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Así es como funciona un microondas
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¿Cómo calienta la comida desde dentro?

Así es como funciona un microondas

Prácticamente todos tenemos uno en casa y lo usamos a diario. En el funcionamiento de un microondas hay mucha más ciencia de lo que parece

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Si hubiese que elegir un electrodoméstico, solo uno, que haya cambiado nuestras costumbres y nuestra vida, sería difícil que todos nos pusiésemos de acuerdo. Para unos será la lavadora, para otros la nevera, para la mayoría el televisor. Y sin embargo, pocos pasamos un día entero sin recurrir a un pequeño habitante de nuestras cocinas: el microondas. Este aparato ha cambiado la forma en que cocinamos y se ha convertido en un gran aliado de aquellos que viven una vida acelerada y con prisas.

Si bien no todos, la mayoría tenemos un microondas en casa, pero su funcionamiento tiene más ciencia de lo que parece. ¿Cómo calienta la comida un microondas? ¿Por qué cuenta con un plato giratorio en su interior? ¿Por qué no deben introducirse cubiertos ni otros objetos metálicos?

Para empezar, hay que explicar qué es, desde el punto de vista de la física, el calor. La materia está formada por átomos que se organizan en moléculas. Cuando medimos la temperatura de la materia lo que en realidad estamos midiendo es la velocidad con la que se agitan sus moléculas: si un objeto está más caliente que otro es porque sus partículas se están agitando más rápidamente. Para calentar una sustancia, por lo tanto, hay que aumentar la velocidad a la que se mueven sus moléculas.

Cuando medimos la temperatura de la materia lo que en realidad estamos midiendo es la velocidad con la que se agitan sus moléculas: si un objeto está más caliente que otro es porque sus partículas se están agitando más rápidamente

Eso es precisamente lo que se hace cuando se cocina un alimento: aumentar su temperatura. Existen muchas formas de hacerlo: colocarlo en una sartén caliente, introducirlo en agua o aceite hirviendo… O introduciéndolo en un horno.

Las microondas hacen vibrar el agua

En un horno tradicional, los alimentos se calientan por dos vías distintas. La primera es la transmisión del calor del aire que los rodea hacia el interior del alimento. La segunda es por medio de una radiación muy fuerte que proviene de una resistencia (o dos, una situada en la parte de arriba del horno y otra colocada debajo), igual que el sol nos calienta a nosotros.En ambos casos, que se dan simultáneamente, el calor va del exterior del alimento hacia dentro, y el agua que se encuentra en la superficie se va evaporando. Por eso los alimentos asados tienen esa cubierta más seca y crujiente.

En un microondas la física es otra muy distinta. Cuando utilizamos este sistema el calor se produce en el interior mismo del alimento y se va extendiendo, en vez de propagarse de fuera a dentro. Para ello se utilizan las microondas, un tipo de radiación situada entre las ondas de radio y los infrarrojos. Su frecuencia normalmente ronda los 2.450 megaherzios.

Su descubrimiento fue algo accidental. Perry Spencer, ingeniero de la compañía Raytheon Corporation, investigaba sobre los usos del radar cuando se dio cuenta de que la chocolatina que llevaba en el bolsillo se había derretido. Pensó que podía ser a causa de las ondas que emitía el aparato con el que estaba trabajando, un magnetrón, así que sitúo cerca un puñado de grandos de maíz, que ante su sorpresa empezó a moverse y poco después a explotar en forma de palomitas. Spencer había descubierto las microondas.

Esas microondas tienen algunas propiedades interesantes. Por un lado, son absorbidas por las moléculas del agua, por los azúcares y por algunas grasas, y cuando eso ocurre, las hacen vibrar y rotar muy rápidamente, unas 2.400 veces por segundo

Esas microondas tienen algunas propiedades interesantes. Por un lado, son absorbidas por las moléculas del agua, por los azúcares y por algunas grasas, y cuando eso ocurre, las hacen vibrar y rotar muy rápidamente, unas 2.400 veces por segundo. Ese movimiento, como decíamos antes, es lo que llamamos calor.

