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Pájaro a pájaro, verso a verso
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Pájaro a pájaro, verso a verso

Pájaro a pájaro está a caballo entre la novela, la pedagogía y los libros de autoayuda, y va dirigido a los escritores neófitos que se enfrentan

Pájaro a pájaro está a caballo entre la novela, la pedagogía y los libros de autoayuda, y va dirigido a los escritores neófitos que se enfrentan a la apasionante aventura de la página en blanco y a todos aquellos escritores de éxito que, consumidos por el hubris, se han olvidado de su frescura inicial y sólo saben expresarse con párrafos largos, alambicados y repletos de subordinadas. Como le decían a Roy Hobbs (Robert Redford) en la película El Mejor, hay personas que nacen con un don, pero eso no es suficiente para triunfar (escribir y publicar en nuestro caso). También se requiere de trabajo, esfuerzo y, sobre todo, mucho oficio.

 

La autora de este libro-guía es Anne Lamott, profesora en la UC Davis y escritora desconocida en España pero con algunos éxitos en Estados Unidos (Mi hijo: instrucciones de uso es una de las pocas obras traducidas al castellano). Lamott, madre soltera con un hijo al que adora, Sam, ex alcohólica, hipocondríaca, procedente de una familia de hippies intelectuales, obsesionada con la figura de su padre y marcada por la muerte de éste, feligresa de la Iglesia Presbiteriana, escritora desde los tiempos de la Universidad, tiene una historia que contar, la suya propia, y se aprovecha de ella para decirnos: esta es mi vida y así es cómo la cuento, una historia que recuerda mucho a una recienhte joya del comic, Fun Home, una familia tragicómica, de Alison Bechdel.    

Lamott nos habla de forma directa, sencilla y con mucha ironía, siempre acompañando sus reflexiones con una anécdota, a veces alegre, a veces triste, sabiéndose enfrentar a las desgracias y restándoles importancia, que la vida es menos seria de lo que queremos creer, y así, siguiendo este hilo argumental, va desgranando sus recomendaciones para el escritor novel, algunas de pensamiento y otras más prácticas. En cuanto a las primeras, destacamos un par de ellas: Una, escribe sólo con la verdad; y dos, escribe como si te estuvieras muriendo, como si no te importara lo que van a decir los demás (ni tus padres, ni tus amigos).

Las recomendaciones prácticas son sabidas pero no menos útiles. Así, oblígate a sentarte todos los días y a escribir algo, aunque sólo sean trescientas palabras, balancéate delante del ordenador hasta que te llegue la inspiración, y si la musa no aparece, no te obsesiones ni te hundas, ya vendrá el próximo día, utiliza técnicas periodísticas a la hora de escribir, oblígate a observar los comportamientos de los demás y a preguntar todo aquello que no sabes.

Un best-seller atípico

Pájaro a pájaro es un buen libro, una obra sin grandes pretensiones que hace que, por eso mismo, sea un buen libro. Nos enseña a escribir y también nos dice que la vida es efímera, así que no nos agobiemos, vamos a pasárnoslo bien y ser buenas personas. Ahí reside la excepcionalidad y el éxito de este libro, del que Lamott ha vendido más de quinientos mil ejemplares.

De su traducción al castellano se ha encargado Ilustrae, una editorial de reciente creación que, según su decálogo de principios, pretende ser algo más que una generadora de publicaciones y servir de germen para una comunidad que difunda, “a través de distintos formatos, otra forma de ver el mundo. Una forma de ver el mundo en positivo, una forma de ver el mundo de manera constructiva y enriquecedora”.

Detrás de esta iniciativa se encuentra un pequeño grupo de personas con inquietudes provenientes de distintos ámbitos de la sociedad y la cultura, entre los que destaca algún nombre conocido como el de David Cantolla (creador de los dibujos de Pocoyó).

Pájaro a pájaro. Ed. Ilustrae. 215 páginas. 19,50 euros.

Pájaro a pájaro está a caballo entre la novela, la pedagogía y los libros de autoayuda, y va dirigido a los escritores neófitos que se enfrentan a la apasionante aventura de la página en blanco y a todos aquellos escritores de éxito que, consumidos por el hubris, se han olvidado de su frescura inicial y sólo saben expresarse con párrafos largos, alambicados y repletos de subordinadas. Como le decían a Roy Hobbs (Robert Redford) en la película El Mejor, hay personas que nacen con un don, pero eso no es suficiente para triunfar (escribir y publicar en nuestro caso). También se requiere de trabajo, esfuerzo y, sobre todo, mucho oficio.