Vocento traspasa su negocio de cine en Tripictures para ahorrar 13 millones de euros

El Grupo Vocento continúa poniendo en orden la casa y dejando a un lado los negocios que no son estratégicos para la firma. Según aseguran fuentes conocedoras de la operación, la editora de ABC ha cerrado el trasvase de parte de los activos de su distribuidora de cine Tripictures a Tripictures International, una transacción que opera como una suerte de venta y que le permitirá liberar de forma inminente obligaciones de pago por importe de 18 millones de dólares –algo más de 13 millones de euros–. La desinversión es sólo parcial, en tanto la compañía que gestiona Luis Enríquez se deshace del negocio de distribución, pero mantendrá el control del catálogo.

El movimiento permite a Vocento desprenderse de un negocio con elevado grado de incertidumbre y limitar los riesgos para su balance, en un momento especialmente delicado para los medios de comunicación por la debacle publicitaria que atraviesa el sector. No en vano, la distribución y producción cinematográfica precisan que se anticipen importes elevados para obtener derechos y sacar adelante los proyectos, sin demasiadas garantías sobre los retornos. La propia compañía ya daba un paso al frente a mediados del año pasado, con la toma de medidas que hacían presagiar decisiones más drásticas.

“El comportamiento de contenidos en abril y mayo ha sido muy malo. Se han cerrado 300 cines y hemos sufrido el impacto de la subida del IVA.Se ha acometido una reestructuración entre junio y julio y se han aplazado algunos estrenos a la segunda parte del año”, apuntaba el primer ejecutivo de la compañía en una conferencia con analistas. Tripictures International está presidida por Felipe Ortiz, que también ejerce como consejero delegado de la sociedad. El ejecutivo también tiene presencia en Veralia, sociedad que agrupa los contenidos audiovisuales de Vocento, con marcas como Europroducciones o BocaBoca Producciones.

Según expone Vocento en su propia web, Tripictures “es la primera distribuidora independiente de España” y “centra su actividad en la compra de películas americanas y europeas para distribuirlas a lo largo de todo el ciclo de explotación en las diferentes posibilidades expositivas”. En este sentido, sus principales clientes son las salas de cine y los canales de televisión. De hecho, la firma anunciaba recientemente un acuerdo estratégico con DeAPlaneta para distribuir las películas de DreamWorks Studios en España. El catálogo que posee el grupo de medios alcanza los 360 títulos y, respecto a la distribución, la editora de ABC se reserva la posibilidad de entrar puntualmente en iniciativas concretas.

Segunda ronda de ajustes

Como publicó El Confidencial, el plan de eficiencia puesto en marcha por Vocento a finales de 2012 para reducir costes y salir de los números rojos pasaba a una segunda fase a mediados del año pasado. Una segunda ronda de ajustes más pausada, con la meta de hacer caja con el negocio de distribución e impresión, el proveedor de servicios de internet Sarenet y la producción audiovisual en torno a Veralia. La salida parcial de Tripictures se enmarca precisamente en ese proceso, que vivió recientemente uno de sus hitos con la venta por parte de la firma del 80% que atesoraba en el citado proveedor de servicios de internet por 14,3 millones de euros. Todo con unas plusvalías en el entorno de los 10 millones.

Y es que desde el punto de vista de las cifras, la intención de Vocento pasaba por lograr por todas esas ventas un flujo de caja de unos 50 millones de euros a corto o medio de plazo, con el fin último de dejar la deuda del grupo en el entorno de los 100 millones de euros. Un lujo en comparación con el resto de medios y lejos de, por ejemplo, los 3.500 que sepultan al Grupo Prisa. Según los últimos datos remitidos por la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el agujero financiero neto hasta septiembre se situaba en 156,7 millones. El desempeño de su división de contenidos le suponía unas pérdidas operativas de 4,42 millones, razón más que suficiente para avalar los cambios.

Eso sí, el segundoenvite de ajustes se produce después del cierre de negocios deficitarios como el gratuito Qué!, la división radiofónica centrada en Punto Radio –integrada en la Cope– y la televisiva de La10. También de un importante recorte de personal. “Se trata de aguantar en 2013 y tomar posiciones de cara a 2014, manteniendo intacta la caja y sin incrementar la deuda”, aseguraban hace apenas meses fuentes internas de la casa para explicar la hoja de ruta en la compañía. Al menos los gestores han podido centrarse en estos últimos meses en la gestión de la firma, aparentemente superadas las luchas intestinas que amenazaban con desangrar el grupo allá por 2012. Con un reto fundamental una vez cerrados los recortes de envergadura: monetizar el negocio. Todo un cubo de Rubik para el sector.