Una película española podrá conseguir más de dos millones de euros de subvención desde Cultura

El ministerio de Cultura, que encabeza Ángeles González Sinde, ha hecho públicos los nuevos criterios que rigen para las subvenciones a la producción de películas y cortometrajes, así como las cantidades que recibirán los productores, guionistas, distribuidores y exhibidores.
La orden ministerial CUL/2834 desarrolla la Ley del Cine en materia de reconocimiento del coste de una película a un productor y por consiguiente la inversión que realiza, para así establecer las bases reguladoras de las ayudas estatales, tanto en materia de subvenciones como en ventajes fiscales y ayudas a la inversión. 

Los guionistas han sido los peor parados, ya que sólo 15 guiones serán subvencionados directamente, con una cantidad de 40.000 euros por barba. Los productores son los que han conseguido un buen pellizco. El proyecto de película obtendrá hasta 150.000 euros si no supera el 50% de la inversión privada. Una vez respaldado el proyecto cinematográfico, la productora tiene derecho a recibir hasta un millón de euros. Al igual que en la fase anterior, la cantidad nunca puede superar la mitad de lo invertido por las empresas. La siguiente ayuda es la denominada de “amortización”, que consiste en subvencionar la película de acuerdo a la audiencia que haya disfrutado. 


En este último estrato, la ayuda de carácter general puede sumar los 800.000 euros. Aquí hay bastante generosidad en la nueva norma, ya que la audiencia no será a partir de ahora sólo la que va al cine, sino también la que compra la película que acompaña al periódico de turno, la emitida por internet, el móvil, etc.. En definitiva, se facilita mucho alcanzar los umbrales de la subvención máxima. 

Si el largometraje se quiere presentar a festivales, también conseguirá la ayuda de Cultura, aunque en este caso todavía está por ver, dependiendo de los presupuestos. Hay otros 75.000 euros para tareas de conservación.La ayuda a la distribición puede alcanzar los 150.000 euros. La justificación de estas ayudas queda expresada en el preámbulo: Si el largometraje se quiere presentar a festivales, también conseguirá la ayuda de Cultura, aunque en este caso todavía está por ver, dependiendo de los presupuestos. Hay otros 75.000 euros para tareas de conservación.La ayuda a la distribución puede alcanzar los 150.000 euros. 
 


Aunque en la consecución de puntos de cara a una mayor o menor subvención, el ministerio sí ha primado el hecho de que haya más o menos mujeres en el proyecto, pero en una cuantía muy inferior a lo que se pensaba, y muy difícilmente será fundamental el hecho de feminizar los proyectos para conseguir el dinero público. Sí se prima mejor las películas de animación, con medio millón de euros para las películas de más de 2,5 millones, y con 300.000 para el resto.

La televisión también consigue un 30% de ayudas en sus series hasta el millón de euros invertido, con un tope 300.000 euros.  
Los cortometrajes, con límites en las ayudas similares a las de las películas, se llevarán en torno al 20% de las totales, en lo que respecta a los proyectos. La orden endulza también los intentos de desarrollar el audiovisual más innovador, tanto en formato, 3D y alta definición, como en contenido.
 
El Director General del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, Ignasi Guardans, será el responsable político de las subvenciones. Comités de expertos elegidos a propuesta de las asociaciones de profesionales y otras instituciones serán los encargados de puntuar todos los planes que propongan los beneficiarios. 

La justificación de estas ayudas queda expresada en el preámbulo: “La actividad cinematográfica y audiovisual conforma un sector estratégico de nuestra cultura y de nuestra economía. Como manifestación artística y expresión creativa, es un elemento básico de la entidad cultural de un país. Su contribución al avance tecnológico, al desarrollo económico y a la creación de empleo, junto a su aportación al mantenimiento de la diversidad cultural, son elementos suficientes para que el Estado establezca las medidas necesarias para su fomento y promoción, y determine los sistemas más convenientes para la conservación del patrimonio cinematográfico y su difusión dentro y fuera de nuestras fronteras. Todo ello considerando que la cultura audiovisual, de la que sin duda el cine constituye una parte fundamental, se halla presente en todos los ámbitos de la sociedad actual». En definitiva, todo por la Cultura.