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Divertido cabaré barroco
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Divertido cabaré barroco

Estrenada con gran éxito en el Festival de Teatro Clásico de Alcalá, pocas veces se puede ver a un público tan satisfecho al finalizar una representación.

Foto: Divertido cabaré barroco
Divertido cabaré barroco

Estrenada con gran éxito en el Festival de Teatro Clásico de Alcalá, pocas veces se puede ver a un público tan satisfecho al finalizar una representación. La Joven CNTC, bajo la batuta del siempre solvente Eduardo Vasco, ha logrado un Lope fresco y brillante, eminentemente lúdico. El espectáculo añade a nuestro Siglo de Oro unos toques de cabaré, exagerando los aspectos burlescos de algunos personajes y dejando caer todo el peso dramático sobre Belisa, magníficamente interpretada por Eva Rufo, quien consigue hacer llegar al público cuantas emociones se propone. Aunque Rufo brilla con luz propia, todo el elenco de actores raya a gran nivel, como suele ser habitual en la Compañía, que no descuida detalle alguno. En esta ocasión han optado por la sencillez del aparato escenográfico, dejando la expresividad escénica al vestuario de Lorenzo Caprile.

Al finalizar la representación, ya sea en Alcalá, Almagro o Madrid, los bravos y silbidos se multiplican; este cabaré barroco recoge sinceros aplausos allá donde se representa, porque ha conseguido algo que está al alcance de muy pocos: transformar una comedia del XVII en un espectáculo contemporáneo, al alcance de cualquier espectador, y tan divertido hoy como lo fue en su momento. Y eso que no partían de la mejor comedia de Lope; Las bizarrías de Belisa, su última obra fechada -en 1634- y estrenada póstumamente -en 1637- es, si la comparamos con las obras mayores del Fénix, una obra menor, con un argumento manido, poco sorprendente. Y sin embargo, había en su delicada nostaligia de la fogosidad juvenil, en el fluido verso y en algunas escenas de gran virtuosismo -como el socorro de Belisa, disfrazada de hombre, a don Juan- razones suficientes para apostar por ella. Quedaba por ver qué enfoque se le iba a dar.

De ello se ha encargado Eduardo Vasco, quien es toda una garantía porque entiende como nadie nuestro teatro áureo. Ahora ha realizado un brillante ejercicio de adaptación, encontrando en el cabaré el ingrediente capaz de renovar la obra de Lope para encender al público que siente cómo se le van los pies y la sonrisa, el control de la voluntad ya perdido. Mucho ponen de su parte los actores, todos más o menos bien pero con tres de ellos magníficos. Alejandro Saá y David Boceta, el uno como gracioso y el otro como conde de opereta bordan sus papeles arrancando más de una carcajada al público; pero es Eva Rufo quien destaca por encima de todos, modulando sus emociones al paso del personaje más complejo de la obra, completando un arco interpretativo memorable.

Una escenografía sencilla, con poco más que un piano en el centro de la escena y un puñado de sillas, dejan todo el esplendor visual a los figurines de Lorenzo Caprile, quien parece haber encontrado un filón creativo en el vestuario barroco -Don Gil de las Calzas Verdes, también del CNTC, o La dama boba, película de Manuel Iborra-, que ahora hibrida con un estilo años veinte en sintonía con la música que interpreta Ángel Galán -premiado con un beso- y el aspecto general de cabaré que es lo que concede el aspecto fresco y deliciosamente frívolo al espectáculo.

LO MEJOR: El toque cabaretero, divertido y frívolo.

LO PEOR: Que el teatro no suele grabarse en DVD.

En cartel en Madrid:

HAY QUE PURGAR A TOTÓ

ARGELINO, SERVIDOR DE DOS AMOS

EL JUEGO DE YALTA

LOS PERSAS

LA MUJER DE NEGRO

JESUCRISTO SUPERSTAR

HIJOS DE SU MADRE

SEIS CLASES DE BAILE EN SEIS SEMANAS

SALIR DEL ARMARIO

Estrenada con gran éxito en el Festival de Teatro Clásico de Alcalá, pocas veces se puede ver a un público tan satisfecho al finalizar una representación. La Joven CNTC, bajo la batuta del siempre solvente Eduardo Vasco, ha logrado un Lope fresco y brillante, eminentemente lúdico. El espectáculo añade a nuestro Siglo de Oro unos toques de cabaré, exagerando los aspectos burlescos de algunos personajes y dejando caer todo el peso dramático sobre Belisa, magníficamente interpretada por Eva Rufo, quien consigue hacer llegar al público cuantas emociones se propone. Aunque Rufo brilla con luz propia, todo el elenco de actores raya a gran nivel, como suele ser habitual en la Compañía, que no descuida detalle alguno. En esta ocasión han optado por la sencillez del aparato escenográfico, dejando la expresividad escénica al vestuario de Lorenzo Caprile.