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El Circo del Sol pasea su carpa por España
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El Circo del Sol pasea su carpa por España

El poder de convocatoria de la compañía Cirque du Soleil es inagotable. Por más giras que realicen nunca dejan de llenar sus grandes carpas de niños

Foto: El Circo del Sol pasea su carpa por España
El Circo del Sol pasea su carpa por España

El poder de convocatoria de la compañía Cirque du Soleil es inagotable. Por más giras que realicen nunca dejan de llenar sus grandes carpas de niños y adultos atraídos por sus mágicos espectáculos, una irresistible mezcla de circo, danza y música. Quidam, que hace unos años estuvo en España, ha vuelto a la península. Se acaba de marchar de Málaga, cosechando su acostumbrado éxito, y pronto recalará en Alicante y Barcelona.

Para los que estén acostumbrados a los espectáculos de esta compañía fundada en Canadá en los 80 la estructura se mantiene. Un pequeño número cómico al principio da paso a la presentación del espectáculo, en la que se define cual es su hilo conductor, en este caso una niña aburrida que accede a un mundo de magia gracias a un bombín que le da uno de los payasos. Después viene una tarta de sorpresas formada por dos elementos básicos: una capa de humor y otra de destreza.

Entre los números estrella del espectáculo se encuentra uno con diábolos en el que sorprende el brío, la destreza y la perfección de la técnica de las cinco niñas chinas que lo ejecutan. También otro que es un ‘Banquine’, un número de tradición acrobática que tiene sus orígenes en la Edad Media y en el que participan un total de quince acróbatas: hacen pirámides, saltos en el aire en los que son recogidos por las manos de dos de ellos, y la única fémina del grupo demuestra su elasticidad llegando a convertirse casi en una comba. Pero hay un número que pone la piel de gallina: el de la ‘Estatua’. En él un hombre y una mujer apoyados el uno en el otro ejecutan movimientos casi imposibles en los que se requiere un dominio intachable del equilibrio y se forman figuras sorprendentes que muestran toda la fuerza de sus musculaturas.

El Cirque du Soleil sigue manteniendo su calidad insuperable, su derroche de imaginación inigualable y un eclecticismo que les lleva a llenar sus espectáculos de elementos simbólicos. En Quidam –que en latín significa ‘transeúnte anónimo’- se sugiere a través de una música que tiene mucho de las melodías Klezmer –incluso alguno de los bailes incluidos en el espectáculo entronca con la tradición judía- un ambiente muy europeo en el que incluso se simboliza el paso de la guerra con el cambio de vestuario blanco de varios de sus artistas por otro que simula tener suciedad y ser casi de harapos.

Estas dos horas de entretenimiento en el que los aplausos se disparan como un resorte imposible de parar darán paso en noviembre a la venida a nuestro país del espectáculo Varekai, que pasará por Madrid, Bilbao y Sevilla.

El poder de convocatoria de la compañía Cirque du Soleil es inagotable. Por más giras que realicen nunca dejan de llenar sus grandes carpas de niños y adultos atraídos por sus mágicos espectáculos, una irresistible mezcla de circo, danza y música. Quidam, que hace unos años estuvo en España, ha vuelto a la península. Se acaba de marchar de Málaga, cosechando su acostumbrado éxito, y pronto recalará en Alicante y Barcelona.