El calor se genera por tanto dentro del propio alimento y se va extendiendo, al contrario que ocurría en el horno. Es precisamente por esto por lo que los alimentos calentados o cocinados en el microondas no tienen ese aspecto seco y crujiente, sino que quedan algo húmedos y reblandecidos: en este caso el agua se va evaporando de dentro hacia fuera, condensándose en la superficie.

Su efecto sobre el metal y el plástico

Otros materiales, como el metal, el plástico o la cerámica no absorben esta radiación. Cuando nos quemamos sacando un plato del microondas no es por efecto de las ondas, sino por el calor transmitido por el alimento. Algunos plásticos, sobre todo el de los envoltorios, pueden llegar a fundirse por el calor, por lo que se deben utilizar solo los indicados como aptos para el microondas.

placeholder (Fuente: El Mundo)

En cuanto al metal, las microondas pueden producir en ellos pequeñas corrientes eléctricas, fundiendo por ejemplo el papel aluminio o haciendo saltar chispas de un cubierto que hayamos introducido dentro. Sin embargo, con un metal sin aristas, como es el interior del aparato, no ocurre nada de esto: las ondas simplemente rebotan, volviéndose hacia el alimento. La carcasa exterior del electrodoméstico evita que las ondas escapen.

Hay un componente del microondas, situado habitualmente en la parte posterior, llamado magnetrón. Se trata de una cavidad metálica con un filamento que se calienta al rojo vivo y emite electrones y un potente imán que los hace girar, generando así las ondas. Un ventilador dirige esas ondas hacia el interior del microondas, donde se dirigen en todas direcciones, rebotando contra las paredes metálicas hasta chocar con el alimento, que las absorbe.

¿Por qué el plato giratorio?

La presencia e intensidad de las microondas, sin embargo, no es uniforme dentro del espacio del electrodoméstico, sino que hay puntos concretos en los que, debido al rebote, éstas se intensifican. Por ese motivo los microondas están equipados con el característico plato giratorio en su interior, de forma que todo el alimento sea bombardeado de forma uniforme y evitar que unas zonas queden frías mientras que otras se resecan demasiado.

Por ese motivo los microondas están equipados con el característico plato giratorio en su interior, de forma que todo el alimento sea bombardeado de forma uniforme y evitar que unas zonas queden frías mientras que otras se resecan demasiado

La distinta incidencia de las ondas no es la única causa de que un alimento se caliente de forma irregular, sino que ese efecto puede estar causado también por la distinta movilidad de sus moléculas. Es lo que pasa cuando introducimos un alimento en proceso de descongelación. Cuando se encuentran en estado sólido, las moléculas de agua son mucho menos móviles, y puesto que es su movimiento lo que causa el calor y no al revés, el efecto de las microondas en este caso es menor. Esto provoca que las zonas en las que el agua se ha empezado a descongelar se lleguen a cocer mientras otras siguen en estado sólido.

Muchos microondas cuentan con una opción de descongelado. Cuando la activamos, lo que hace el aparato es emitir ondas de forma intermitente: primero calienta las moléculas que se van liberando, y después deja que éstas transmitan el calor y descongelen a sus compañeras, repitiendo este proceso varias veces.

Si hubiese que elegir un electrodoméstico, solo uno, que haya cambiado nuestras costumbres y nuestra vida, sería difícil que todos nos pusiésemos de acuerdo. Para unos será la lavadora, para otros la nevera, para la mayoría el televisor. Y sin embargo, pocos pasamos un día entero sin recurrir a un pequeño habitante de nuestras cocinas: el microondas. Este aparato ha cambiado la forma en que cocinamos y se ha convertido en un gran aliado de aquellos que viven una vida acelerada y con prisas.

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