder de manera inmediata al drama de esta actualidad crítica. En un pequeño descanso aprovecha para apuntar que el teatro es mucho más ágil que el cine. ¿Uno va al teatro a divertirse o a orientarse? “A escuchar la verdad. Lo que pasa es que la verdad cuesta escucharla. Si se rechaza la guerra o se denuncian los desahucios hay una parte de la sociedad que no quiere escuchar. No todo el mundo lo agradece, pero no por eso vas a renunciar a decir la verdad”. Así que la alternativa no es callarse, porque si la amenaza son las represalias contra el cine… “¿Pero qué más puede pasar?”.  

Los Goya de la autocensura

“El papel del teatro y de la cultura, así como de la salud y de la educación, es aprender a vivir mejor y a disfrutar en ese aprendizaje”, explica sin reparos. Por la mañana, en una de las estancias del Palacio de El Pardo, durante la ceremonia de la entrega de los Premios Nacionales, el escritor Marcos Giralt Torrente confesaba todo lo contrario: “En tiempos difíciles como los actuales, me da cierta vergüenza reivindicar la importancia de la cultura”.

Claro que vio la gala de los Goya del pasado domingo. “Fue un ejercicio de autocensura, la gente no se sintió libre para hablar. Tenían miedo a las consecuencias negativas sobre su trabajo. La presidencia de la Academia entró en histeria pidiendo a todo el mundo que no dijera nada. Luego, hicieron un par de bromas y ni eso les ha gustado. Si hay represalias por esta gala es para descojonarse”.

Con Animalario no fuimos capaces de elaborar un texto que nos convenciera lo suficiente

La ley del cine no puede ser la excusa del silencio, pide firmeza en la negociación y una buena ley. “No tenemos que pedirle al Gobierno que por favor haga cosas buenas para el país, debemos exigírselo. Y si no lo hacen, echarlos”, y aclara que su conclusión no es partidista; cree que se debe exigir ese mínimo al que sea. “PSOE y PP defienden la misma política con matices, pero en esencia son la misma cosa”.  

La vuelta de Animalario

Juan Cavestany ha sido el encargado de adaptar estos dos textos que salieron del Theatre Uncut, una iniciativa popular del Reino Unido creada para “fomentar el debate y la acción en torno a las decisiones políticas que afectan a las vidas de todos”. “Cualquier persona puede participar, en cualquier lugar”, se puede leer en su página web.

Cavestany es el autor en la sombra, el encargado de los mejores caldos de Animalario, junto con Juan Mayorga, como Alejandro y Ana. Lo que España no pudo ver del banquete de la boda de la hija del presidente (2003). Esta obra y la famosa gala de los Goya de 2003, cuando San Juan y Willy Toledo levantaron el grito de “No a la guerra”, hicieron de la compañía el máximo referente de teatro político de urgencia. Con el tiempo ha desaparecido una cosa y la otra.

San Juan no parece muy convencido con los resultados de Animalario cuando echa la vista atrás. “Le dimos vueltas y vueltas y vueltas para hacer una obra sobre el terrorismo de Estado, sobre el capitalismo, la clase obrera y no fuimos capaces de elaborar un texto que nos convenciera lo suficiente”, se muestra muy exigente con su trabajo. Su concepción del teatro es aquella que desvela la tensión entre el poder y “la mayoría sometida a ese poder”, por eso quería poner en pie una obra como Recortes, para participar en la reflexión y el debate de lo que está pasando.

A pesar de que el contexto es el ideal para las intenciones que exhibió la compañía en sus orígenes, no parece que sea el mejor para el estado actual de la misma: “Justo es el momento en que… la suma de ahogo económico y la dispersión personal… Hay propuestas para volver a juntarnos, pero no creo que estrenemos nada antes de dos años”. Quizá sea demasiado tarde.  

Ha sido un ensayo interruptus. Alberto San Juan no ha podido rociarse con gasolina y prenderse fuego en el escenario porque es la hora. Acaba de entrar el siguiente grupo que ensaya en la sala grande de estos antiguos sótanos reciclados en contenedor cultural, donde antes se ofrecían conferencias de egiptología. La ropa del actor todavía está mojada del primer pase que ha hecho. Entonces sí tuvo tiempo de empaparse de agua, que simula el combustible.