Las Bad Gyal de la ciencia han llegado para quedarse: las mujeres divulgadoras arrasan en Internet

"El móvil os dejará tontos" es una frase que muy probablemente habrán escuchado (o dicho). Es posible que el móvil vaya a volvernos un poco 'cucú', pero eso será a los que no consuman el contenido de las ‘raxetas’ del conocimiento: las divulgadoras con el mejor 'eyeliner', las científicas a lo Bad Gyal.

El ejemplo por excelencia de esta generación de creadoras de contenido lo vemos en Alba Moreno (@fisicamr en Instagram), que cuenta con más de un millón de seguidores en esa red social y que se hizo viral por compartir la explicación física de fenómenos tan comunes en nuestro día a día como las ondas del microondas, el frío o las turbulencias. “Te amo Bad Gyal de la física”, “Eres una jefa” o “Esta mujer me está enseñando más en reels de 30 segundos que mi profesor de física en 4 años” son algunos de los comentarios que podemos leer en sus publicaciones.

Daniela Granados (@danielagce en Instagram) es estudiante de sociología en la Universidad de Granada y 'tiktoker'. Con solo 21 años ya cuenta con casi 40 mil seguidores en Tiktok, gracias a utilizar situaciones universales como cambiar de grupo de amigos o sentirse mal con uno mismo para explicar la teoría del espejo de Charles Cooley o la hipótesis de habitus de Bordieu.

Cuando mencionamos a Alba Moreno, su primera reacción es sonreír: “Ella abrió el camino y anduvo para que yo pudiera correr. La gente me comenta mucho que les encantan las tías chulas científicas de Tiktok y eso me pone muy contenta".

En el caso de Daniela, siempre lo tuvo claro: “Yo desde pequeña soy la típica que discutía en el colegio con los niños porque hacían comentarios machistas o racistas”. Recuerda entre risas que lo de la sociología en redes le viene de muy atrás: “Cuando era muy pequeña me creé una cuenta de Instagram y hacía contenido para educar contra la homofobia”. Apasionada por las inquietudes y contradicciones que rodean a las personas, confiesa que el papeleo y la burocracia le dan una pereza tremenda: "Me gustaría dedicarme a algo que implicara estar cerca de la gente". Ya lo está consiguiendo: sus cuentas de Instagram y Tiktok alcanzan a millones de personas.

¿Por qué tienen tanto éxito las Bratzs de la ciencia?

Su inteligencia y talento es más que evidente y los números no mienten. Pero es su papel en la divulgación de conocimiento lo que habla por ellas: el hacer accesible a sus espectadores conceptos tan complejos que parten de situaciones simples. Quizá en un primer momento no conocemos las teorías de Giddens sobre la experiencia personal o el mecanismo de las interacciones gravitatorias, pero sí que tomamos café o sabemos cómo funcionan las uñas de gel. Estas chicas tienen la capacidad de explicar los primeros conceptos a partir de los segundos. Y todo en un reel de un minuto.

Ya no se trata solo de inteligencia, sino de capacidad de síntesis, de vocación comunitaria, de generosidad: dedicar tiempo a adaptar esos contenidos científicos para un público general y tener la voluntad de compartirlos. En el caso de Daniela, su andadura en la divulgación fue un acto de altruismo que comenzó tras una clase sobre género: "Me fascinó tanto que salí de esa clase diciendo esto lo sé yo, pero quiero que lo sepa todo el mundo".

No solo educa, sino que destroza estereotipos absurdos: para ser una mujer de éxito no necesitas necesariamente vestir o maquillarte de una forma determinada: Y por más que esto parezca evidente, basta un segundo barrido por los comentarios de los vídeos de estas chicas para encontrar el lado oscuro: “¿Cómo te rascas las picaduras de mosquito con esas uñas?” o “Mientras que no entres a mi casa, todo perfecto”.

Cuando preguntamos a Daniela por este tipo de juicios, lo tiene claro: "Son bastante absurdos. Es como me visto así, soy así porque es mi personalidad y además de eso claro que tengo un cerebro gordísimo: mi cabeza no va a cambiar en función de lo que lleve puesto”. Aunque, desgraciadamente, la sociedad se ha encargado de recordarle lo contrario en alguna ocasión: "En la realidad sí que he sentido que debía vestirme o expresarme de determinada manera porque si no no me iban a tomar en serio. Eso me fastidia un montón, el pensar que si no hago las cosas de determinada forma se me va a juzgar."

"Me visto así, soy así porque es mi personalidad y además de eso claro que tengo un cerebro gordísimo: mi cabeza no va a cambiar en función de lo que lleve puesto"

Además de la divulgación, cumplen una función de lo más importante: servir de referencia para otras jóvenes interesadas en la ciencia. “Me escriben un montón de niñas preguntándome sobre cómo es estudiar Sociología. O cuando a lo mejor hablo sobre alguna teoría y el vídeo se hace viral, me comentan pidiendo que les recomiende libros sobre sociología o que les hable más sobre un autor u otro y eso me encanta”.

En un mundo donde la divulgación está tradicionalmente asociada a lo masculino, la figura de estas mujeres jóvenes que no solo sirven de referentes, sino que rompen estereotipos y crean una comunidad interesada en la ciencia es casi revolucionaria.

Así que ya saben, la próxima vez que escuchen aquello de "el móvil os dejará tontos", atrévanse a rebatirlo con uno de estos vídeos. No les llevará más de un minuto.