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El deportista a seguir | La gran promesa que corre por su abuelo y aspira al oro olímpico
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EL ATLETA DEL MOMENTO

El deportista a seguir | La gran promesa que corre por su abuelo y aspira al oro olímpico

Un espacio en el que destacaremos a ese deportista con menos nombre, pero que lo tiene todo para ocupar grandes titulares y que queda eclipsado por las estrellas de (casi) siempre

Foto: Imagen: Sergio Beleña.
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Los Juegos Olímpicos son sinónimo de espectáculo, diversión e historia del deporte. Muchos atletas han conseguido hacerse un nombre a nivel mundial después de una actuación soberbia en el mayor evento deportivo de todos los tiempos: Cassius Clay, Mark Spitz, Nadia Comaneci, Carl Lewis, Sergei Bubka, Fermín Cacho... Pero no siempre el triunfo es sinónimo de ganar la medalla de oro. El ejemplo más claro es el del nadador Éric Moussambani, quien en Sídney 2000 hizo una memorable prueba de 100 metros libres: "Todos creen que el éxito es ganar una medalla, pero el mío fue acabar aquella carrera y demostrar mi valentía".

Pero si hay un nombre que marcó la historia de los Juegos Olímpicos ese es Derek Redmond. El atleta británico llegaba a Barcelona 92 como uno de los favoritos al oro en los 400 metros. Era la primera semifinal y competía por la calle 5 y, en los primeros compases, controlaba la carrera con tranquilidad... hasta que en los metros finales de la contrarrecta notó un pinchazo en su pierna derecha. Abatido en el suelo y roto por el dolor, decidió tirar de pundonor y, a la pata coja, comenzó a recorrer la pista, lo que hizo que el público rompiera a aplaudir. Su padre terminaría saltando a la pista para ayudarle a cruzar la meta: no se rindió ni en los peores momentos.

El atletismo es sinónimo de momentos épicos en los Juegos y a Tokio llegamos con uno de los nombres del momento. Salpicado por una absurda polémica y tras destrozar varios récords nacionales, España puede presumir de tener entre sus filas a un corredor que está llamado a ser uno de los grandes candidatos en los 5.000 metros, prueba en la que competirá en los JJOO. Muchos de vosotros ya sabéis que hablamos de Mo Katir, una de las grandes sensaciones del momento, que sabe muy bien de dónde viene y adónde quiere llegar, aunque con mesura: "Mi objetivo es ser finalista", afirma, pero sabe que sus piernas guardan más que eso.

A sus 23 años, acaba de vivir un mes para el recuerdo, en el que ha conseguido batir los récords nacionales de 1.500 metros, 3.000 metros y 5.000 metros... enturbiado por las declaraciones de Isaac Viciosa, anterior 'recordman' de los 3.000 metros, tras perder la mejor plusmarca nacional: "Me hubiera gustado que lo hubiese batido un atleta con apellidos castellanos. De momento, es un atleta que pongo en cuarentena y quiero dejar unos meses para que transcurra todo, que certifique esas marcas en los Juegos Olímpicos y se confirme que está completamente limpio", explicaba en una entrevista con la revista 'Soy Corredor'.

El atleta español no dudó en salir al paso de estas declaraciones en redes sociales: "Para quien no sepa de quién es mi apellido, es de un gran señor, de origen marroquí. Mi gran motivación, un ejemplo a seguir, mi abuelo Mailud Katir. Este señor ha tenido que trabajar duro, desde los cinco años ha sufrido en la vida por temas de la guerra. Ya podéis juntar a toda la vieja escuela, no hay comparación con este señor. Es un honor llevar tu apellido, abuelo, solo es el comienzo". Y es que Mo Katir es de esos deportistas que saben lo que cuesta llegar a lo más alto, sobre todo por los sacrificios que ha tenido que hacer su familia.

No solo su abuelo, sino que su padre, marroquí, llegó a España en patera. Su madre, egipcia, consiguió viajar a España cuando Mo ya tenía cinco años. El primer lugar en el que vivieron fue Huesca, donde el joven comenzó a despuntar en el mundo del fútbol, donde incluso formó parte de la cantera de la SD Huesca hasta la categoría alevín. ¿Dejó el fútbol porque no le gustaba? Ni muchos menos: en una carrera con el colegio, su desempeño impresionó a unos entrenadores que estaban viendo su progresión, lo que le llevó a cambiar de deporte. No se equivocaba: solo una década después, competirá en todo unos Juegos Olímpicos.

Después de que su familia se trasladara a Mula (Murcia), Mo Katir empezó a entrenar en descampados y a participar en carreras populares con premios económicos, con el objetivo de poder ayudar en casa y conseguir material. Poco a poco, su nivel fue aumentando —ya en 2016, ganó el Campeonato de España de 3.000 metros—, hasta que este 2021 ha llegado el año de su gran explosión. Se ha convertido en uno de los atletas en los que más esperanzas tiene puesta la delegación española, pero él pide calma: quiere ir paso a paso y no levantar falsas expectativas, a pesar de sus impreisonantes marcas y registros logradas en los últimos meses.

Convertido en foco mediático por sus actuaciones, Katir se 'olvida' de su repercusión con una de sus grandes pasiones: la poesía. Es un gran admirador de Antonio Machado y ha hecho sus pinitos en la escritura de poemas. Con solo 23 años, está considerado una de las grandes esperanzas del atletismo nacional, llamado a conseguir grandes éxitos en los próximos años: su marca, 12:50.79, le hace ser uno de los favoritos para Tokio, pero pide prudencia y calma. En su opinión, poder estar en la gran final ya sería todo un éxito: pero, ojo, España tiene un potencial medallista, un niño que dejó el fútbol por triunfar en el atletismo.

Los Juegos Olímpicos son sinónimo de espectáculo, diversión e historia del deporte. Muchos atletas han conseguido hacerse un nombre a nivel mundial después de una actuación soberbia en el mayor evento deportivo de todos los tiempos: Cassius Clay, Mark Spitz, Nadia Comaneci, Carl Lewis, Sergei Bubka, Fermín Cacho... Pero no siempre el triunfo es sinónimo de ganar la medalla de oro. El ejemplo más claro es el del nadador Éric Moussambani, quien en Sídney 2000 hizo una memorable prueba de 100 metros libres: "Todos creen que el éxito es ganar una medalla, pero el mío fue acabar aquella carrera y demostrar mi valentía".

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