RTVE tiene ya un ERE sobre la mesa por si no hay pacto con los sindicatos en diez días

La alarma ha subido a nivel naranja.“No hay voluntad de hacerlo, pero si el 1 de diciembre no se ha llegado a un acuerdo para cerrar el convenio colectivo nos veremos abocados a tocar la plantilla. No hay muchas más salidas”, exponen fuentes internas de RTVE al más alto nivel, que ya hablan abiertamente de la necesidad de poner en marcha un expediente de regulación de empleo en la casa si las posturas entre Dirección y sindicatos continúan encontradas. Y es que el presidente de la sociedad pública, Leopoldo González-Echenique, necesita reducir los gastos en la Corporación en al menos 28,5 millones de euros para cuadrar las cuentas del ejercicio. Toda una negociación contrarreloj.

La caja de los truenos se abría a finales de octubre, cuando los trabajadores rechazaban en referéndum el acuerdo para renovar el convenio alcanzado por sus representantes y la empresa. Una arriesgada negativa que deja un inasumible vacío de marco laboral a partir del 1 de diciembre. De hecho, la Dirección transmitió a los sindicatos la semana pasada que, si no se produce un acuerdo in extremis, aplicará a partir de esa fecha el II Convenio Colectivo de Producciones Audiovisuales, una referencia que rebaja considerablemente las prestaciones de que ahora gozan los trabajadores. El planteamiento no debe sino interpretarse como un órdago.

“Aplicar ese convenio nos deja ipso facto en una situación de bloqueo –añaden estas fuentes, dando a entender que la propuesta obedece más a una medida de presión en el final de las negociaciones–. Es más, todas las partes sabemos que resulta inaplicable, por mucho que se hayan planteado las pertinentes equivalencias entre ese convenio y los contratos vigentes. Si no hay un pacto, la única solución viable es un ajuste de plantilla. Estaríamos obligados a ello”. ¿Con cifras sobre la mesa? “No, en la casa siempre hay estudios de personal elaborados, pero no hay nada concreto para esta situación. Habría que verlo cuando llegara el momento”, rematan.

La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dependiente del Ministerio de Hacienda y principal accionista de RTVE, ha sido la que más activamente ha promovido en los últimos tiempos la necesidad de realizar ajustes de plantilla en la Corporación, que volvió a los números rojos en el último ejercicio y que amenaza con perpetuarse en las pérdidas. Aunque planteamientos más agresivos desdeese entorno han llegado a deslizarsotto voce la salida de 1.500 trabajadores, el escenario que los diferentesactores entienden factiblepara una situación como la actual dejaría el recorte en la mitad de esa cifra, alrededor de las 800 personas.

Un nuevo referéndum

“Hay margen para el acuerdo y debe haber un acuerdo. Es bueno para ambas partes, aunque eso suponga la convocatoria de un nuevo referéndum por parte de los sindicatos y volver a votar. Seguro que el resultado sería diferente”, remachan estas fuentes, que no sienten que las demandas sindicales sean inasumibles en términos generales. Sin ir más lejos, las peticiones de CCOO –el sindicato más reticente a abonarse al pacto– pasan por recortes temporales y revisables que afecten menos a los que menos ganan, sean transparentes, velen por las carreras profesionales, se mantenga el empleo y la producción propia, y se revise la financiación. “Cualquiera lo puede compartir entre los gestores”, se subraya. De hecho, la entente sólo se frustra cuando se baja al terreno de la negociación o cuando el componente político –siempre presente en la casa– juega sus bazas.

Es más, el PSOE ya ha jugado sus cartas para sacar rédito a la situación al plantear un incremento de 100 millones en la dotación presupuestaria para RTVE con el fin de evitar los recortes. “Lo ponen sobre la mesa sabiendo que el Gobierno no puede aceptar ese planteamiento por una cuestión de principios y de compromiso con el déficit –subrayan estas fuentes, conocedoras del proceso de toma de decisiones en la Corporación–. No se puede bajar la guardia con TVE y mantenerte inflexible con otras empresas públicas”. Y rematan para cerrar esa vía: “No sería presentable aunque no se tratara de 100 millones y la idea fuera reponer vía subvención pública sólo esos 28,5 millones que se precisan para equilibrar las cuentas…”.

Mientras, las reuniones se suceden en la casa para buscar una salida al problema. Los propios sindicatos se reunían por la mañana para consensuar una propuesta conjunta que presentar por la tarde a la Dirección. Se juegan mucho. No en vano, la firma de un nuevo convenio activa un acuerdo previo que garantiza el empleo de los 6.400 profesionales que trabajan en la Corporación hasta el año 2015. Además y según aseguran fuentes próximas al presidente, este se encuentra muy lejos de querer abrir el melón de un drástico ajuste laboral. La cuestión de fondo es si el tiempo es suficiente para resolver el problema que de verdad aqueja a la televisión y radio públicas. Y es que la masa salarial se come más de 350 millones,el 40% de su presupuesto, unos guarismos inmanejables.