Jorge Edwards: "muchos jóvenes me miran como el anciano de la tribu"

El escritor chileno Jorge Edwards, que se encuentra en Lima para presentar La casa de Dostoiewski, ganadora del premio Planeta-Casa América 2008, confesó que muchos jóvenes le miran como "el anciano de la tribu", pero él no se siente sabio. "Ojalá fuera verdad", señaló en una entrevista. "Yo soy bien poco sabio y me doy cuenta que, cada minuto del día, no soy sabio, que me falta mucha sabiduría", admitió con humildad y una sonrisa este intelectual nacido en 1931.

El autor de Persona non grata precisó que hay que hacer una distinción entre inteligencia y sabiduría, una condición que, según dijo, con la edad "debería conseguir". Lo que sí le gusta al ex diplomático chileno, matizó, es leer a "escritores sabios" como el ruso Fedor Dostoiewski o el francés Michael de Montaigne o "libros fuera de los senderos trillados".

El casi octogenario literato afirmó que tiene, al igual que sus colegas de su generación que aún viven, un estrecho vínculo con los jóvenes, aunque con ellos algunas veces tiene desacuerdos. Para él, el llamado "parricidio", en alusión al rechazo de los escritores jóvenes frente a los representantes del 'Boom latinoamericano', es natural, pero este rechazo con los padres literarios siempre termina en reconciliación. "Ni yo maté a mi padre, ni los jóvenes van a matarme a mí, aunque a algunos no le faltan ganas, pero no lo van a conseguir. En general uno sobrevive a pesar de todo", sentenció.

Al hablar de La Casa de Dostoiewski, Edwards recalcó que "toda novela parte de la experiencia humana" y "es más o menos instintiva, tiene que ver con la memoria y la imaginación", porque de lo contrario, sería un ensayo o un texto histórico.

Un protagonista que "desarrolla el arte de escapar"

En este sentido, el autor de Los convidados de piedra y El inútil de la familia recordó que el personaje de su reciente novela parte de un episodio que le contó el poeta Enrique Lihn (1929-1988) sobre su salida intempestiva de una habitación llena de cachivaches. "Los poetas reaccionan así, una persona práctica recogería lo más útil", señaló en alusión al comportamiento del protagonista de su libro que, agregó, "huye de las cosas en que se ve metido" y "desarrolla el arte de escapar". Un personaje novelesco que "no puede ser perfecto" y que tiene muchas "luces y sombras y lados muy oscuros", matizó.

Pero esta imperfección, que podría convertirlo en un personaje cómico no le importa, por el contrario: "creo que en esta novela hay varios personajes cómicos y la gente se ríe de ellos", subrayó. "En general en varias de mis obras, sobretodo en los últimos años, la gente se ríe", dijo Edwards, quien subrayó que la comicidad es muy importante para él. "El humor es una cosa seria, una paradoja", aseveró.

Con un gran conocimiento sobre Cuba, país al que fue destinado como embajador a principios de la década de los 70 y al que se refiere en su última novela, opinó que le parecen "muy importante" los cambios implementados por Raúl Castro y confió en que ello "termine en una democratización" de la isla.

"Buen momento" entre Chile y Perú

Añadió que las relaciones entre Chile y Perú están "en un buen momento", a pesar de la demanda en la Corte Internacional de La Haya para delimitar la frontera marítima entre ambas naciones, porque se han producido "hechos simbólicos como la devolución de libros" que se llevaron los soldados chilenos durante la llamada Guerra del Pacífico (1879-1884) de la Biblioteca Nacional en Lima.

También por el "gesto" de hacer de Chile el invitado de honor de la Feria Internacional del Libro (FIL)-Lima 2008, que se desarrolla entre el 24 de julio al 3 de agosto y donde precisamente Edwards presentará "La casa de Dostoiewski".

Sobre el futuro, el escritor chileno dijo que tiene en el tintero una serie de cuentos inspirados en Montaigne, una memoria, un proyecto de novelas y además la eventual participación en un programa de radio semanal para el Grupo Prisa. "Tengo muchos proyectos, más de los que voy a tener tiempo de realizar", concluyó.