Cirque du Soleil y Lepage, dos talentos condenados a entenderse

Mientras proyecta nuevos montajes como el dedicado a Michael Jackson, Cirque de Soleil ha vuelto a la carga. La prestigiosa compañía canadiense dedicada al espectáculo de circo enriquecido presentó hace pocas semanas su nuevo show, que se suma a los más de 20 en gira mundial (lo próximo en España será el regreso de Saltimbanco). Se titula Totem y es un viaje por las teorías de Darwin sobre la evolución de la especie humana, desde su naturaleza anfibia hasta abarcar incluso sus ansias de volar.

 

El montaje, que promete mucho impacto gracias a la inclusión de tecnologías cada vez más avanzadas, toma varios mitos establecidos para crear un conjunto de números que combinan actuación, danza y acrobacia. Un espectáculo lleno del colorido habitual; de la capacidad para la sorpresa incrementada por la colaboración de Robert Lepage, un escritor, actor y director cuyos espectáculos se han podido disfrutar en diversos festivales españoles. Se puede recordar Lipsynch, un espectáculo de más de 8 horas que pasó por nuestro país en 2008; Le projet Andersen, visto en 2006; o The Blue Dragon, que pasó, entre otros, por el Festival de Otoño en 2009.

 

Pero la mano del inquieto de Lepage, que se volcó en el mundo de la escena para superar sus problemas por una temprana enfermedad, ha tocado otros géneros, como la dirección de escena de una gira de conciertos: la del sorprendente y aclamado Secret World Tour de Peter Gabriel. También ha sido reclutado para varias óperas, como La condenación de Fausto de Berlioz, en 2008; y ahora estrena en el Met, El anillo de los nibelungos de Wagner.

 

 

En la zona québécois de Canadá

 

Este hombre de teatro parecía condenado a participar en algún proyecto de Cirque du Soleil, ya que ambos son quizá la compañía y el director más exitosos del mundo de la artes escénicas de la zona québécois de Canadá. Tal como comentaba Lepage en 2004: “En Montreal han nacido muchas compañías que se interesan por la vertiente visual y puramente física del arte escénico: La La La Human Steps y Cirque du Soleil. En mi opinión, esto se debe al problema del idioma. Los canadienses francófonos damos a veces tanta importancia a lo visual y al lenguaje corporal en el teatro porque sentimos que es la única manera de comunicarnos con nuestros compatriotas de habla inglesa. Por esta razón, en Montreal está muy presente el teatro físico”.

 

El set de Totem tiene varios ingredientes esenciales. La tortuga es la inspiración para crear una gran estructura escénica: un esqueleto de caparazón que servirá de base para varios números con su utilización en diferentes posiciones. El escenario, en el que predominan las curvas y no las líneas rectas, menos orgánicas y naturales, se establece como una isla en la que  a través de la magia de las imágenes se crea el efecto de agua rodeando algunos de los momentos más espectaculares.

 

Números de barras rusas en grupo, un dúo de trapecio, un trío con anillas, malabares con los pies, patinadores acróbatas, un bailarín con aros o, por supuesto, esos pequeños toques de humor con payasos de los que nunca se olvidan los montajes de la compañía canadiense. Todo ello promete nuevamente otras dos horas de sano e inteligente entretenimiento recubierto, más que nunca por la sabiduría teatral de Lepage. Si Canadá es uno de su próximo destino, seguro que Totem puede ser el complemento perfecto.