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La crisis en las TV condena a Antena 3 y laSexta a una fusión y a las pequeñas a echar el cierre
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EL DESPLOME DE LA PUBLICIDAD ROMPE EL SECTOR

La crisis en las TV condena a Antena 3 y laSexta a una fusión y a las pequeñas a echar el cierre

Las líneas siguen abiertas, los papeles están hechos y la falta de publicidad ahoga. Antena 3 y La Sexta no han reactivado aún los contactos para

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La crisis en las TV condena a Antena 3 y laSexta a una fusión y a las pequeñas a echar el cierre

Las líneas siguen abiertas, los papeles están hechos y la falta de publicidad ahoga. Antena 3 y La Sexta no han reactivado aún los contactos para fusionarse, pero muchos en el sector y en ambas casas tienen la certeza de que están condenadas a entenderse más pronto que tarde. “Si esto sigue así, antes del verano”, sugieren incluso fuentes próximas al proceso. Un enlace cimentado sobre las cenizas de las pequeñas cadenas, incapaces de soportar el desplome de la facturación por anuncios. Veo 7, de Unidad Editorial, ha sido la primera en pedir árnica y liderar a su pesar la enésima reconversión en el sector.

“Descartamos una operación corporativa a corto plazo”, zanjaba ante los analistas el director financiero de Antena 3, Antonio Manso. Corría abril de 2010. Todo un jarro de agua fría sólo cuatro meses después de que la cadena de Planeta y La Sexta anunciaran a bombo y platillo un acuerdo de fusión. José Manuel Lara, presidente de la editorial, tiene su teoría: no se alcanzó un pacto porque su partenaire es una jaula de grillos. “Que se pongan de acuerdo entre ellos. Tienen músicas y pasos cambiados. En la primera reunión se acordó una ecuación de canje y no se volvió a hablar de ese tema. A partir de ahí se empezaron a discutir temas menores. (…) No puedo poner de acuerdo a los accionistas de La Sexta”, arreció en febrero de este año.

Ambas compañías siguieron su camino aprovechando el viento a favor que proporcionó el Gobierno al eliminar la publicidad de RTVE. Un botín que se repartieron las privadas. La propia Antena 3 duplicó sus beneficios el año pasado, tras incrementarse los ingresos publicitarios un 14%. La Sexta incluso presumió de meses con números negros. Sin embargo, las tornas han cambiado en 2011, lo que podría reactivar un matrimonio de conveniencia. Y es que el mercado publicitario amenaza ruina. Los descensos en lo que va de mayo se sitúan entre el 12% y el 15%, con grupos en caída libre del 20%. “No hay confianza, no hay demanda, no hay un dato macroeconómico bueno… Pintan bastos este año”, aseguran fuentes del sector.

La situación en La Sexta es especialmente delicada en el ejercicio en que debía dar por primera vez beneficios. Su consejero delegado, José Miguel Contreras, anunciaba a principios de abril que los accionistas estudiaban el business plan de la compañía para los próximos tres años, con una salida a bolsa en el horizonte de 2012. Dos meses después, nada se sabe. Sólo que Televisa, que atesora un 40% del capital, no está cómoda con su situación en la casa y busca soluciones. También que el concurso de acreedores de Mediapro –accionista indirecto de la cadena a través de Imagina- lastra cualquier planteamiento de futuro. Todo tras una inversión de los socios que supera los 600 millones de euros.

Claro que ambos novios son conscientes de que unir sus destinos no garantiza nada. De hecho, los dos miran con cierto asombro el pobre desempeño de Telecinco, a la que tras la compra de Cuatro se le suponía una potencia de fuego fenomenal. Cinco meses después, no ha aumentado su cuota de mercado, no ha logrado subir precios y sus ingresos brutos por publicidad se reducen tras desembolsar 500 millones de euros por la cadena de Prisa. Con ese ejemplo a la vista, Antena 3 y La Sexta tendrán que desempolvar un holding que concedía un 77% a Planeta y un 23% a su socio. De paso, ponerse de acuerdo en cuestiones como la política de dividendos o cómo se gestiona la cadena participada por Jaume Roures.

Desmantelar las cadenas pequeñas

Las grandes al menos parecen tener algo de margen para consolidarse y capear la crisis. Más complejo es el panorama para televisiones pequeñas nacidas al abrigo de la TDT. Unidad Editorial ha sido la primera en poner pies en polvorosa ante la sangría financiera de su división televisiva. El grupo propiedad de la italiana RCS Mediagroup daba esta semana un paso más para desmantelar su apuesta, al fijar el 30 de junio como fecha para finiquitar su actual parrilla. La editora de El Mundo busca a la desesperada alguien a quien arrendar el canal y, si puede, conservar algunas franjas para mantener la marca. Una audiencia en torno al 0,7% no da para mucho más.

Una experiencia que respalda la sensación de fracaso en la política audiovisual del Ejecutivo. Primero, dos licencias en abierto para La Sexta y Cuatro –que nace del codificado Canal+-. ¿Justificación? Aumentar el pluralismo. Cuatro años después, las cadenas se quejan de que el pastel publicitario no alcanza para todos. Y el Gobierno elabora una ley para facilitar las fusiones y reducir el número de jugadores, embolsando a Prisa por el camino 500 millones. En paralelo, lanza la TDT y concede un múltiplex a cada operador, cuatro canales por cabeza condenados en muchos casos al arrendamiento por la incapacidad de los gestores para asumir los costes de hacer televisión. Sin contar con las licencias autonómicas y municipales, la mayor parte de las cuales se devolverán.

“La TDT estaba pensada para el pago. Lo contrario es fragmentar las audiencias y complicar la operación. Como se está haciendo, no tiene sentido”, asegura un alto ejecutivo de una cadena. Tras el fiasco de Veo 7, falta por ver que sucederá con proyectos como La 10, de Vocento, que apenas se mueve en el 0,4% de audiencia.  A expensas de lo que suceda en el más duro 2011, la cadena mantuvo el tipo el pasado ejercicio, con un beneficio cercano a los tres millones de euros. Cifras muy alejadas de las reflexiones que en estos días hacía un directivo: “Las parrillas de Telecinco y Antena 3 cuestan más de 400 millones al año. Más allá de eso…”.

Las líneas siguen abiertas, los papeles están hechos y la falta de publicidad ahoga. Antena 3 y La Sexta no han reactivado aún los contactos para fusionarse, pero muchos en el sector y en ambas casas tienen la certeza de que están condenadas a entenderse más pronto que tarde. “Si esto sigue así, antes del verano”, sugieren incluso fuentes próximas al proceso. Un enlace cimentado sobre las cenizas de las pequeñas cadenas, incapaces de soportar el desplome de la facturación por anuncios. Veo 7, de Unidad Editorial, ha sido la primera en pedir árnica y liderar a su pesar la enésima reconversión en el sector.

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