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“El PP no sabe lo que quiere: el centro es una excusa para no equivocarse"
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ENTREVISTA A GUSTABO BUENO, AUTOR DE ‘EL MITO DE LA DERECHA’

“El PP no sabe lo que quiere: el centro es una excusa para no equivocarse"

A ratos contradictorio. Siempre polémico. Respetado filósofo para unos. Sofista sin escrúpulos para otros. Lo único cierto es que Gustavo Bueno no deja indiferente a nadie.

Foto: “El PP no sabe lo que quiere: el centro es una excusa para no equivocarse"
“El PP no sabe lo que quiere: el centro es una excusa para no equivocarse"

A ratos contradictorio. Siempre polémico. Respetado filósofo para unos. Sofista sin escrúpulos para otros. Lo único cierto es que Gustavo Bueno no deja indiferente a nadie. Probablemente ese ha sido siempre su cometido. Hace cinco años desquició a la progresía de este país al cuestionar la mayor parte de sus principios. Destripado ya El mito de la izquierda, el filósofo vuelve dispuesto a hacer lo propio con El mito de la derecha.

EL CONFIDENCIAL: Su nuevo libro lanza en portada una pregunta: ¿Qué significa ser de derechas en la España actual? Se la traslado…

GUSTAVO BUENO: Nada diferencial. Al menos en el terreno político. En otros, muchas cosas. Diferencias siempre extrapolíticas.

EC: Sin embargo algunos sostienen aún que la izquierda representa el progreso y la derecha la reacción, que la izquierda es el socialismo y la derecha el capitalismo…

GB: Son términos puramente propagandísticos. La idea fundamental de mi libro es que la distinción entre derecha e izquierda es en realidad burguesa y superficial. Todo es una mentira, una excusa para enfrentarse al otro. Una de las enfermedades de España es la falta de pensamiento adstrato. Nadie sabe lo que es la derecha o la izquierda, pero todo el mundo apunta con el dedo. Políticamente, nuestro país es de adolescentes.

EC: ¿Y a quién le interesa mantener viva esa dicotomía?

GB: Sobre todo a la izquierda de este país, que se atribuye tantas y tantas cosas. Un hombre de derechas no suele decir que lo es porque eso supondría aceptar las premisas del Antiguo Régimen. Esto sin duda le favorece a la izquierda.

EC: ¿De qué ítems se aprovecha la izquierda para alimentar esta diferenciación que usted entiende mundana?

GB: La izquierda utiliza el aborto, la Iglesia, la Seguridad Social en su propio beneficio cuando, por ejemplo, estar a favor o en contra del aborto es simplemente una cuestión moral, nunca política. En realidad, ambas facciones, izquierda y derecha, desaparecieron con la llegada de la Democracia.

EC: ¿Entonces todos los partidos convergen hoy día en el ‘centro’?

GB: El centro sólo tiene sentido deíctico. Es un concepto vacuo, vacío. Algunos dicen: "Voy por aquí, pero no me pregunto lo que es el centro”, porque en realidad el centro no puede resumir un pensamiento político.

EC: ¿Cuándo Rajoy afirma estar en el ‘centro’ afirma pues estar ideológicamente desubicado?

GB: Rajoy tiene una idea confusa de lo que quiere, no lo sabe muy bien, lo único que tiene claro es que no quiere ser extremista. Pero el que va por el centro lo hace para no equivocarse demasiado. Porque el centro no tiene sentido, ya que la diferencia real entre izquierda y derecha se vino abajo con la Unión Soviética.

EC: ¿Cuál es entonces la diferencia entre PP y PSOE?

GB: Se trata de diferencias accidentales. Sobre todo, la posición ante el Estado. El PP defiende el unitarismo. Zapatero piensa, sin embargo, que la nación es algo desfasado. Por eso se alía con los partidos secesionistas. Aunque un partido político, por definición, no puede ser nunca secesionista.

EC: ¿Está usted diciendo que los partidos nacionalistas son ilegítimos o ilegales?

GB: Son ilegales y deberían ser suprimidos. Cómo coño va a formar parte del Estado un partido que quiere segregarlo. Se trata de partidos extravagantes. Que digan lo que quieran, pero que no utilicen el Parlamento para plantear cosas que van contra el propio Parlamento.

EC: ¿Es usted consciente de que por declaraciones como esta le han tildado a menudo de “facha”?

GB: Constantemente. Pero no me importa, porque quien lo hace es un animal de bellota, una cosa burda, un analfabeto que no sabe nada de la vida.

EC: Usted ha dicho siempre, precisamente, que España es un país de analfabetos…

GB: Sí, de analfabetos funcionales. La gente sabe leer el recibo de la luz, El Marca. Algunos aprenden incluso la palabra adrenalina y luego la utilizan sin saber realmente lo que significa.

EC: Cuanto menos es usted un autor polémico…

GB: Sólo me defiendo de los que me atacan, que normalmente son personas que no entienden nada de lo que digo.

EC: Hablando de ataques. Hace unos años publicó usted El mito de la izquierda y la izquierda de este país se le enfadó mucho. ¿Se le encarará ahora la derecha?

GB: No creo que ni lo lean. Y la izquierda no volverá a decir nada sobre mí, porque si lo hace está comprobado que yo vendo más libros. Habrá consigna. Menudos son. No hay más que verlos.

EC: ¿Podría describirles?

GB: Zapatero es un individuo que no sabe ni quién es Cánovas y que sólo utiliza conceptos como solidaridad o libertad que le permiten no equivocarse nunca. La ministra de Igualdad lo primero que debería hacer es estudiar un poco. Y De la Vega se llena la boca diciendo que si esto o lo otro es “de la derecha de toda la vida”, cuando seguramente no sabe ni qué es la derecha. Esa… que se cambia doce veces de traje al día.

EC: ¿Demuestra el fondo de armario de la vicepresidenta que la izquierda también es capitalista?

GB: Eso y las grandes posesiones que tienen y los grandes sueldos que cobran. Antes los ministros solían robar. Ahora ya no les hace falta.

A ratos contradictorio. Siempre polémico. Respetado filósofo para unos. Sofista sin escrúpulos para otros. Lo único cierto es que Gustavo Bueno no deja indiferente a nadie. Probablemente ese ha sido siempre su cometido. Hace cinco años desquició a la progresía de este país al cuestionar la mayor parte de sus principios. Destripado ya El mito de la izquierda, el filósofo vuelve dispuesto a hacer lo propio con El mito de la derecha.