Bill Viola, vuelve el artista que "vale por diez 'scorseses'"

No se puede hablar de videoarte sin mencionarle. Bill Viola (Nueva York, 1951) es un creador imprescindible del siglo XX del que Peter Greenaway, un director fascinado con el arte plástico, llegó a decir que “vale por diez scorseses”.

 

En España le conocemos de primera mano gracias a ferias como ARCO, a exposiciones conjuntas de piezas audiovisuales -en el Museo Reina Sofía cerró una muy didáctica con la impactante La habitación de San Juan de la Cruz-, y a muestras como la de Las horas invisibles, en el Museo de Bellas Artes de Granada, o la de hace cinco años de la mano de la Fundación de La Caixa: la épica y grandiosa The Passions.

 

Ahora hay una nueva oportunidad de contemplar su trabajo gracias al Museo Picasso de Málaga. Desde del 28 de junio se podrán contemplar cinco piezas pertenecientes a su serie Transfiguraciones, que en su tratamiento de asuntos humanos universales establece relaciones con Pablo Picasso. The Arrangement (2007), Encarnación (2008) y Tres mujeres (2008) son los títulos de las obras elegidas, todas ellas de gran carga simbólica y espiritual.

 

Mediante la utilización de pantallas de plasma, de proyecciones, Viola ha ido creando una serie de piezas que en su mayoría desglosan las emociones humanas más básicas, que no han en homenajear a algunos maestros del arte religioso, que buscan el impacto a través de movimientos muy estudiados. Tal ha sido la influencia que incluso le han salido una serie imitadores. Pueden echar un ojo con el montaje que compara su grito en Anthem con el de Ferris Bueller en Todo en un día, de John Hughes. O la parodia de The Passions o alguna interpretación de su estilo.

 

Hipnótico, visceral, profundo, religioso… Bill Viola es un hombre con muchas visiones. La excusa perfecta para pasarse por Málaga.