Pierde en Barcelona un avión por dos minutos y pide esto a quienes no le dejaron pasar

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Cuando tenemos un viaje en avión, las aerolíneas son muy claras en cuanto a sus horas de embarque y de salida. Para que todos los pasajeros puedan abordar con tiempo y en orden, es recomendable presentarse en la cola a la hora estipulada. Además, para facilitar las cosas, en el propio aeropuerto hay pantallas y megafonía indicando la apertura y cierre de cada puerta de embarque.

Además, la propia aerolínea tiene sus tiempos, y suelen cerrar la entrada al avión unos minutos antes de la hora de salida para evitar retrasos. Dani Valdés, la protagonista de esta historia, conocía todos estos datos, pero por un despiste de dos minutos acabó plantada en el Aeropuerto de Barcelona, perdiendo su vuelo y sin haber dormido en más de doce horas. Así lo cuenta en un vídeo de su perfil de TikTok, donde se desahoga tras vivir esta experiencia tan frustrante.

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P. Díaz

La joven cuenta que llevaba desde las 9:30 de la mañana en el Aeropuerto de Barcelona, y su vuelo salía a las 20:30 de la noche. Esperó casi doce horas para el vuelo nocturno, y llegó a las 20:12 horas a la puerta de embarque. Su aerolínea era Vueling, y el acceso al avión se había cerrado a las 20:10 horas, apenas dos minutos desde que Dani apareció.

Las normas son las normas

En el caso de Vueling, siempre cierra la puerta de embarque veinte minutos antes de la salida del avión, para poder organizar a los pasajeros con tiempo. La joven, frustrada y con lágrimas en los ojos, explica que el trato por parte del personal de Vueling no fue el más amable. Ella pidió que la dejasen pasar, y la azafata de tierra le respondió que no era posible, que podría haberse “dado cuenta antes” de la hora de embarque.

En las respuestas a los comentarios de sus seguidores preguntando cómo era posible que perdiese el avión si llevaba doce horas en el aeropuerto, Dani explica que “fue una estupidez” y que “se confió”. “Nunca más volverá a pasarme”, se prometió, ya que la “frustración y angustia fue total”. En su vídeo, la joven pedía “un poco de empatía”, puesto que a su modo de ver, la trabajadora de la aerolínea podría haberla ayudado a subir al avión.

El cansancio y la frustración abrumaron a Dani, pero compartió otro vídeo unas horas después, más animada, explicando que había conseguido otro vuelo. “¡Cómo lloré! Yo creo que la angustia fue más del cansancio que tenía que otra cosa, porque obviamente que venía viajando hace rato y estaba cansada”, explicó Dani en el vídeo, donde concluye que ha aprendido “una gran lección”.