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Desencuentros a costa de la colección de la baronesa Thyssen
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Desencuentros a costa de la colección de la baronesa Thyssen

Ha sido una semana de vaivenes informativos en torno a la reunión que mantuvieron el pasado lunes la ministra de Cultura y Carmen Cervera. Un auténtico

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Desencuentros a costa de la colección de la baronesa Thyssen

Ha sido una semana de vaivenes informativos en torno a la reunión que mantuvieron el pasado lunes la ministra de Cultura y Carmen Cervera. Un auténtico carrusel de declaraciones en el que sólo los introducidos en la materia conseguían no marearse y ver la realidad que había a su alrededor.

 

En un primer momento se dijo que González-Sinde y la baronesa Thyssen se reunían para hablar del futuro de su colección privada. ¿Para qué si no?, sobre todo estando tan cerca el fin de la cesión –está planteada hasta el 12 de febrero de 2010- de sus obras más importantes a la colección Thyssen.

 

Pero lo único que se sacó en claro de ese encuentro, que al parecer duró 45 minutos, fue un silencio oficial. Al intentar indagar un poco, desde el Ministerio de Cultura –El Confidencial también lo pudo comprobar- no hubo respuesta. Tampoco desde el Museo, que curiosamente no tenía nada que aportar a un asunto que les compete ciertamente: en este mes estaba planteada la fusión de las obras de la baronesa cedidas de manera limitada con la colección del museo, lo que completa sustancialmente su recorrido por la historia del arte.

 

Un tema que no estaba en agenda

 

La única que dijo esta boca es mía fue Carmen Cervera, que manifestó a El País lo curioso que le había parecido que en la reunión “no se hubiese tratado el asunto del futuro de la colección”. Y es que de hecho parece que la ministra trató asuntos internos de la Fundación, tales como la renovación de algunos miembros del patronato, tema muy alejado del que se esperaba. “Nunca se me ha llamado al Ministerio de Cultura para hablar asuntos internos del museo. No encuentro explicación. Cuando he manifestado mi desconcierto a la ministra, ella ha cerrado el asunto diciendo que no está en su agenda”, expresó al rotativo.

 

En los días siguientes, el Ministerio de Cultura, que seguía un tanto callado, terminó por hablar. El viernes, la ministra visitó la Biblioteca Nacional junto a su homólogo francés, Frédéric Mitterrand, y fue el mejor momento para preguntarle sobre el tema. González-Sinde se mostró optimista respecto a las negociaciones para el alquiler de ese conjunto de cuadros, y dijo que confiaba en “el buen criterio y la generosidad” que Cervera había mostrado hasta ahora. Sin meterse en harina dijo que "quizá ella (la baronesa) tenía unas expectativas que no eran las correctas respecto al contenido" del encuentro. También que “las cosas siguen su curso natural, es una negociación muy compleja porque la colección es importante. Los abogados siguen hablando de manera natural y al ritmo lógico en estos casos”. Nada, por tanto quedaba claro.

 

El viernes también, la baronesa Thyssen volvía a hacer declaraciones aprovechando la visita al museo que llevará su nombre en Málaga, que contará con obras de pintores españoles de la talla de Fortuny, Romero de Torres, Gutiérrez Solana o Zuloaga. De nuevo defendió esa serie de cuadros de su colección que el Estado pretende para el museo de Madrid; esos que insinuó a finales del pasado año que se llevaría fuera si no hubiese acuerdo (ver A vueltas con la colección de la baronesa Thyssen). Dijo que gracias a su colección "se ha salvado a pintores maravillosos, porque los franceses y los americanos han sacado su siglo XIX al mundo, pero en España no se le ha hecho mucho caso". De nuevo, aviso para navegantes.

 

"Una colección interesante"

 

Se habla de que la colección en liza tiene un valor que oscila entre los 600 y 800 millones de euros y según los especialistas que cita The Art Newspaper: “No es lo que se dice una gran colección, pero sí interesante”.

 

¿Y qué es lo que la hace tan deseada? Principalmente de pintura de los siglos XIX y XX. Hay un lote de ocho obras de Paul Gauguin, entre las que se incluye el famoso Mata Múa. También creaciones realistas de finales del XIX, con Courbet, Corot (Paisaje de Limousin), John Constable (La exclusa), Tolouse-Lautrec (Los jockeys) o un paisaje londinense de Claude Monet. Además, pinturas de Renoir, Pissarro, Degas, Morisot, dos paisajes de Paul Signac, cuatro lienzos de Pierre Bonnard y un cuadro juvenil de Van Gogh.

 

Este es sólo un capítulo de desencuentros, pero el culebrón promete seguir dando mucho que hablar. 

Ha sido una semana de vaivenes informativos en torno a la reunión que mantuvieron el pasado lunes la ministra de Cultura y Carmen Cervera. Un auténtico carrusel de declaraciones en el que sólo los introducidos en la materia conseguían no marearse y ver la realidad que había a su alrededor.