Compra dos asientos en un avión para su perro y así viaja su gran danés durante el vuelo

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El fenómeno de los ‘perrhijos’ o ‘gathijos’ es un concepto muy ligado a las nuevas generaciones. En lugar de tener hijos, deciden tener un perro o un gato (mayoritariamente adoptados), que cumplen una función afectiva muy importante, ya que ayudan a sus dueños a tener compañía, generando un sentimiento de protección y cercanía, que es lo más parecido a tener un hijo.

Tener un animal de compañía da una gratificación muy importante y tiene menos coste económico, emocional y de tiempo. Y, además, no vincula a otra persona (al padre o la madre) toda la vida, cosa que sí ocurre al tener un hijo. Es lo que le ha ocurrido a Gabriel Bogner, un chico gay norteamericano que vive feliz junto a Darwin, su perro Gran Danés.

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Tal es el amor que le profesa que Gabriel no puede viajar sin su mascota, por lo que adquirió tres billetes de avión para volar cómodamente desde Los Ángeles a Brooklyn y compartió la experiencia en su cuenta de TikTok. El vídeo, que se hizo viral rápidamente, acumula 18,3 millones de visitas y 2,9 millones de ‘me gusta’.

"Pan comido"

El gran tamaño de esta raza de perro supone todo un reto para los dueños, que tienen que afrontar ciertas situaciones, como la de volar en avión, de forma inusual para garantizar la seguridad y comodidad de su fiel amigo, sin que por ello sea una molestia para el resto del pasaje, que observó con asombro y sorpresa al inesperado viajero.

“¿Quién dijo que los Gran Danés no son perros para los aviones?”, se preguntaba Gabriel, dueño de Darwin

“¿Quién dijo que los Gran Danés no son perros para los aviones?”, se preguntaba Bogner en su cuenta de TikTok. Al mismo tiempo quiso agradecer a American Airlines “por hacer que nuestro traslado a Brooklyn fuera pan comido”. “Sí, compré tres asientos para nosotros en el avión”, confirmó orgulloso.

En el vídeo se puede ver a Darwin tumbado en el aeropuerto antes de embarcar y cómo saluda a la tripulación (piloto incluido) al acceder a la aeronave. El Gran Danés ocupó el asiento de ventanilla y el central, mientras que Gabriel ocupó el de pasillo y en las imágenes se le puede ver tumbado o de pie, observando lo que ocurre a su alrededor, pero siempre tranquilo y sin molestar el resto de pasajeros.