Tuvo que dar a su perro con 14 años y acabó adoptándolo sin saberlo cuando ya tenía un bebé

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Nos encantan las historias con finales felices, y más si implican a perritos, y esta es una de ellas. Como contó el medio especializado en noticias de animales, The Dodo, Nicole Renae, una mujer que vive en Pennsylvania, Estados Unidos, adoptó a una perrita senior en un refugio. La sorpresa vino cuando Nicole se percató de que ya conocía a esa perrita, la había abandonado por fuerza mayor ocho años atrás, y ahora nada las va a separar.

Todo comenzó en el décimo cumpleaños de Nicole, cuando su abuela le regaló un pequeño cachorro gris, cruce de pomerania y caniche, al que llamaron Chloe. Enseguida, Chloe y Nicole se hicieron grandes amigas, como solo una niña y un perro pueden conseguir. “La amaba hasta la muerte”, declaró Nicole a The Dodo en una entrevista. “Ella era mi mejor amiga”, recordaba.

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Durante cuatro años, Nicole y Chloe continuaron viviendo aventuras y haciéndose más amigas. “Era una perra tan dulce”, dijo Nicole. “Te lamería la cara para siempre si no la detuvieras”, añadió en la entrevista. Pero todo se desmoronó cuando el padre de Nicole cambió de trabajo.

El perrito es ya un senior

Con tan solo 14 años, Nicole tuvo que tomar la decisión más difícil de su vida: devolver a Chloe a un refugio de animales. Su padre había conseguido un nuevo trabajo en modalidad de trabajo en casa, y fue tajante cuando explicó que no quería a Chloe ladrando de fondo en sus llamadas telefónicas. Uno de los requisitos de la empresa era que las mascotas no debían entorpecer las llamadas, y Chloe fue la perjudicada.

“Le dijeron que no podíamos tener mascotas. Chloe era muy ladradora”, explicó Nicole con dolor. “No teníamos otra opción. Yo era solo una niña, así que obviamente no tenía otra opción al respecto. Fue desgarrador. No quería deshacerme de mi perro”, narró. La asociación local que se hizo cargo de Chloe les prometió encontrarle un nuevo hogar, aunque Nicole comprobó años después que no fue tan sencillo.

Ya con 22 años, ocho años después del suceso, Nicole había formado su propia familia. Se había casado y había tenido una hija, Violet. La familia tomó la decisión de adoptar un perro y, al dirigirse al refugio local, encontraron a una perrita idéntica a Chloe, pero con ocho años más, toda una senior.

En todo ese tiempo, Chloe había sido adoptada por otras dos familias, con finales poco felices. Aunque Nicole buscaba un cachorro para Violet, en cuanto vio a Chloe supo que era ella la elegida. “Vi la foto del perro y pensé: 'Ese perro me resulta familiar'. Luego leí el nombre: era Chloe”, narró Nicole, pensando que era una coincidencia.

Chloe tuvo la mala suerte de que sus nuevos adoptantes fallecieran poco después

El reencuentro fue de lo más emotivo. Tras ocho años, Chloe todavía recordaba a Nicole, y se lanzó hacia ella corriendo e intentando lamerle la cara. “Nunca pensé que volvería a ver a mi perro, pero sabía en mi corazón que era ella”, declaró Nicole. Una revisión posterior del chip del animal confirmó lo que ambas ya sabían, era la misma Chloe.

“Se ha sentido como en casa”, dijo Nicole. “Chloe está feliz. Creo que ahora sabe que estará conmigo para siempre”, explicó en su entrevista. Chloe rápidamente se hizo amiga de la hija de Nicole y al fin tendría su hogar definitivo para pasar sus últimos años con una familia.